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Plasenzuela

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DATOS del MUNICIPIO 39º22'54" N 006º02'51" W Hoja MTN 705

TIPO DE ENTIDAD: Villa

SUPERFICIE TÉRMINO (Km2.): 37

ALTITUD: 427

POBLACIÓN: 601

DISTANCIA CÁCERES: 37

PARTIDO JUDICIAL: Trujillo

MANCOMUNIDAD: Meseta Trujillana

COMARCA AGRARIA: Trujillo

GENTILICIO: plasenzuelanos y tololos

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA


SITUACIÓN del MUNICIPIO

   El término es llano, pero se encuentra accidentado al norte por una sierra granítica, con los cerros de La Horca y Calamochos, y al sur por el encajamiento de la red fluvial subsidiaria del Tamuja, río este que delimita el término por su parte meridional.

   Plasenzuela es el municipio con mayor tasa de ocupación de la Comunidad, mérito que recae en afanosas y creativas gentes que han sorteado con imaginación la terrible lacra del desempleo que afecta a tantas pequeñas localidades.


DATOS del AYUNTAMIENTO

Ayuntamiento de Plasenzuela
Plaza España 1
10271 Plasenzuela (Cáceres)
927 31 35 52
927 31 36 46
cepiplas@terra.es

DOE núm. 93 MARTES, 11 DE NOVIEMBRE DE 1986

CONSEJERÍA DE PRESIDENCIA Y TRABAJO

Administración Local.- Orden de 28 de octubre de 1986, por la que se aprueba el Escudo Heráldico Municipal para el Ayuntamiento de Plasenzuela.

DOE núm. 19 JUEVES, 5 DE MARZO DE 1992

CONSEJERÍA DE PRESIDENCIA Y TRABAJO

Bandera Municipal.- Orden de 27 de febrero de 1992, por la que se aprueba la Bandera Municipal, para el Ayuntamiento de Plasenzuela.

ORDEN de 27 de febrero de 1992, de la Consejería de Presidencia y Trabajo, por la que se aprueba la Bandera Municipal, para el Ayuntamiento de Plasenauela (Cáceres).

El Ayuntamiento dé Plasenzuela (Cáceres), ha instruido expediente administrativo para la adopción de la Bandera Municipal. Dicho expediente fue aprobado por el Pleno Corporativo, en sesión de 6 de enero de 1990, en el que se expresaban las razones que justificaban el dibujo-proyecto de la nueva enseña.

Consta en dicho expediente el informe favorable del Consejo Asesor de Honores y Distinciones de la Junta de Extremadura, emitido el día 25 de febrero de 1992.

Considerando que la sustanciación de citado expediente se ha ajustado en todo a lo preceptuado en el Decreto 13/1991, de 19 de febrero, por el que se regula el procedimiento para la adopción, modificación o rehabilitación de Escudos y Banderas de las Entidades Locales; y en uso de las atribuciones conferidas por referido Decreto,

DISPONGO

Artículo Único.- Se aprueba la Bandera del municipio de Plasenzuela (Cáceres), cuyo diseño se recoge en el Anexo, con la siguiente descripción: «Rectangular, de proporciones 2/3. Con dos franjas verticales, roja junto al asta y blanca al batiente cargada con tres ondas horizontales de azul, en proporciones 1/3 y 2/3 respectivamente».

Mérida, a 27 de febrero de 1992.

El Consejero de Presidencia y Trabajo, Manuel Amigo Mateos

DOE núm.: 47, Martes, 10 de marzo de 2009

CONSEJERÍA DE AGRICULTURA Y DESARROLLO RURAL

Agrupación de Municipios.- Orden de 24 de febrero de 2009 por la que se aprueba la constitución de la agrupación para el sostenimiento en común del puesto de Secretaría-Intervención de los municipios de Plasenzuela, Santa Marta de Magasca y Villamesías.

Los Ayuntamientos de Plasenzuela, Santa Marta de Magasca y Villamesías, todos de la provincia de Cáceres, acordaron constituir la Agrupación de Municipios para el sostenimiento en común del puesto de Secretaría-Intervención; los citados acuerdos fueron aprobados inicialmente por los Plenos correspondientes en sesiones celebradas los días 7 de mayo, 21 de abril y 11 de abril de 2008 en los Ayuntamientos de Plasenzuela, Santa Marta de Magasca y Villamesías, respectivamente, con el quórum legalmente exigible.

Practicada la oportuna información pública por parte de los Ayuntamientos, mediante publicación de anuncios en el Boletín Oficial de la Provincia núm. 102, de 29 de mayo de 2008, el Ayuntamiento de Plasenzuela; en el Boletín Oficial de la Provincia núm. 106, de 5 de junio de 2008, el Ayuntamiento de Santa Marta de Magasca; y en el Boletín Oficial de la Provincia núm. 111, de 12 de junio de 2008, el Ayuntamiento de Villamesías, no se formularon reclamaciones, según certificaciones obrantes en el expediente. Con posterioridad, los Estatutos de la Agrupación fueron objeto de rectificación en la redacción dada al artículo diez, la cual fue aprobada por las respectivas entidades locales en sesiones plenarias de fechas 29 de septiembre de 2008 en el Ayuntamiento de Plasenzuela, 3 de octubre de 2008 en el Ayuntamiento de Santa Marta de Magasca y 18 de octubre de 2008 en el Ayuntamiento de Villamesías.

En la tramitación del expediente se ha cumplido lo preceptuado en el Real Decreto 1174/1987, de 18 de septiembre, y Real Decreto 1732/1994, de 29 de julio, en los términos establecidos en la disposición transitoria séptima de la Ley 7/2007, de 13 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, así como el Decreto 45/1990, de 19 de junio, de la Junta de Extremadura, habiéndose informado favorablemente la pretendida constitución de la agrupación de municipios, tanto por la Excma. Diputación Provincial de Cáceres, como por el Colegio Oficial de Secretarios, Interventores y Tesoreros de Administración Local de la provincia de Cáceres.

La aprobación de los expedientes de modificación de Agrupaciones para el sostenimiento en común del puesto de Secretaría-Intervención es competencia de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural de la Junta de Extremadura, en virtud de lo dispuesto en la disposición adicional segunda de la Ley 7/2007, de 13 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, en relación con el artículo 3 del Real Decreto 1732/1994, de 29 de julio, sobre provisión de puestos reservados a funcionarios de Administración Local con habilitación estatal, en los términos establecidos en la disposición transitoria séptima del Estatuto Básico del Empleado Público, así como el Decreto 45/1990, de 19 de junio, de la Junta de Extremadura, en relación con el Decreto 17/2007, de 30 de junio (DOE extraordinario n.º 6, de 2 de julio), del Presidente de la Junta de Extremadura, por el que se distribuyen las competencias de las Consejerías que conforman la Comunidad Autónoma de Extremadura, asignándole a la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural las que le corresponde ejercer, entre las que se encuentran las de coordinación con las Corporaciones Locales, ordenación, ejecución y control de las competencias que en materia de Administración Local corresponden a la Comunidad Autónoma de Extremadura.

Examinado el expediente instruido al efecto, se observa el cumplimiento de los requisitos exigidos por las disposiciones vigentes para la constitución de Agrupaciones de Municipios.

La Agrupación proyectada representará una mejora de la prestación del servicio y en el desempeño de las funciones inherentes al puesto de Secretaría-Intervención por parte del funcionario que preste los servicios en el puesto en común para las tres entidades.

Por todo ello, en base a lo establecido en apartado séptimo de la disposición adicional segunda de la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, y en virtud de las atribuciones conferidas por el artículo 4 del Decreto 45/1990, de 19 de junio, de la Junta de Extremadura,

D I S P O N G O :

Primero. Aprobar la constitución de la Agrupación para el sostenimiento en común del puesto de Secretaría-Intervención de los municipios de Plasenzuela, Santa Marta de Magasca y Villamesías, todos de la provincia de Cáceres.

Segundo. Comunicar la presente resolución al Ministerio de las Administraciones Públicas, a efectos de clasificación y provisión del puesto de Secretaría-Intervención.

Tercero. Contra la presente resolución, que pone fin a la vía administrativa, podrá interponerse recurso potestativo de reposición en la forma y plazos establecidos en los artículos 116 y 117 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, LRJAP-PAC, y art. 102 de la Ley 1/2002, de 28 de febrero, del Gobierno y de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura, o recurso contencioso-administrativo, en el plazo de dos meses contados a partir del día siguiente al de la notificación de la presente resolución, ante los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 46.4, el artículo 10.1.a) y el artículo 14.1.Primera de la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, así como cualquier otro que se estime procedente.

Mérida, a 24 de febrero de 2009. El Consejero de Agricultura y Desarrollo Rural, El Secretario General de Desarrollo Rural y Administración Local (P.D. Resolución de 12/11/2007. DOE n.º 137, de 27/11/2007), Francisco Perez Urban


HISTORIA

   La presencia documentada de pobladores se remonta al menos al período comprendido entre el Calcolítico y la Edad del Bronce (del 3.000 al 800 a.C), algo que puede comprobarse en asentamientos como el Cerro de la Horca o el Castrejón. De la Edad del Hierro (S. IV a.c.) es el Castro de Villasviejas del Tamuja, excavado y digno de ser visitado, aunque se ubica en el vecino término municipal de Botija, se han descubierto recientemente necrópolis en "El Romazal", en jurisdicción de Plasenzuela.

 

 

 

DOE num. 104, martes 02 de junio de 2015

CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CULTURA

Bienes de Interés Cultural.- Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija, en la categoría de Zona Arqueológica

El Estatuto de Autonomía en la redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero de reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de Extremadura, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la “Cultura en cualquiera de sus manifestaciones”, así como el “Patrimonio Histórico y Cultural de interés para la Comunidad Autónoma”.

La Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, regula la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda de entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada Ley.

El yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidos. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados “riberos” o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV aC) pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es el que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado Recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El Recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina suroeste hacia el flanco norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, en donde se localiza también el mencionado arroyo del Verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es importante para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el período conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

En el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV aC En ella predominan las influencias meridionales y la aristrocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las Ibéricas Andaluzas y de la Meseta Sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III aC, e inmediata con el Romazal (s. II-I aC). Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km. al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento, su necesaria protección frente a potenciales factores de afección y su valoración social justifican su declaración como Bien de Interés Cultural.

Vista la propuesta de 31 de marzo de 2015 de la Directora General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura y en virtud de las competencias en materia de Patrimonio Cultural, Histórico-Arqueológico, Monumental, Artístico y Científico de interés para la región, recogidas en el artículo 2.1. de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y en virtud de las facultades conferidas por el Decreto 104/2011 de 22 de julio, por el que se regula la estructura orgánica básica de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura y por el Decreto 210/2011, de 5 de agosto, por el que se establece la estructura orgánica de la Consejería de Educación Cultura y demás preceptos de general aplicación,

RESUELVO :

Primero. Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija (Cáceres), que se encuentra descrito en el Anexo, en la categoría de Zona Arqueológica para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño.

Segundo. Continuar la tramitación del expediente, de acuerdo con la legislación vigente.

Tercero. Remítase la presente resolución al Diario Oficial de Extremadura para su publicación y la apertura de un trámite de información pública por periodo de un mes.

Cuarto. Notifíquese a los interesados, al Ayuntamiento de Botija, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado.

Mérida, a 13 de mayo de 2015. La Consejera, Trinidad Nogales Basarrate

DOE num. 115, miercoles 17 de junio de 2015

CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CULTURA

Bienes de Interés Cultural.- Corrección de errores de la Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija, en la categoría de Zona Arqueológica.

CORRECCIÓN de errores de la Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija, en la categoría de Zona Arqueológica.

Advertido error material en la Resolución de 13 de mayo de 2015 de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija en la categoría de Zona Arqueológica, publicada en el DOE n.º 104, de 2 de junio de 2015, se procede a efectuar la oportuna rectificación.

En la página 19559 en la que aparece el título de la Resolución

Donde dice:

“Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultura a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija en la categoría de Zona Arqueológica”.

Debe decir:

“Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de Zona Arqueológica”.

En la página 19560:

Donde dice:

“Primero. Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija (Cáceres), que se encuentra descrito en el Anexo, en la categoría de Zona Arqueológica, para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño”.

Debe decir:

“Primero. Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de: El Yacimiento Arqueológico de Villasviejas de Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, el Romazal I y el Romazal II, en Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), que se encuentran descritos en los Anexos, en la categoría de Zona Arqueológica, para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño”.

En la página 19560:

Donde dice:

“Cuarto. Notifíquese a los interesados, al Ayuntamiento de Botija, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado”.

Debe decir:

“Cuarto. Notifíquese a los interesados, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado”.

BOE num. 36 jueves 11 febrero 2016

COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA

Bienes de interés cultural

Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejería de Educación y Cultura, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de zona arqueológica

El Estatuto de Autonomía en la redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero de reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de Extremadura, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la «Cultura en cualquiera de sus manifestaciones», así como el «Patrimonio Histórico y Cultural de interés para la Comunidad Autónoma».

La Ley 2/1999, de 29 de Marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, regula la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda de entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada Ley.

El yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidos. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados «riberos» o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV a.C.) pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es el que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado Recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El Recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina Suroeste hacia el flanco Norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, en donde se localiza también el mencionado arroyo del verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es importante para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el período conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

En el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los ochenta.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV a.C. En ella predominan las influencias meridionales y la aristrocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las Ibéricas Andaluzas y de la Meseta Sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III a.C., e inmediata con el Romazal (s. II-I a.C.). Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km. al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento, su necesaria protección frente a potenciales factores de afección y su valoración social justifican su declaración como Bien de interés cultural.

Vista la propuesta de 31 de marzo de 2015 de la Directora General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura y en virtud de las competencias en materia de Patrimonio Cultural, Histórico-Arqueológico, Monumental, Artístico y Científico de interés para la región, recogidas en el art.2.1. de la Ley 2/1999, de 29 de Marzo, del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y en virtud de las facultades conferidas por el Decreto 104/2011 de 22 de Julio, por el que se regula la estructura orgánica básica de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura y por el Decreto 210/2011, de 5 de agosto, por el que se establece la estructura orgánica de la Consejería de Educación Cultura y demás preceptos de general aplicación, resuelvo:

Primero.: Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de El Yacimiento Arqueológico de Villasviejas de Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, el Romazal I y el Romazal II, en Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), que se encuentran descritos en los Anexos, en la categoría de Zona Arqueológica, para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño.

Segundo.: Continuar la tramitación del expediente, de acuerdo con la legislación vigente.

Tercero.: Remítase la presente resolución al «Diario Oficial de Extremadura» para su publicación y la apertura de un trámite de información pública por periodo de un mes.

Cuarto.: Notifíquese a los interesados, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado».

Mérida, 13 de mayo de 2015.– La Consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales Basarrate.

ANEXOS

(Se publica como anexo un extracto de la Memoria técnica de fecha 20 de febrero de 2015. La Memoria íntegra a la que hace referencia el acuerdo de incoación, consta en el expediente administrativo correspondiente. Este expediente se encuentra depositado en las dependencias de la Dirección General de Patrimonio Cultural, Servicio de Patrimonio Histórico-Artístico (Avenida Valhondo, s/n. Módulo 4, Planta 2ª, 06800 Mérida, Badajoz) y podrá ser consultado por aquellos interesados en el procedimiento y que acrediten esta condición, de acuerdo con lo que disponen los artículos 31 y ss. de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de régimen jurídico de las administraciones públicas y del procedimiento administrativo común, modificada por la Ley 4/1999, de 13 de enero).

ANEXO I

Descripción de la zona arqueológica

La investigación arqueológica

Las Villasviejas del Tamuja fueron redescubiertas para el conocimiento arqueológico contemporáneo por Marcial Calzado, realizándose las primeras actuaciones arqueológicas a cargo de Dª. Francisca Hernández, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las campañas arqueológicas dirigidas por Francisca Hernández Hernández durante los años 1968, 1969, 1971, 1973, 1976, 1979, 1982, 1985 a 1990, autora de las correspondientes memorias de excavación y de varias publicaciones, junto al Plan Director de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres) Propuesta de Conservación, Investigación y Puesta en Valor, han permitido incrementar notablemente nuestro conocimiento sobre el yacimiento.

Villasviejas del Tamuja

Villasviejas del Tamuja se encuentra en el límite septentrional término municipal de Botija (Cáceres). El paisaje en el que se encuentra está dominado por suaves ondulaciones cubiertas de dehesa y por el encajonamiento de la red fluvial, especialmente del río Tamuja, que ha excavado las rocas pizarrosas del entorno hasta constituir un curso encajonado conocido como ribero. El yacimiento no destaca en el entorno por su altura aunque su orografía favorece sus cualidades defensivas.

La ocupación más antigua del yacimiento no corresponde a la época protohistórica, sino que algunos materiales recogidos en superficie evidencian una ocupación prehistórica, posiblemente calcolítica, ya que encontramos puntas de palmela, de pedúnculo y aletas, de sección lenticular, así como microlitos y núcleos de talla lítica micro-laminar.

Villasviejas del Tamuja puede considerarse tanto un castro como un oppidum. Por su ubicación y características responde al perfil de un castro, pero En un momento avanzado de la Edad del Hierro, el asentamiento de las Villasviejas debió de controlar la producción minera de la zona y otros asentamientos menores del entorno, como son el El Cerro del Tamuja (Cáceres) y el Cerro Castrejón (Plasenzuela). Por consiguiente, sus funciones centralizadoras de la minería de un territorio, la posible acuñación de monedas y la llegada de Roma supusieron una evolución hasta convertirlo en un oppidum.

La posibilidad de un traslado de gentes desde la Celtiberia hasta las Villasviejas, con el fin de trabajar en las minas, se ha planteado como una forma de solucionar los problemas que plantea la adscripción de la ceca Tamusia al yacimiento. Así mismo, se explicarían las influencias en el armamento aparecido en las necrópolis y la epigrafía de tipo celtibérico en algunos recipientes cerámicos.

Igualmente, se ha señalado que es probable que el yacimiento sirviese como lugar de acantonamiento de tropas durante la conquista romana y las posteriores guerras civiles, siendo, tal vez, una de las castra contributa de la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Con la reorganización romana del territorio y la fundación de Norba Caesarina, Villasviejas del Tamuja queda en un territorio marginal entre el ager de Norba y el de Turgallium (Trujillo), así como alejado de las principales vías de comunicación. Esta decadencia explica su paulatino abandona a favor de otras entidades poblacionales ya adaptadas a la economía y sociedad romana.

Los recintos amurallados

El Castro de Villasviejas del Tamuja se compone de dos recintos amurallados que han sido identificados como Recinto A y el Recinto B.

Recinto A.

El Recinto A se sitúa en una suave loma, de unos 499 m. de altura en la cima, que actúa a modo de península, delimitada en dos de sus lados, el occidental y el septentrional por el encajonado curso del Tamuja, y en el lado oriental por la vaguada del arroyo del Verraco, un curso de agua estacional. Este cerro no difiere en altura de los de su alrededor, siendo incluso más alta la margen izquierda del Tamuja en el lado Norte. Por su parte, el lado sur, que lo comunica con el resto del paisaje adehesado, es el único punto de fácil tránsito y acceso al resto de la colina.

Actualmente, la topografía original se encuentra alterada tanto por las obras de fortificación protohistóricas como por los aterrazamientos modernos y contemporáneos que transformaron el yacimiento en tierras de labor. Por otro lado, el yacimiento también se encuentra sumamente compartimentado por paredes realizadas en mampostería de pizarras y por alambre de espino, siendo el uso prioritario el ganadero.

El Recinto A aprovechó para la defensa del hábitat las estupendas condiciones naturales del terreno que lo aislaban del exterior, especialmente en los lados norte y oeste. El yacimiento fue fortificado con una muralla en la casi totalidad de su perímetro, siendo esta obra identificable en múltiples puntos aparte de las zonas excavadas. En el ángulo noreste se encuentra un farallón de pizarras que cae en vertical sobre la confluencia del Tamuja con el arroyo del Verraco que, probablemente, se usó como elemento defensivo natural.

Asimismo, en la zona más vulnerable, el lado sur, se realizaron dos grandes fosos con un pasillo central. El foso sureste posee actualmente una forma circular u ovalada. Es posible que, originalmente, no se encontrara cegado por su lado este sino que se abriera hasta la vaguada de El Verraco. Este cegamiento se produjo por la la construcción de un terraplén que permitió alcanzar más fácilmente las parcelas situadas en la ladera este del cerro. El foso suroeste es muy probable que aprovechase una pequeña vaguada natural que se amplió excavándose en la roca un ancho y profundo foso que reducía las posibilidades de tránsito por esta zona. Este foso ha sido transformado mediante terrazas realizadas con las piedras de granito caídas del lienzo original que se conserva en lo alto.

En el frente sur se puede comprobar que existe un desnivel artificial que corresponde a la muralla que permanece aún sin desenterrar. Sin embargo, existen diferentes puntos en los que la muralla aflora a simple vista, pudiéndose comprobar que en los lados norte y oeste, los mejor defendidos por el encajado río Tamuja, la muralla está realizada enteramente en piedra de pizarra, mientras que, en los flancos más accesibles, el lado este y sur, la muralla está realizada con granito.

La muralla sólo ha sido excavada en uno de sus puntos, el sureste, en donde localizamos un gran bastión o torreón macizo y un tramo de muralla. La muralla aquí se resuelve con sillería irregular de granito, trabada con arcilla en su paramento exterior, y rellena con grandes piedras de granito sin desbastar, pizarras y tierra, al interior.

Un lienzo similar se sitúa en el extremo suroeste del Recinto A. Este lienzo, que se alza sobre el foso, está realizado con sillería irregular de granito, a soga. El paramento, en este punto, ha sido recrecido para ser utilizado como aterrazamiento con un aparejo mixto de piedras de granito y pizarra. Junto a él se produce el giro hacia el Norte de la muralla. En el ángulo Suroeste se aprecia el exterior de una torre circular, realizada en la misma técnica constructiva de granito, que protegería la esquina.

Desde esta zona se desarrolla un muro perpendicular que desciende hacia la ribera del Tamuja. Este muro está realizado por una sola hilada de sillares de granito, colocados a soga. Su función podría ser la de impedir el acceso a la ladera oeste desde la zona del foso suroeste. A unos pocos metros del torreón circular, comienza ya a aparecer la construcción en pizarra. Se trata de una muralla ataludada realizada en mampostería de grandes lajas de pizarra trabadas con arcilla. La cara exterior se encuentra perfectamente escuadrada, siendo la unión de las lajas casi a hueso, mientras que en su interior, las lajas son mucho más irregulares se unen con arcilla. Se conservan zonas de hasta dos metros de altura, aunque en algunos puntos está bastante deteriorada, presenta grandes brechas en la base.

En algunos puntos, la muralla presenta un doble ataludamiento en el tramo que discurre en sentido sur-norte, cerca de la vaguada existente en la ladera oeste hacia la mitad del recinto. Se ha supuesto que esta vaguada sea de origen artificial y que fuese una de las salidas hacia la ribera del Tamuja. Lo cierto es que la muralla gira en dirección Este-Oeste aprovechando la existencia de un afloramiento pizarroso que cae sobre la corriente del río. Sobre él aparece nuevamente el aparejo de granito conservando sólo cuatro hiladas. Este aparejo es el reservado a las zona más vulnerables o de representación.

Tras la vaguada, el paramento, de dirección sur-norte, ataludado y ejecutado con mampostería de pizarra, conserva algo más de dos metros en la zona más alta. Sobre él se ha construido un muro con la misma técnica pero usando unas lajas más pequeñas.

La muralla en mampostería se vuelve a perder cerca del ángulo noroeste. No obstante, en un punto surge un muro perfectamente escuadrado a base de sillería de granito; sobre él se ha aprovechado para crear una pared de pizarra. Es muy posible que se trata de un muro de una vivienda y que la muralla permanezca oculta.

En el ángulo noreste, la muralla gira adaptándose a la topografía del cerro en dirección oeste-este, donde se identifica con cierta dificultad un amplio tramo de muralla.

Es en la ladera norte donde encontramos los mejores tramos de muralla conservados. En algunos puntos la muralla llega a alcanzar los cuatro metros y aunque no se puede identificar en todo su recorrido, su trazado se intuye con facilidad. En algunos puntos se apoya y utiliza los afloramientos rocosos. Los problemas que se plantean a las estructuras en esta zona de umbría son muchos, aunque los más importantes están relacionados con un desarrollo excesivo de la vegetación. En este tramo además, parece que se abre un portillo en el lienzo original.

Por último, cabe señalar que en la esquina noroeste, donde la muralla gira para recorrer la ladera este en sentido norte-sur, el farallón pizarroso se arquitectonizó para ser integrado como torreón o ángulo en el sistema defensivo.

En la ladera este, la muralla es de características similares a la documentada en el lado sur, con un paramento exterior de aparejo isódomo de sillería escuadrada, bastante cuidada. El lienzo, que presenta en este punto un ligero talud, seguramente sirvió tanto de muro defensivo como de terraza sobre la que edificar las viviendas.

En el ángulo sureste es donde se encuentra el gran torreón o bastión que protegía todo este flanco. Se trata de una gran estructura de la que, por desgracia, no conservamos todo su volumen ya que sirvió de cantera a la población de Botija para la construcción del ayuntamiento en la década de los 50 del siglo XX. Se ha presupuesto que en esta zona debió existir un acceso al Recinto A debido al hallazgo de una escalera.

Recinto B.

El Recinto B se encuentra situado al suroeste del Recinto A, en una suave elevación con pendiente suroeste-noreste. Su forma es aproximadamente cuadrangular. El recinto no destaca particularmente del entorno pues la orografía baja suavemente hacia el Tamuja por el este y apenas se diferencia de las lomas y afloramientos de pizarra del lado sur. No obstante, su frente norte, está marcado por el mismo encajonamiento del río que protege el Recinto A. Por su parte, el frente este está marcado por la vaguada del arroyo del Verraco, y en la actualidad se encuentra modificado por el camino de acceso al Recinto A.

Como ocurre en el Recinto A, la topografía original está alterada por la parcelación y el aterrazamiento, y su muralla se encuentra perdida al haber servido como cantera. Es muy probable que la cercana presa del molino de «La Muralla» esté realizada con los sillares graníticos de la que fue muralla de protección del recinto.

Las obras de defensa más visibles en este recinto son los fosos que protegen los flancos más débiles del mismo, allí donde los cursos fluviales no crean una barrera natural. Pero los fosos de éste son diferentes a los del Recinto A pues mientras que aquellos son meras oquedades excavadas en la roca, los fosos del recinto B son estructuras lineales, de sección cuadrangular y paredes verticales. Actualmente, los fosos se encuentran colmatados, por lo que su profundidad debió de ser mayor de la que hoy en día presentan.

En el lado sur son dos fosos. Uno de ellos, de 19 m. de largo por 6,5 m. de ancho y una altura de 2,05 m., se encuentra junto al camino de acceso al Recinto A. En la actualidad, la zona ha sido alterada pues existe una rampa, realizada con sillares de granito, que está relacionada con el paso de maquinaria a las parcelas del interior del recinto. Por su parte, el otro foso de la zona sur se encuentra algo más al norte. Con 43 m. de largo por 7,6 m. de ancho, y una altura de 2,05 m., dicha estructura está bastante modificada. Y justo detrás del foso se sitúan dos lienzos originales de muralla, de dirección oeste-este, de granito colocados a soga.

El lienzo sur consta de dos tramos separados: uno, situado más al este, de 10 m., del que son visibles tres hiladas originales con una altura de 60 cm.; y uno segundo tramo,el mejor conservado de todo el recinto con 22 m. y 5 a 7 hiladas originales de altura (1,28 m.).

En el ángulo suroeste, la muralla cambia de dirección. Aquí, el foso se detiene, quedando un tramo de acceso libre. También en este punto se localiza un túmulo, conocido como «El castillo» por su recubrimiento de sillares. «El Castillo» debió ser un torreón defensivo del giro de la muralla, que tal vez custodiase una de las puertas de acceso al Recinto B. Su recubrimiento de sillares se perdió cuando fue utilizado como cantera. De él proceden dos verracos en granito que se conservan como parte de en una colección privada en el Castillo de Monroy. El flanco oeste está protegido por un gran foso lineal de 135 m. de longitud, casi 9 m. de anchura y una altura de 2,3 m.

En paralelo se desarrolla el muro de cierre de una de las parcelas, realizado en mampostería. Probablemente este muro siga el trazado original de la muralla y, al actuar como terraza, ha permitido proteger la estratigrafía interior del recinto.

Más lienzos originales se sitúan hacia el norte. La excavación arqueológica dirigida por F. Hernández en uno de ellos permitió documentar que la muralla constaba de dos paramentos formados por una hilada de bloques de granito, de 0,8 m. de ancho el exterior y, 0,5 m el interior y de un relleno de tierra y pizarra de 2 m. de espesor. Por lo tanto, la anchura de la muralla en este punto es de 3,3 m. además de contar con 14 m. de largo y una altura de 1,28 m. Sobre la muralla en este tramo se habían recrpmbién ctor es posible documentar la anchura de la muralla, el modo en que fue construida (con sillares de granito), y las diferentes reformas de las que fue objeto.

El otro tramo original del lienzo occidental se documenta más al norte. Se trata de un paramento de 10,7 m. de longitud que conserva 3 hiladas (unos 0,65m. de altura). El lienzo aquí está realizado, como todos los lienzos originales, con sillería de granito trabada con una fina capa de arcilla. Se trata de un aparejo de sillares bien escuadrados, mejores que los del Recinto A, colocados a soga y con hiladas bien definidas.

El lienzo occidental se pierde junto con el foso oeste en el lugar en el que aparece un nuevo túmulo, de menor altura que el anterior, que, han sido identificados con los restos de la torre que flanqueaba el giro noroeste de la muralla. En su lado oeste, hay una pequeña vaguada que se dirige al Tamuja, que queda al norte. Esta ladera es ya abrupta y llena de vegetación, similar a la umbría del Recinto A.

Al noroeste del túmulo, entre la pequeña vaguada y la ladera Norte, se ha localizado un nuevo foso de tipología similar a los anteriores. Este foso, cortado a pico en la pizarra, posee sección cuadrangular y un desnivel sur-norte que lo lleva junto al Tamuja, protegiendo todo este flanco de posibles asaltantes.

En la ladera norte, es difícil dibujar el trazado de la muralla pues las terrazas han afectado su configuración original. No obstante, en las cercanías del foso suroeste del Recinto A encontramos tres aterrazamientos superpuestos con dirección oeste-oste, de los cuales, el intermedio ha sido identificado con el paramento de muralla original, mientras que el superior y el inferior han sido construidos con las piedras expoliadas o derrumbadas de la muralla. De la muralla original en este punto se conserva un tramo de 8,4 m. de longitud en el lado oeste con 5 hiladas visibles y una altura de 1,2 m.

El foso suroeste del Recinto A sirve como límite del Recinto B. Y aquí, el foso aporta una protección artificial a la que proporciona el acusado desnivel del terreno, el más pronunciado de todo el recinto. En toda esta zona, sin embargo, se ha perdido todo vestigio de la muralla original y sólo se conservan aterrazamientos que han sido realizados aprovechando el granito y la pizarra de la muralla original.

En la ladera este no se evidencian tramos originales de muralla sino que el muro existente forma parte de las delimitaciones parcelarias modernas y contemporáneas. Es muy posible que el hecho de que ésta sea zona de fácil acceso, al estar situada junto a un camino, haya llevado a que se expoliaran todos los elementos pétreos de la fortificación. Francisca Hernández interpretó que en la zona sureste existían evidencias de otro torreón del que, sin embargo, no quedan evidencias materiales.

Así pues, el Recinto B posee un cuidado sistema de fortificación basado en la combinación de lienzos de muralla (formados por un doble paramento de granito relleno de pizarras y tierra) y de fosos lineales de paredes rectas. Asimismo, parece que el recito pudo estar reforzado en los ángulos por torreones, hoy en día prácticamente desaparecidos.

En superficie podemos ver algún muro realizado en granito y que parece llevar la misma orientación que los hallados en la excavación y en las zonas donde las terrazas han cedido. Por tanto, cabría la posibilidad de hablar de un urbanismo organizado, tal vez de tipo ortogonal.

Las necrópolis: El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II

En el entorno de Villasviejas del Tamuja y relacionadas con el yacimiento han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo (en el término municipal de Botija), El Romazal I y el Romazal II (en el término municipal de Plasenzuela). Estos espacios funerarios fueron estudiados por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80 del siglo XX.

En la necrópolis de El Mercadillo (Botija) se han excavado un total de 46 enterramientos de cremación, siendo el ritual característico la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar. Nueve de estos enterramientos se encontraban protegidos por encachados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las necrópolis ibéricas andaluzas y de la Meseta Sur.

">Por otro lado, en la necrópolis de El Romazal I se excavaron varios grupos de tumbas. En ella, las cremaciones se presentan en urnas más pequeñas y sin encanchados de ninguna clase. Los enterramientos, en los que son tan abundantes las cerámicas decoradas, también están acompañados de ajuar compuesto. En las tumbas aparecen ya materiales claramente romanos que confirman una cronología tardía para la necrópolis.

Por último, en El Romazal II (Plasenzuela) fueron once los enterramientos de cremación documentados. En ellos, las urnas aparecían encajadas en oquedades en el suelo y cubiertas con un plato y acompañadas de ajuar.

De las necrópolis, la de El Mercadillo (Botija) es la más antigua pues se fecha en el s. IV a.C, mientras que El Romazal II (Plasenzuela) es de una cronología posterior, pues se fecha en el s. III a C. y, finalmente, El Romazal I (Plasenzuela) se sitúa a finales de la vida del poblado, es decir, a finales del siglo II - principios del siglo I a.C.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas.

ANEXO 2

Delimitación de la zona arqueológica y su entorno de protección

Delimitación y Justificación de la Zona Arqueológica

La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de protección y conservación que exige el amplio y brillante repertorio de recursos arqueológicos que constituye la Zona Arqueológica de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

Por consiguiente, para la delimitación de la Zona Arqueológica se ha considerado toda la información de naturaleza arqueológica disponible y procedente de los trabajos arqueológicos realizados sobre los terrenos que acogen los restos del castro de Villasviejas del Tamuja, las necrópolis a él asociadas y su entorno.

La delimitación así establecida para el yacimiento de Villasviejas del Tamuja integra los terrenos donde se localizan las estructuras documentadas, conservadas, incluso visibles junto a aquellas áreas susceptibles de albergar restos arqueológicos en el subsuelo.

De este modo, se considera que quedan protegidos la totalidad de los elementos materiales y contextos estratigráficos que componen el yacimiento arqueológico.

En definitiva, las parcelas afectadas, de manera total o parcial, por la delimitación de la Zona Arqueológica que constituyen Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, son las siguientes, con las siguientes referencias catastrales:

En el término municipal de Botija:

En el término municipal de Plasenzuela:

En el término municipal de Cáceres:

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano anexo.

ANEXO 4

Criterios para la protección de la zona arqueológica y su entorno

1. Régimen de intervención en la Zona Arqueológica.

Villasviejas del Tamuja, en el término municipal de Botija (Cáceres), es un Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, y se regirá por lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, para los Bienes Inmuebles de Interés Cultural con dicha categoría, así como por el Plan Especial u otro instrumento de ordenación que en su caso se apruebe.

2. Régimen de intervenciones en el entorno de protección.

En tanto no se apruebe el Plan Especial de Protección, cualquier actuación encaminada al desplazamiento, remoción o instalación que pretenda realizarse en el entorno de protección de la Zona Arqueológica, requerirá la previa autorización de la Consejería competente en materia de cultura. Esta autorización se emitirá en los términos previstos en la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura y la Ley 16/1985, de 25 de junio de Patrimonio Histórico Español .

3. Usos permitidos en la Zona Arqueológica y su entorno de protección.

Los posibles usos que se den a este bien deberán ser compatibles con la conservación del mismo y, en ningún caso, alterará su valor patrimonial, bajo la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural.

 

DOE num. 132 lunes, 11 de julio 2016

BOE lunes 14 Noviembre 2016 num. 275

PRESIDENCIA DE LA JUNTA

Bienes de Interés Cultural.- Decreto 92/2016, de 5 de julio, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres, como Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica.

El Estatuto de Autonomía de Extremadura, en redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la “Cultura en cualquiera de sus manifestaciones”, así como el “Patrimonio histórico y cultural de interés para la Comunidad Autónoma”.

En desarrollo de esta competencia se dictó la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que recoge la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada ley.

Con base en la normativa citada, se dictó Resolución de fecha 13 de mayo de 2015 (DOE, n.º 104, de 2 de junio), por la que se acuerda tener por incoado expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de Zona Arqueológica. Posteriormente, se publica una corrección de errores en el DOE n.º 115, de 17 de junio.

La incoación del expediente fue notificada al titular afectado, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres). También se notificó al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para su inscripción provisional en el Registro General de Bienes de Interés Cultural, donde se procedió a practicar anotación preventiva del expediente de declaración, con el n.º 29439 y se publicó en el Boletín Oficial del Estado. No se ha presentado ninguna alegación.

Se han cumplimentado todos los trámites previstos en los artículos 7 y siguientes de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y se han solicitado los informes de las instituciones consultivas a que se refiere el artículo 4.1. de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. Concretamente se han recibido los informes favorables de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y de la Universidad de Extremadura. También se ha obtenido informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Cáceres que, no obstante, solicita una mayor precisión en la delimitación del entorno por lo que se ha optado por incorporar al Anexo II las coordenadas UTM de los vértices del polígono correspondiente al entorno de protección de la zona arqueológica.

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.1 de la propia ley, los bienes más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural extremeño deberán ser declarados de Interés Cultural en la forma que el propio artículo detalla.

Por otro lado el artículo 6.1 en su apartado e) define como Zona Arqueológica, “el lugar o paraje natural donde existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica tanto si se encuentran en el subsuelo o bajo las aguas que discurren dentro del territorio de la Comunidad”. Ha de  significarse, a tales efectos, tal y como se deduce del informe emitido por los servicios técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de 20 de febrero de 2015, el Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidas. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados “riberos” o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV a. C.) pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio y enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado Recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El Recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina suroeste hacia el flanco norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, donde se localiza también el mencionado arroyo del verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es un importante enclave para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el período conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

Asimismo, en el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Las necrópolis fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV a. C. En ella predominan las influencias meridionales y la aristocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las Ibéricas Andaluzas y de la Meseta Sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III a. C., e inmediata con El Romazal I (s. II-I a.C.) y evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento y su valoración social justifican su declaración como Bien de Interés Cultural.

Asimismo, para dar cumplimiento al contenido de la ley, se impone proceder a la descripción clara y precisa del bien y la delimitación del entorno necesario que, siguiendo el artículo 8.1.b, será el que garantice la adecuada protección del mismo, siendo la zona periférica, exterior y continua al inmueble, de tal manera que su delimitación se circunscribirá al espacio construido o no, que da apoyo ambiental al bien y cuya alteración pudiera afectar a sus valores, a la contemplación o al estudio del mismo”.

En consecuencia, de acuerdo con lo establecido en el artículo 9.1.47 del reformado Estatuto de Autonomía de Extremadura y con el artículo 9.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, a propuesta del Excmo. Sr. Presidente de la Junta de Extremadura, y previa deliberación del Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, en sesión celebrada el día 5 de julio de 2016,

DISPONGO :

Artículo 1. Declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica.

Se declara Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, el  Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), según la descripción y ubicación que se recogen en los Anexos de este decreto.

Artículo 2. Publicaciones.

Publicar en el Diario Oficial de Extremadura y en el Boletín Oficial del Estado el presente decreto, y notificar el mismo a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), a los propietarios y al resto de posibles interesados.

Artículo 3. Inscripción en los Registros.

Inscribir en el Registro de Bienes de interés Cultural de Extremadura y notificar al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, esta declaración para su inscripción definitiva en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Estado.

Disposición final única. Entrada en vigor.

El presente decreto entrará en vigor el mismo día de su publicación en el Diario Oficial de Extremadura.

Mérida, 5 de julio de 2016. El Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernandez

ANEXO I

DESCRIPCIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA

• La investigación arqueológica Las Villasviejas del Tamuja fueron redescubiertas para el conocimiento arqueológico contemporáneo por Marcial Calzado, realizándose las primeras actuaciones arqueológicas a cargo de D.ª Francisca Hernández, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las campañas arqueológicas dirigidas por Francisca Hernández Hernández durante los años 1968, 1969, 1971, 1973, 1976, 1979, 1982, 1985 a 1990, autora de las correspondientes memorias de excavación y de varias publicaciones, junto al Plan Director de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres) Propuesta de Conservación, Investigación y Puesta en Valor, han permitido incrementar notablemente nuestro conocimiento sobre el yacimiento.

• Villasviejas del Tamuja

Villasviejas del Tamuja se encuentra en el límite septentrional término municipal de Botija (Cáceres). El paisaje en el que se encuentra está dominado por suaves ondulaciones cubiertas de dehesa y por el encajonamiento de la red fluvial, especialmente del río Tamuja, que ha excavado las rocas pizarrosas del entorno hasta constituir un curso encajonado conocido como ribero. El yacimiento no destaca en el entorno por su altura aunque su orografía favorece sus cualidades defensivas.

La ocupación más antigua del yacimiento no corresponde a la época protohistórica, sino que algunos materiales recogidos en superficie evidencian una ocupación prehistórica, posiblemente calcolítica, ya que encontramos puntas de palmela, de pedúnculo y aletas, de sección lenticular, así como microlitos y núcleos de talla lítica micro-laminar.

Villasviejas del Tamuja puede considerarse tanto un castro como un oppidum. Por su ubicación y características responde al perfil de un castro, pero en un momento avanzado de la Edad del Hierro, el asentamiento de las Villasviejas debió de controlar la producción minera de la zona y otros asentamientos menores del entorno, como son el Cerro del Tamuja (Cáceres) y el Cerro Castrejón (Plasenzuela). Por consiguiente, sus funciones centralizadoras de la minería de un territorio, la posible acuñación de monedas y la llegada de Roma supusieron una evolución hasta convertirlo en un oppidum.

La posibilidad de un traslado de gentes desde la Celtiberia hasta las Villasviejas, con el fin de trabajar en las minas, se ha planteado como una forma de solucionar los problemas que plantea la adscripción de la ceca Tamusia al yacimiento. Así mismo, se explicarían las influencias en el armamento aparecido en las necrópolis y la epigrafía de tipo celtibérico en algunos recipientes cerámicos.

Igualmente, se ha señalado que es probable que el yacimiento sirviese como lugar de acantonamiento de tropas durante la conquista romana y las posteriores guerras civiles, siendo, tal vez, una de las castra contributa de la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Con la reorganización romana del territorio y la fundación de Norba Caesarina, Villasviejas del Tamuja queda en un territorio marginal entre el ager de Norba y el de Turgallium (Trujillo), así como alejado de las principales vías de comunicación. Esta decadencia explica su paulatino abandona a favor de otras entidades poblacionales ya adaptadas a la economía y sociedad romana.

LOS RECINTOS AMURALLADOS

El Castro de Villasviejas del Tamuja se compone de dos recintos amurallados que han sido identificados como Recinto A y el Recinto B.

Recinto A

El Recinto A se sitúa en una suave loma, de unos 499 m. de altura en la cima, que actúa a modo de península, delimitada en dos de sus lados, el occidental y el septentrional por el encajonado curso del Tamuja, y en el lado oriental por la vaguada del arroyo del Verraco, un curso de agua estacional. Este cerro no difiere en altura de los de su alrededor, siendo incluso más alta la margen izquierda del Tamuja en el lado Norte. Por su parte, el lado sur, que lo comunica con el resto del paisaje adehesado, es el único punto de fácil tránsito y acceso al resto de la colina.

Actualmente, la topografía original se encuentra alterada tanto por las obras de fortificación protohistóricas como por los aterrazamientos modernos y  contemporáneos que transformaron el yacimiento en tierras de labor. Por otro lado, el yacimiento también se encuentra sumamente compartimentado por paredes realizadas en mampostería de pizarras y por alambre de espino, siendo el uso prioritario el ganadero.

El Recinto A aprovechó para la defensa del hábitat las estupendas condiciones naturales del terreno que lo aislaban del exterior, especialmente en los lados norte y oeste. El yacimiento fue fortificado con una muralla en la casi totalidad de su perímetro, siendo esta obra identificable en múltiples puntos aparte de las zonas excavadas. En el ángulo noreste se encuentra un farallón de pizarras que cae en vertical sobre la confluencia del Tamuja con el arroyo del Verraco que,  probablemente, se usó como elemento defensivo natural.

Asimismo, en la zona más vulnerable, el lado sur, se realizaron dos grandes fosos con un pasillo central. El foso sureste posee actualmente una forma circular u ovalada. Es posible que, originalmente, no se encontrara cegado por su lado este sino que se abriera hasta la vaguada de El Verraco. Este cegamiento se produjo por la construcción de un terraplén que permitió alcanzar más fácilmente las parcelas situadas en la ladera este del cerro. El foso suroeste es muy probable que aprovechase una pequeña vaguada natural que se amplió excavándose en la roca un ancho y profundo foso que reducía las posibilidades de tránsito por esta zona. Este foso ha sido transformado mediante terrazas realizadas con las piedras de granito caídas del lienzo original que se conserva en lo alto.

En el frente sur se puede comprobar que existe un desnivel artificial que  corresponde a la muralla que permanece aún sin desenterrar. Sin embargo, existen diferentes puntos en los que la muralla aflora a simple vista, pudiéndose comprobar que en los lados norte y oeste, los mejor defendidos por el encajado río Tamuja, la muralla está realizada enteramente en piedra de pizarra, mientras que, en los flancos más accesibles, el lado este y sur, la muralla está realizada con granito.

La muralla sólo ha sido excavada en uno de sus puntos, el sureste, en donde localizamos un gran bastión o torreón macizo y un tramo de muralla. La muralla aquí se resuelve con sillería irregular de granito, trabada con arcilla en su paramento exterior, y rellena con grandes piedras de granito sin desbastar, pizarras y tierra, al interior.

Un lienzo similar se sitúa en el extremo suroeste del Recinto A. Este lienzo, que se alza sobre el foso, está realizado con sillería irregular de granito, a soga. El paramento, en este punto, ha sido recrecido para ser utilizado como aterrazamiento con un aparejo mixto de piedras de granito y pizarra. Junto a él se produce el giro hacia el norte de la muralla. En el ángulo suroeste se aprecia el exterior de una torre circular, realizada en la misma técnica constructiva de granito, que protegería la esquina.

Desde esta zona se desarrolla un muro perpendicular que desciende hacia la ribera del Tamuja. Este muro está realizado por una sola hilada de sillares de granito, colocados a soga. Su función podría ser la de impedir el acceso a la ladera oeste desde la zona del foso suroeste. A unos pocos metros del torreón circular, comienza ya a aparecer la construcción en pizarra. Se trata de una muralla ataludada  realizada en mampostería de grandes lajas de pizarra trabadas con arcilla. La cara exterior se encuentra perfectamente escuadrada, siendo la unión de las lajas casi a hueso, mientras que en su interior, las lajas son mucho más irregulares se unen con arcilla. Se conservan zonas de hasta dos metros de altura, aunque en algunos puntos está bastante deteriorada, presenta grandes brechas en la base.

En algunos puntos, la muralla presenta un doble ataludamiento en el tramo que discurre en sentido sur-norte, cerca de la vaguada existente en la ladera oeste hacia la mitad del recinto.

Se ha supuesto que esta vaguada sea de origen artificial y que fuese una de las salidas hacia la ribera del Tamuja. Lo cierto es que la muralla gira en dirección este-oeste aprovechando la existencia de un afloramiento pizarroso que cae sobre la corriente del río. Sobre él aparece nuevamente el aparejo de granito conservando sólo cuatro hiladas. Este aparejo es el reservado a las zonas más vulnerables o de representación.

Tras la vaguada, el paramento, de dirección sur-norte, ataludado y ejecutado con mampostería de pizarra, conserva algo más de dos metros en la zona más alta. Sobre él se ha construido un muro con la misma técnica pero usando unas lajas más pequeñas.

La muralla en mampostería se vuelve a perder cerca del ángulo noroeste. No obstante, en un punto surge un muro perfectamente escuadrado a base de sillería de granito; sobre él se ha aprovechado para crear una pared de pizarra. Es muy posible que se trata de un muro de una vivienda y que la muralla permanezca oculta.

En el ángulo noreste, la muralla gira adaptándose a la topografía del cerro en dirección oeste-este, donde se identifica con cierta dificultad un amplio tramo de muralla.

Es en la ladera norte donde encontramos los mejores tramos de muralla  conservados.

En algunos puntos la muralla llega a alcanzar los cuatro metros y aunque no se puede identificar en todo su recorrido, su trazado se intuye con facilidad. En algunos puntos se apoya y utiliza los afloramientos rocosos. Los problemas que se plantean a las estructuras en esta zona de umbría son muchos, aunque los más importantes están relacionados con un desarrollo excesivo de la vegetación. En este tramo además, parece que se abre un portillo en el lienzo original.

Por último, cabe señalar que en la esquina noroeste, donde la muralla gira para recorrer la ladera este en sentido norte-sur, el farallón pizarroso se arquitectonizó para ser integrado como torreón o ángulo en el sistema defensivo.

En la ladera este, la muralla es de características similares a la documentada en el lado sur, con un paramento exterior de aparejo isódomo de sillería escuadrada, bastante cuidada. El lienzo, que presenta en este punto un ligero talud,  seguramente sirvió tanto de muro defensivo como de terraza sobre la que edificar las viviendas.

En el ángulo sureste es donde se encuentra el gran torreón o bastión que protegía todo este flanco. Se trata de una gran estructura de la que, por desgracia, no conservamos todo su volumen ya que sirvió de cantera a la población de Botija para la construcción del ayuntamiento en la década de los 50 del siglo XX. Se ha presupuesto que en esta zona debió existir un acceso al Recinto A debido al hallazgo de una escalera.

Recinto B

El Recinto B se encuentra situado al suroeste del Recinto A, en una suave elevación con pendiente suroeste-noreste. Su forma es aproximadamente cuadrangular. El recinto no destaca particularmente del entorno pues la orografía baja suavemente hacia el Tamuja por el este y apenas se diferencia de las lomas y afloramientos de pizarra del lado sur. No obstante, su frente norte, está marcado por el mismo encajonamiento del río que protege el Recinto A. Por su parte, el frente este está marcado por la vaguada del arroyo del Verraco, y en la actualidad se encuentra modificado por el camino de acceso al Recinto A.

Como ocurre en el Recinto A, la topografía original está alterada por la parcelación y el aterrazamiento, y su muralla se encuentra perdida al haber servido como cantera. Es muy probable que la cercana presa del molino de “La Muralla” esté realizada con los sillares graníticos de la que fue muralla de protección del recinto.

Las obras de defensa más visibles en este recinto son los fosos que protegen los flancos más débiles del mismo, allí donde los cursos fluviales no crean una barrera natural. Pero los fosos de éste son diferentes a los del Recinto A pues mientras que aquellos son meras oquedades excavadas en la roca, los fosos del recinto B son estructuras lineales, de sección cuadrangular y paredes verticales. Actualmente, los fosos se encuentran colmatados, por lo que su profundidad debió de ser mayor de la que hoy en día presentan.

En el lado sur son dos fosos. Uno de ellos, de 19 m. de largo por 6,5 m de ancho y una altura de 2,05 m, se encuentra junto al camino de acceso al Recinto A. En la actualidad, la zona ha sido alterada pues existe una rampa, realizada con sillares de granito, que está relacionada con el paso de maquinaria a las parcelas del interior del recinto. Por su parte, el otro foso de la zona sur se encuentra algo más al norte. Con 43 m de largo por 7,6 m de ancho, y una altura de 2,05 m, dicha estructura está bastante modificada. Y justo detrás del foso se sitúan dos lienzos originales de muralla, de dirección oeste-este, de granito colocados a soga.

El lienzo sur consta de dos tramos separados: uno, situado más al este, de 10 m, del que son visibles tres hiladas originales con una altura de 60 cm; y uno segundo tramo, el mejor conservado de todo el recinto con 22 m y 5 a 7 hiladas originales de altura (1,28 m).

En el ángulo suroeste, la muralla cambia de dirección. Aquí, el foso se detiene, quedando un tramo de acceso libre. También en este punto se localiza un túmulo, conocido como “El Castillo” por su recubrimiento de sillares. “El Castillo” debió ser un torreón defensivo del giro de la muralla, que tal vez custodiase una de las puertas de acceso al Recinto B. Su recubrimiento de sillares se perdió cuando fue utilizado como cantera. De él proceden dos verracos en granito que se conservan como parte de en una colección privada en el Castillo de Monroy. El flanco oeste está protegido por un gran foso lineal de 135 m de longitud, casi 9 m de anchura y una altura de 2,3 m.

En paralelo se desarrolla el muro de cierre de una de las parcelas, realizado en mampostería.

Probablemente este muro siga el trazado original de la muralla y, al actuar como terraza, ha permitido proteger la estratigrafía interior del recinto.

Más lienzos originales se sitúan hacia el norte. La excavación arqueológica dirigida por F. Hernández en uno de ellos permitió documentar que la muralla constaba de dos paramentos formados por una hilada de bloques de granito, de 0,8 m de ancho el exterior y, 0,5 m el interior y de un relleno de tierra y pizarra de 2 m de espesor. Por lo tanto, la anchura de la muralla en este punto es de 3,3 m además de contar con 14 m de largo y una altura de 1,28 m. Sobre la muralla en este tramo se habían recrecido los muros con mampostería. El paramento parece interrumpirse aquí para formar un portillo.

También en este sector es posible documentar la anchura de la muralla, el modo en que fue construida (con sillares de granito), y las diferentes reformas de las que fue objeto.

El otro tramo original del lienzo occidental se documenta más al norte. Se trata de un paramento de 10,7 m de longitud que conserva 3 hiladas (unos 0,65 m de altura). El lienzo aquí está realizado, como todos los lienzos originales, con sillería de granito trabada con una fina capa de arcilla. Se trata de un aparejo de sillares bien escuadrados, mejores que los del Recinto A, colocados a soga y con hiladas bien definidas.

El lienzo occidental se pierde junto con el foso oeste en el lugar en el que aparece un nuevo túmulo, de menor altura que el anterior, que, han sido identificados con los restos de la torre que flanqueaba el giro noroeste de la muralla. En su lado oeste, hay una pequeña vaguada que se dirige al Tamuja, que queda al norte. Esta ladera es ya abrupta y llena de vegetación, similar a la umbría del Recinto A.

Al noroeste del túmulo, entre la pequeña vaguada y la ladera norte, se ha localizado un nuevo foso de tipología similar a los anteriores. Este foso, cortado a pico en la pizarra, posee sección cuadrangular y un desnivel sur-norte que lo lleva junto al Tamuja, protegiendo todo este flanco de posibles asaltantes.

En la ladera norte, es difícil dibujar el trazado de la muralla pues las terrazas han afectado su configuración original. No obstante, en las cercanías del foso suroeste del Recinto A encontramos tres aterrazamientos superpuestos con dirección oeste-este, de los cuales, el intermedio ha sido identificado con el paramento de muralla original, mientras que el superior y el inferior han sido construidos con las piedras expoliadas o derrumbadas de la muralla.

De la muralla original en este punto se conserva un tramo de 8,4 m de longitud en el lado oeste con 5 hiladas visibles y una altura de 1,2 m.

El foso suroeste del Recinto A sirve como límite del Recinto B. Y aquí, el foso aporta una protección artificial a la que proporciona el acusado desnivel del terreno, el más pronunciado de todo el recinto. En toda esta zona, sin embargo, se ha perdido todo vestigio de la muralla original y sólo se conservan aterrazamientos que han sido realizados aprovechando el granito y la pizarra de la muralla original.

En la ladera este no se evidencian tramos originales de muralla sino que el muro existente forma parte de las delimitaciones parcelarias modernas y contemporáneas. Es muy posible que el hecho de que ésta sea zona de fácil acceso, al estar situada junto a un camino, haya llevado a que se expoliaran todos los elementos pétreos de la fortificación. Francisca Hernández interpretó que en la zona sureste existían evidencias de otro torreón del que, sin embargo, no quedan evidencias materiales.

Así pues, el Recinto B posee un cuidado sistema de fortificación basado en la combinación de lienzos de muralla (formados por un doble paramento de granito relleno de pizarras y tierra) y de fosos lineales de paredes rectas. Asimismo, parece que el recito pudo estar reforzado en los ángulos por torreones, hoy en día prácticamente desaparecidos.

En superficie podemos ver algún muro realizado en granito y que parece llevar la misma orientación que los hallados en la excavación y en las zonas donde las terrazas han cedido.

Por tanto, cabría la posibilidad de hablar de un urbanismo organizado, tal vez de tipo ortogonal.

• Las necrópolis: El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II

En el entorno de Villasviejas del Tamuja y relacionadas con el yacimiento han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo (en el término municipal de Botija), El Romazal I y el Romazal II (en el término municipal de Plasenzuela). Estos espacios funerarios fueron estudiados por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80 del siglo XX.

En la necrópolis de El Mercadillo (Botija) se han excavado un total de 46 enterramientos de cremación, siendo el ritual característico la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar. Nueve de estos enterramientos se encontraban protegidos por encachados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las necrópolis ibéricas andaluzas y de la Meseta Sur.

Por otro lado, en la necrópolis de El Romazal I se excavaron varios grupos de tumbas. En ella, las cremaciones se presentan en urnas más pequeñas y sin encanchados de ninguna clase. Los enterramientos, en los que son tan abundantes las cerámicas decoradas, también están acompañados de ajuar compuesto. En las tumbas aparecen ya materiales claramente romanos que confirman una cronología tardía para la necrópolis.

Por último, en El Romazal II (Plasenzuela) fueron once los enterramientos de cremación documentados. En ellos, las urnas aparecían encajadas en oquedades en el suelo y cubiertas con un plato y acompañadas de ajuar.

De las necrópolis, la de El Mercadillo (Botija) es la más antigua pues se fecha en el s. IV a. C, mientras que El Romazal II (Plasenzuela) es de una cronología posterior, pues se fecha en el s. III a. C. y, finalmente, El Romazal I (Plasenzuela) se sitúa a finales de la vida del poblado, es decir, a finales del siglo II - principios del siglo I a. C.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas.

ANEXO II

DELIMITACIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO DE PROTECCIÓN

Delimitación y justificación de la Zona Arqueológica

La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de protección y conservación que exige el amplio y brillante repertorio de recursos arqueológicos que constituye la Zona Arqueológica de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

Por consiguiente, para la delimitación de la Zona Arqueológica se ha considerado toda la información de naturaleza arqueológica disponible y procedente de los trabajos arqueológicos realizados sobre los terrenos que acogen los restos del castro de Villasviejas del Tamuja, las necrópolis a él asociadas y su entorno.

La delimitación así establecida para el yacimiento de Villasviejas del Tamuja integra los terrenos donde se localizan las estructuras documentadas, conservadas, incluso visibles junto a aquellas áreas susceptibles de albergar restos arqueológicos en el subsuelo.

De este modo, se considera que quedan protegidos la totalidad de los elementos materiales y contextos estratigráficos que componen el yacimiento arqueológico.

En definitiva, las parcelas afectadas, de manera total o parcial, por la delimitación de la Zona Arqueológica que constituyen Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, son las siguientes, con las siguientes referencias catastrales:

• En el término municipal de Botija:. DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Plasenzuela: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano Anexo.

Delimitación y justificación del entorno de la Zona Arqueológica

No sería posible la declaración de la Zona Arqueológica sin proteger su entorno inmediato pues el área delimitada como entorno debe permitir minimizar la afección al ámbito declarado, con el objeto de preservar sus valores.

Y a tal fin, la delimitación del entorno se ha basado en criterios contemplativos de la Zona Arqueológica, en consideración de su emplazamiento, por ello se incluye el paisaje circundante, con el fin de preservarlo de aquellas acciones potenciales como puedan ser futuras edificaciones o instalaciones que puedan dificultar la correcta visualización del bien, sin olvidar el hecho de que el paisaje hubo de ser determinante en la elección del asentamiento.

De acuerdo con estos criterios, se justifica la inclusión de las siguientes parcelas, de manera total o parcial, con las siguientes referencias catastrales:

• En el término municipal de Botija: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Plasenzuela: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Cáceres: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano anexo.

Para una mejor comprensión se incorporan las coordenadas de los vértices correspondientes al polígono de delimitación del entorno de protección de la Zona Arqueológica (Sistema de referencia ETRS89. Proyección UTM huso 29):

ANEXO III. PLANO DE DELIMITACIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO DE PROTECCIÓN

ANEXO IV. CRITERIOS PARA LA PROTECCIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO

1. Régimen de intervención en la Zona Arqueológica. Villasviejas del Tamuja, en el término municipal de Botija (Cáceres), es un Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, y se regirá por lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, para los Bienes Inmuebles de Interés Cultural con dicha categoría, así como por el Plan Especial u otro instrumento de ordenación que en su caso se apruebe.

2. Régimen de intervenciones en el entorno de protección. En tanto no se apruebe el Plan Especial de Protección, cualquier actuación encaminada al desplazamiento, remoción o instalación que pretenda realizarse en el entorno de protección de la Zona Arqueológica, requerirá la previa autorización de la Consejería competente en materia de cultura. Esta autorización se emitirá en los términos previstos en la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura y la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español.

3. Usos permitidos en la Zona Arqueológica y su entorno de protección. Los posibles usos que se den a este bien deberán ser compatibles con la conservación del mismo y, en ningún caso, alterará su valor patrimonial, bajo la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural.

BOE Núm. 275 Lunes 14 de noviembre de 2016

COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA

Bienes de interés cultural

Decreto 92/2016, de 5 de julio, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres, como bien de interés cultural, con categoría de zona arqueológica.

Decreto 92/2016, de 5 de julio, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres, como bien de interés cultural, con categoría de zona arqueológica.

El Estatuto de Autonomía de Extremadura, en redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la «Cultura en cualquiera de sus manifestaciones», así como el «Patrimonio histórico y cultural de interés para la Comunidad Autónoma».

En desarrollo de esta competencia se dictó la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que recoge la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada Ley.

Con base en la normativa citada, se dictó Resolución de fecha 13 de mayo de 2015 («DOE», n.º 104, de 2 de junio), por la que se acuerda tener por incoado expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de Zona Arqueológica. Posteriormente, se publica una corrección de errores en el «DOE» n.º 115, de 17 de junio.

La incoación del expediente fue notificada al titular afectado, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres). También se notificó al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para su inscripción provisional en el Registro General de Bienes de Interés Cultural, donde se procedió a practicar anotación preventiva del expediente de declaración, con el n.º 29439 y se publicó en el «Boletín Oficial del Estado». No se ha presentado ninguna alegación.

Se han cumplimentado todos los trámites previstos en los artículos 7 y siguientes de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y se han solicitado los informes de las instituciones consultivas a que se refiere el artículo 4.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. Concretamente, se han recibido los informes favorables de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y de la Universidad de Extremadura. También se ha obtenido informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Cáceres que, no obstante, solicita una mayor precisión en la delimitación del entorno por lo que se ha optado por incorporar al anexo II las coordenadas UTM de los vértices del polígono correspondiente al entorno de protección de la zona arqueológica.

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.1 de la propia Ley, los bienes más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural extremeño deberán ser declarados de interés cultural en la forma que el propio artículo detalla.

Por otro lado, el artículo 6.1, en su apartado e), define como Zona Arqueológica, «el lugar o paraje natural donde existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica tanto si se encuentran en el subsuelo o bajo las aguas que discurren dentro del territorio de la Comunidad». Ha de significarse, a tales efectos, tal y como se deduce del informe emitido por los servicios técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de 20 de febrero de 2015, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidos. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados «riberos» o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV a.C.), pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio y enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina suroeste hacia el flanco norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, donde se localiza también el mencionado arroyo del Verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es un importante enclave para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el periodo conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

Asimismo, en el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Las necrópolis fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los ochenta.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV a.C. En ella predominan las influencias meridionales y la aristrocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las ibéricas andaluzas y de la meseta sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III a.C., e inmediata con El Romazal I (s. II-I a.C.) y evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de estas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento y su valoración social justifican su declaración como Bien de interés cultural.

Asimismo, para dar cumplimiento al contenido de la Ley, se impone proceder a la descripción clara y precisa del bien y la delimitación del entorno necesario que, siguiendo el artículo 8.1.b, será el que garantice la adecuada protección del mismo, siendo la zona periférica, exterior y continua al inmueble, de tal manera que su delimitación se circunscribirá al «espacio construido o no, que da apoyo ambiental al bien y cuya alteración pudiera afectar a sus valores, a la contemplación o al estudio del mismo».

En consecuencia, de acuerdo con lo establecido en el artículo 9.1.47 del reformado Estatuto de Autonomía de Extremadura y con el artículo 9.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, a propuesta del Excmo. Sr. Presidente de la Junta de Extremadura, y previa deliberación del Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, en sesión celebrada el día 5 de julio de 2016, dispongo:

Artículo 1. Declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica.

Se declara Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), según la descripción y ubicación que se recogen en el Anexo de Proyecto de este decreto.

Artículo 2. Publicaciones.

Publicar en el «Diario Oficial de Extremadura» y en el «Boletín Oficial del Estado» el presente Decreto, y notificar el mismo a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), a los propietarios y al resto de posibles interesados.

Artículo 3. Inscripción en los Registros.

Inscribir en el Registro de Bienes de Interés Cultural de Extremadura y notificar al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes esta declaración para su inscripción definitiva en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Estado.

Disposición Final Única. Entrada en vigor.

El presente Decreto entrará en vigor el mismo día de su publicación en el «Diario Oficial de Extremadura».

Mérida, 5 de julio de 2016.–El Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

ANEXO I

Descripción de la zona arqueológica

– La investigación arqueológica.

Las Villasviejas del Tamuja fueron redescubiertas para el conocimiento arqueológico contemporáneo por Marcial Calzado, realizándose las primeras actuaciones arqueológicas a cargo de Dª. Francisca Hernández, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las campañas arqueológicas dirigidas por Francisca Hernández Hernández durante los años 1968, 1969, 1971, 1973, 1976, 1979, 1982, 1985 a 1990, autora de las correspondientes memorias de excavación y de varias publicaciones, junto al Plan Director de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres) Propuesta de Conservación, Investigación y Puesta en Valor, han permitido incrementar notablemente nuestro conocimiento sobre el yacimiento.

– Villasviejas del Tamuja.

Villasviejas del Tamuja se encuentra en el límite septentrional término municipal de Botija (Cáceres). El paisaje en el que se encuentra está dominado por suaves ondulaciones cubiertas de dehesa y por el encajonamiento de la red fluvial, especialmente del río Tamuja, que ha excavado las rocas pizarrosas del entorno hasta constituir un curso encajonado conocido como ribero. El yacimiento no destaca en el entorno por su altura aunque su orografía favorece sus cualidades defensivas.

La ocupación más antigua del yacimiento no corresponde a la época protohistórica, sino que algunos materiales recogidos en superficie evidencian una ocupación prehistórica, posiblemente calcolítica, ya que encontramos puntas de palmela, de pedúnculo y aletas, de sección lenticular, así como microlitos y núcleos de talla lítica micro-laminar.

Villasviejas del Tamuja puede considerarse tanto un castro como un oppidum. Por su ubicación y características responde al perfil de un castro, pero en un momento avanzado

de la Edad del Hierro, el asentamiento de las Villasviejas debió de controlar la producción minera de la zona y otros asentamientos menores del entorno, como son el El Cerro del Tamuja (Cáceres) y el Cerro Castrejón (Plasenzuela). Por consiguiente, sus funciones centralizadoras de la minería de un territorio, la posible acuñación de monedas y la llegada de Roma supusieron una evolución hasta convertirlo en un oppidum.

La posibilidad de un traslado de gentes desde la Celtiberia hasta las Villasviejas, con el fin de trabajar en las minas, se ha planteado como una forma de solucionar los problemas que plantea la adscripción de la ceca Tamusia al yacimiento. Así mismo, se explicarían las influencias en el armamento aparecido en las necrópolis y la epigrafía de tipo celtibérico en algunos recipientes cerámicos.

Igualmente, se ha señalado que es probable que el yacimiento sirviese como lugar de acantonamiento de tropas durante la conquista romana y las posteriores guerras civiles, siendo, tal vez, una de las castra contributa de la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Con la reorganización romana del territorio y la fundación de Norba Caesarina, Villasviejas del Tamuja queda en un territorio marginal entre el ager de Norba y el de Turgallium (Trujillo), así como alejado de las principales vías de comunicación. Esta decadencia explica su paulatino abandona a favor de otras entidades poblacionales ya adaptadas a la economía y sociedad romana.

Los recintos amurallados.

El Castro de Villasviejas del Tamuja se compone de dos recintos amurallados que han sido identificados como recinto A y el recinto B.

Recinto A.

El recinto A se sitúa en una suave loma, de unos 499 m de altura en la cima, que actúa a modo de península, delimitada en dos de sus lados, el occidental y el septentrional por el encajonado curso del Tamuja, y en el lado oriental por la vaguada del arroyo del Verraco, un curso de agua estacional. Este cerro no difiere en altura de los de su alrededor, siendo incluso más alta la margen izquierda del Tamuja en el lado Norte. Por su parte, el lado sur, que lo comunica con el resto del paisaje adehesado, es el único punto de fácil tránsito y acceso al resto de la colina.

Actualmente, la topografía original se encuentra alterada tanto por las obras de fortificación protohistóricas como por los aterrazamientos modernos y contemporáneos que transformaron el yacimiento en tierras de labor. Por otro lado, el yacimiento también se encuentra sumamente compartimentado por paredes realizadas en mampostería de pizarras y por alambre de espino, siendo el uso prioritario el ganadero.

El recinto A aprovechó para la defensa del hábitat las estupendas condiciones naturales del terreno que lo aislaban del exterior, especialmente en los lados norte y oeste. El yacimiento fue fortificado con una muralla en la casi totalidad de su perímetro, siendo esta obra identificable en múltiples puntos aparte de las zonas excavadas. En el ángulo noreste se encuentra un farallón de pizarras que cae en vertical sobre la confluencia del Tamuja con el arroyo del Verraco que, probablemente, se usó como elemento defensivo natural.

Asimismo, en la zona más vulnerable, el lado sur, se realizaron dos grandes fosos con un pasillo central. El foso sureste posee actualmente una forma circular u ovalada. Es posible que, originalmente, no se encontrara cegado por su lado este sino que se abriera hasta la vaguada de El Verraco. Este cegamiento se produjo por la la construcción de un terraplén que permitió alcanzar más fácilmente las parcelas situadas en la ladera este del cerro. El foso suroeste es muy probable que aprovechase una pequeña vaguada natural que se amplió excavándose en la roca un ancho y profundo foso que reducía las posibilidades de tránsito por esta zona. Este foso ha sido transformado mediante terrazas realizadas con las piedras de granito caídas del lienzo original que se conserva en lo alto.

En el frente sur se puede comprobar que existe un desnivel artificial que corresponde a la muralla que permanece aún sin desenterrar. Sin embargo, existen diferentes puntos en los que la muralla aflora a simple vista, pudiéndose comprobar que en los lados norte y oeste, los mejor defendidos por el encajado río Tamuja, la muralla está realizada enteramente en piedra de pizarra, mientras que, en los flancos más accesibles, el lado este y sur, la muralla está realizada con granito.

La muralla solo ha sido excavada en uno de sus puntos, el sureste, en donde localizamos un gran bastión o torreón macizo y un tramo de muralla. La muralla aquí se resuelve con sillería irregular de granito, trabada con arcilla en su paramento exterior, y rellena con grandes piedras de granito sin desbastar, pizarras y tierra, al interior.

Un lienzo similar se sitúa en el extremo suroeste del recinto A. Este lienzo, que se alza sobre el foso, está realizado con sillería irregular de granito, a soga. El paramento, en este punto ha sido recrecido para ser utilizado como aterrazamiento con un aparejo mixto de piedras de granito y pizarra. Junto a él se produce el giro hacia el norte de la muralla. En el ángulo suroeste se aprecia el exterior de una torre circular, realizada en la misma técnica constructiva de granito, que protegería la esquina.

Desde esta zona se desarrolla un muro perpendicular que desciende hacia la ribera del Tamuja. Este muro está realizado por una sola hilada de sillares de granito, colocados a soga. Su función podría ser la de impedir el acceso a la ladera oeste desde la zona del foso suroeste. A unos pocos metros del torreón circular, comienza ya a aparecer la construcción en pizarra. Se trata de una muralla ataludada realizada en mampostería de grandes lajas de pizarra trabadas con arcilla. La cara exterior se encuentra perfectamente escuadrada, siendo la unión de las lajas casi a hueso, mientras que en su interior, las lajas son mucho más irregulares se unen con arcilla. Se conservan zonas de hasta dos metros de altura, aunque en algunos puntos está bastante deteriorada, presenta grandes brechas en la base.

En algunos puntos la muralla presenta un doble ataludamiento en el tramo que discurre en sentido sur-norte, cerca de la vaguada existente en la ladera oeste hacia la mitad del recinto. Se ha supuesto que esta vaguada sea de origen artificial y que fuese una de las salidas hacia la ribera del Tamuja. Lo cierto es que la muralla gira en dirección Este-Oeste aprovechando la existencia de un afloramiento pizarroso que cae sobre la corriente del río. Sobre él aparece nuevamente el aparejo de granito conservando sólo cuatro hiladas. Este aparejo es el reservado a las zonas más vulnerables o de representación.

Tras la vaguada, el paramento, de dirección sur-norte, ataludado y ejecutado con mampostería de pizarra, conserva algo más de dos metros en la zona más alta. Sobre él se ha construido un muro con la misma técnica pero usando unas lajas más pequeñas.

La muralla en mampostería se vuelve a perder cerca del ángulo noroeste. No obstante, en un punto surge un muro perfectamente escuadrado a base de sillería de granito; sobre él se ha aprovechado para crear una pared de pizarra. Es muy posible que se trata de un muro de una vivienda y que la muralla permanezca oculta.

En el ángulo noreste, la muralla gira adaptándose a la topografía del cerro en dirección oeste-este, donde se identifica con cierta dificultad un amplio tramo de muralla.

Es en la ladera norte donde encontramos los mejores tramos de muralla conservados. En algunos puntos la muralla llega a alcanzar los cuatro metros y aunque no se puede identificar en todo su recorrido, su trazado se intuye con facilidad. En algunos puntos se apoya y utiliza los afloramientos rocosos. Los problemas que se plantean a las estructuras en esta zona de umbría son muchos, aunque los más importantes están relacionados con un desarrollo excesivo de la vegetación. En este tramo además, parece que se abre un portillo en el lienzo original.

Por último, cabe señalar que en la esquina noroeste, donde la muralla gira para recorrer la ladera este en sentido norte-sur, el farallón pizarroso se arquitectonizó para ser integrado como torreón o ángulo en el sistema defensivo.

En la ladera este, la muralla es de características similares a la documentada en el lado sur, con un paramento exterior de aparejo isódomo de sillería escuadrada, bastante cuidada. El lienzo, que presenta en este punto un ligero talud, seguramente sirvió tanto de muro defensivo como de terraza sobre la que edificar las viviendas.

En el ángulo sureste es donde se encuentra el gran torreón o bastión que protegía todo este flanco. Se trata de una gran estructura de la que, por desgracia, no conservamos

todo su volumen ya que sirvió de cantera a la población de Botija para la construcción del ayuntamiento en la década de los 50 del siglo XX. Se ha presupuesto que en esta zona debió existir un acceso al recinto A debido al hallazgo de una escalera.

Recinto B.

El recinto B se encuentra situado al suroeste del recinto A, en una suave elevación con pendiente suroeste-noreste. Su forma es aproximadamente cuadrangular. El recinto no destaca particularmente del entorno pues la orografía baja suavemente hacia el Tamuja por el este y apenas se diferencia de las lomas y afloramientos de pizarra del lado sur. No obstante, su frente norte, está marcado por el mismo encajonamiento del río que protege el recinto A. Por su parte, el frente este está marcado por la vaguada del arroyo del Verraco, y en la actualidad se encuentra modificado por el camino de acceso al recinto A.

Como ocurre en el recinto A, la topografía original está alterada por la parcelación y el aterrazamiento, y su muralla se encuentra perdida al haber servido como cantera. Es muy probable que la cercana presa del molino de «La Muralla» esté realizada con los sillares graníticos de la que fue muralla de protección del recinto.

Las obras de defensa más visibles en este recinto son los fosos que protegen los flancos más débiles del mismo, allí donde los cursos fluviales no crean una barrera natural. Pero los fosos de éste son diferentes a los del recinto A pues mientras que aquellos son meras oquedades excavadas en la roca, los fosos del recinto B son estructuras lineales, de sección cuadrangular y paredes verticales. Actualmente, los fosos se encuentran colmatados, por lo que su profundidad debió de ser mayor de la que hoy en día presentan.

En el lado sur son dos fosos. Uno de ellos, de 19 m de largo por 6,5 m de ancho y una altura de 2,05 m, se encuentra junto al camino de acceso al recinto A. En la actualidad, la zona ha sido alterada pues existe una rampa, realizada con sillares de granito, que está relacionada con el paso de maquinaria a las parcelas del interior del recinto. Por su parte, el otro foso de la zona sur se encuentra algo más al norte. Con 43 m de largo por 7,6 m de ancho, y una altura de 2,05 m, dicha estructura está bastante modificada. Y justo detrás del foso se sitúan dos lienzos originales de muralla, de dirección oeste-este, de granito colocados a soga.

El lienzo sur consta de dos tramos separados: uno, situado más al este, de 10 m, del que son visibles tres hiladas originales con una altura de 60 cm; y uno segundo tramo, el mejor conservado de todo el recinto con 22 m y 5 a 7 hiladas originales de altura (1,28 m).

En el ángulo suroeste, la muralla cambia de dirección. Aquí, el foso se detiene, quedando un tramo de acceso libre. También en este punto se localiza un túmulo, conocido como «El castillo» por su recubrimiento de sillares. «El Castillo» debió ser un torreón defensivo del giro de la muralla, que tal vez custodiase una de las puertas de acceso al Recinto B. Su recubrimiento de sillares se perdió cuando fue utilizado como cantera. De él proceden dos verracos en granito que se conservan como parte de en una colección privada en el Castillo de Monroy. El flanco oeste está protegido por un gran foso lineal de 135 m de longitud, casi 9 m de anchura y una altura de 2,3 m.

En paralelo se desarrolla el muro de cierre de una de las parcelas, realizado en mampostería. Probablemente este muro siga el trazado original de la muralla y, al actuar como terraza, ha permitido proteger la estratigrafía interior del recinto.

Más lienzos originales se sitúan hacia el norte. La excavación arqueológica dirigida por F. Hernández en uno de ellos permitió documentar que la muralla constaba de dos paramentos formados por una hilada de bloques de granito, de 0,8 m de ancho el exterior y, 0,5 m el interior y de un relleno de tierra y pizarra de 2 m de espesor. Por lo tanto, la anchura de la muralla en este punto es de 3,3 m además de contar con 14 m de largo y una altura de 1,28 m. Sobre la muralla en este tramo se habían recrecido los muros con mampostería. El paramento parece interrumpirse aquí para formar un portillo.

También en este sector es posible documentar la anchura de la muralla, el modo en que fue construida (con sillares de granito), y las diferentes reformas de las que fue objeto.

El otro tramo original del lienzo occidental se documenta más al norte. Se trata de un paramento de 10,7 m de longitud que conserva 3 hiladas (unos 0,65 m de altura). El lienzo aquí está realizado, como todos los lienzos originales, con sillería de granito trabada con una fina capa de arcilla. Se trata de un aparejo de sillares bien escuadrados, mejores que los del recinto A, colocados a soga y con hiladas bien definidas.

El lienzo occidental se pierde junto con el foso oeste en el lugar en el que aparece un nuevo túmulo, de menor altura que el anterior, que, han sido identificados con los restos de la torre que flanqueaba el giro noroeste de la muralla. En su lado oeste, hay una pequeña vaguada que se dirige al Tamuja, que queda al norte. Esta ladera es ya abrupta y llena de vegetación, similar a la umbría del recinto A.

Al noroeste del túmulo, entre la pequeña vaguada y la ladera norte, se ha localizado un nuevo foso de tipología similar a los anteriores. Este foso, cortado a pico en la pizarra, posee sección cuadrangular y un desnivel sur-norte que lo lleva junto al Tamuja, protegiendo todo este flanco de posibles asaltantes.

En la ladera norte es difícil dibujar el trazado de la muralla pues las terrazas han afectado su configuración original. No obstante, en las cercanías del foso suroeste del recinto A encontramos tres aterrazamientos superpuestos con dirección oeste-este, de los cuales, el intermedio ha sido identificado con el paramento de muralla original, mientras que el superior y el inferior han sido construidos con las piedras expoliadas o derrumbadas de la muralla. De la muralla original en este punto se conserva un tramo de 8,4 m de longitud en el lado oeste con 5 hiladas visibles y una altura de 1,2 m.

El foso suroeste del recinto A sirve como límite del recinto B. Y aquí, el foso aporta una protección artificial a la que proporciona el acusado desnivel del terreno, el más pronunciado de todo el recinto. En toda esta zona, sin embargo, se ha perdido todo vestigio de la muralla original y solo se conservan aterrazamientos que han sido realizados aprovechando el granito y la pizarra de la muralla original.

En la ladera este no se evidencian tramos originales de muralla sino que el muro existente forma parte de las delimitaciones parcelarias modernas y contemporáneas. Es muy posible que el hecho de que esta sea zona de fácil acceso, al estar situada junto a un camino, haya llevado a que se expoliaran todos los elementos pétreos de la fortificación. Francisca Hernández interpretó que en la zona sureste existían evidencias de otro torreón del que, sin embargo, no quedan evidencias materiales.

Así pues, el recinto B posee un cuidado sistema de fortificación basado en la combinación de lienzos de muralla (formados por un doble paramento de granito relleno de pizarras y tierra) y de fosos lineales de paredes rectas. Asimismo, parece que el recito pudo estar reforzado en los ángulos por torreones, hoy en día prácticamente desaparecidos.

En superficie podemos ver algún muro realizado en granito y que parece llevar la misma orientación que los hallados en la excavación y en las zonas donde las terrazas han cedido. Por tanto, cabría la posibilidad de hablar de un urbanismo organizado, tal vez de tipo ortogonal.

– Las necrópolis: El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

En el entorno de Villasviejas del Tamuja y relacionadas con el yacimiento han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo (en el término municipal de Botija), El Romazal I y el Romazal II (en el término municipal de Plasenzuela). Estos espacios funerarios fueron estudiados por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80 del siglo XX.

En la necrópolis de El Mercadillo (Botija) se han excavado un total de 46 enterramientos de cremación, siendo el ritual característico la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar. Nueve de estos enterramientos se encontraban protegidos por encachados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las necrópolis ibéricas andaluzas y de la meseta sur.

Por otro lado, en la necrópolis de El Romazal I se excavaron varios grupos de tumbas. En ella, las cremaciones se presentan en urnas más pequeñas y sin encanchados de ninguna clase. Los enterramientos, en los que son tan abundantes las cerámicas

decoradas, también están acompañados de ajuar compuesto. En las tumbas aparecen ya materiales claramente romanos que confirman una cronología tardía para la necrópolis.

Por último, en El Romazal II (Plasenzuela) fueron once los enterramientos de cremación documentados. En ellos, las urnas aparecían encajadas en oquedades en el suelo y cubiertas con un plato y acompañadas de ajuar.

De las necrópolis, la de El Mercadillo (Botija) es la más antigua pues se fecha en el siglo IV a.C, mientras que El Romazal II (Plasenzuela) es de una cronología posterior, pues se fecha en el siglo III a.C. y, finalmente, El Romazal I (Plasenzuela) se sitúa a finales de la vida del poblado, es decir, a finales del siglo II, principios del siglo I a.C.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Nos evidencia que las influencias célticas de la meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de estas.

ANEXO II

Delimitación de la zona arqueológica y su entorno de protección

Delimitación y Justificación de la Zona Arqueológica.

La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de protección y conservación que exige el amplio y brillante repertorio de recursos arqueológicos que constituye la Zona Arqueológica de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

Por consiguiente, para la delimitación de la Zona Arqueológica se ha considerado toda la información de naturaleza arqueológica disponible y procedente de los trabajos arqueológicos realizados sobre los terrenos que acogen los restos del castro de Villasviejas del Tamuja, las necrópolis a él asociadas y su entorno.

La delimitación así establecida para el yacimiento de Villasviejas del Tamuja integra los terrenos donde se localizan las estructuras documentadas, conservadas, incluso visibles junto a aquellas áreas susceptibles de albergar restos arqueológicos en el subsuelo.

De este modo, se considera que quedan protegidos la totalidad de los elementos materiales y contextos estratigráficos que componen el yacimiento arqueológico.

En definitiva, las parcelas afectadas, de manera total o parcial, por la delimitación de la Zona Arqueológica que constituyen Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, son las siguientes, con las siguientes referencias catastrales:

– En el término municipal de Botija:

– En el término municipal de Plasenzuela:

 

 

 

 

 

BOE num. 36 jueves 11 febrero 2016

COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA

Bienes de interés cultural

Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejería de Educación y Cultura, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de zona arqueológica

El Estatuto de Autonomía en la redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero de reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de Extremadura, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la «Cultura en cualquiera de sus manifestaciones», así como el «Patrimonio Histórico y Cultural de interés para la Comunidad Autónoma».

La Ley 2/1999, de 29 de Marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, regula la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda de entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada Ley.

El yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidos. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados «riberos» o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV a.C.) pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es el que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado Recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El Recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina Suroeste hacia el flanco Norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, en donde se localiza también el mencionado arroyo del verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es importante para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el período conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

En el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los ochenta.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV a.C. En ella predominan las influencias meridionales y la aristrocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las Ibéricas Andaluzas y de la Meseta Sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III a.C., e inmediata con el Romazal (s. II-I a.C.). Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km. al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento, su necesaria protección frente a potenciales factores de afección y su valoración social justifican su declaración como Bien de interés cultural.

Vista la propuesta de 31 de marzo de 2015 de la Directora General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura y en virtud de las competencias en materia de Patrimonio Cultural, Histórico-Arqueológico, Monumental, Artístico y Científico de interés para la región, recogidas en el art.2.1. de la Ley 2/1999, de 29 de Marzo, del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y en virtud de las facultades conferidas por el Decreto 104/2011 de 22 de Julio, por el que se regula la estructura orgánica básica de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura y por el Decreto 210/2011, de 5 de agosto, por el que se establece la estructura orgánica de la Consejería de Educación Cultura y demás preceptos de general aplicación, resuelvo:

Primero.

Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de El Yacimiento Arqueológico de Villasviejas de Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, el Romazal I y el Romazal II, en Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), que se encuentran descritos en los Anexos, en la categoría de Zona Arqueológica, para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño.

Segundo.

Continuar la tramitación del expediente, de acuerdo con la legislación vigente.

Tercero.

Remítase la presente resolución al «Diario Oficial de Extremadura» para su publicación y la apertura de un trámite de información pública por periodo de un mes.

Cuarto.

Notifíquese a los interesados, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado».

Mérida, 13 de mayo de 2015.–La Consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales Basarrate.

ANEXOS

(Se publica como anexo un extracto de la Memoria técnica de fecha 20 de febrero de 2015. La Memoria íntegra a la que hace referencia el acuerdo de incoación, consta en el expediente administrativo correspondiente. Este expediente se encuentra depositado en las dependencias de la Dirección General de Patrimonio Cultural, Servicio de Patrimonio Histórico-Artístico (Avenida Valhondo, s/n. Módulo 4, Planta 2ª, 06800 Mérida, Badajoz) y podrá ser consultado por aquellos interesados en el procedimiento y que acrediten esta condición, de acuerdo con lo que disponen los artículos 31 y ss. de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de régimen jurídico de las administraciones públicas y del procedimiento administrativo común, modificada por la Ley 4/1999, de 13 de enero).

ANEXO I

Descripción de la zona arqueológica

La investigación arqueológica

Las Villasviejas del Tamuja fueron redescubiertas para el conocimiento arqueológico contemporáneo por Marcial Calzado, realizándose las primeras actuaciones arqueológicas a cargo de Dª. Francisca Hernández, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las campañas arqueológicas dirigidas por Francisca Hernández Hernández durante los años 1968, 1969, 1971, 1973, 1976, 1979, 1982, 1985 a 1990, autora de las correspondientes memorias de excavación y de varias publicaciones, junto al Plan Director de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres) Propuesta de Conservación, Investigación y Puesta en Valor, han permitido incrementar notablemente nuestro conocimiento sobre el yacimiento.

Villasviejas del Tamuja

Villasviejas del Tamuja se encuentra en el límite septentrional término municipal de Botija (Cáceres). El paisaje en el que se encuentra está dominado por suaves ondulaciones cubiertas de dehesa y por el encajonamiento de la red fluvial, especialmente del río Tamuja, que ha excavado las rocas pizarrosas del entorno hasta constituir un curso encajonado conocido como ribero. El yacimiento no destaca en el entorno por su altura aunque su orografía favorece sus cualidades defensivas.

La ocupación más antigua del yacimiento no corresponde a la época protohistórica, sino que algunos materiales recogidos en superficie evidencian una ocupación prehistórica, posiblemente calcolítica, ya que encontramos puntas de palmela, de pedúnculo y aletas, de sección lenticular, así como microlitos y núcleos de talla lítica micro-laminar.

Villasviejas del Tamuja puede considerarse tanto un castro como un oppidum. Por su ubicación y características responde al perfil de un castro, pero En un momento avanzado de la Edad del Hierro, el asentamiento de las Villasviejas debió de controlar la producción minera de la zona y otros asentamientos menores del entorno, como son el El Cerro del Tamuja (Cáceres) y el Cerro Castrejón (Plasenzuela). Por consiguiente, sus funciones centralizadoras de la minería de un territorio, la posible acuñación de monedas y la llegada de Roma supusieron una evolución hasta convertirlo en un oppidum.

La posibilidad de un traslado de gentes desde la Celtiberia hasta las Villasviejas, con el fin de trabajar en las minas, se ha planteado como una forma de solucionar los problemas que plantea la adscripción de la ceca Tamusia al yacimiento. Así mismo, se explicarían las influencias en el armamento aparecido en las necrópolis y la epigrafía de tipo celtibérico en algunos recipientes cerámicos.

Igualmente, se ha señalado que es probable que el yacimiento sirviese como lugar de acantonamiento de tropas durante la conquista romana y las posteriores guerras civiles, siendo, tal vez, una de las castra contributa de la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Con la reorganización romana del territorio y la fundación de Norba Caesarina, Villasviejas del Tamuja queda en un territorio marginal entre el ager de Norba y el de Turgallium (Trujillo), así como alejado de las principales vías de comunicación. Esta decadencia explica su paulatino abandona a favor de otras entidades poblacionales ya adaptadas a la economía y sociedad romana.

Los recintos amurallados

El Castro de Villasviejas del Tamuja se compone de dos recintos amurallados que han sido identificados como Recinto A y el Recinto B.

Recinto A.

El Recinto A se sitúa en una suave loma, de unos 499 m. de altura en la cima, que actúa a modo de península, delimitada en dos de sus lados, el occidental y el septentrional por el encajonado curso del Tamuja, y en el lado oriental por la vaguada del arroyo del Verraco, un curso de agua estacional. Este cerro no difiere en altura de los de su alrededor, siendo incluso más alta la margen izquierda del Tamuja en el lado Norte. Por su parte, el lado sur, que lo comunica con el resto del paisaje adehesado, es el único punto de fácil tránsito y acceso al resto de la colina.

Actualmente, la topografía original se encuentra alterada tanto por las obras de fortificación protohistóricas como por los aterrazamientos modernos y contemporáneos que transformaron el yacimiento en tierras de labor. Por otro lado, el yacimiento también se encuentra sumamente compartimentado por paredes realizadas en mampostería de pizarras y por alambre de espino, siendo el uso prioritario el ganadero.

El Recinto A aprovechó para la defensa del hábitat las estupendas condiciones naturales del terreno que lo aislaban del exterior, especialmente en los lados norte y oeste. El yacimiento fue fortificado con una muralla en la casi totalidad de su perímetro, siendo esta obra identificable en múltiples puntos aparte de las zonas excavadas. En el ángulo noreste se encuentra un farallón de pizarras que cae en vertical sobre la confluencia del Tamuja con el arroyo del Verraco que, probablemente, se usó como elemento defensivo natural.

Asimismo, en la zona más vulnerable, el lado sur, se realizaron dos grandes fosos con un pasillo central. El foso sureste posee actualmente una forma circular u ovalada. Es posible que, originalmente, no se encontrara cegado por su lado este sino que se abriera hasta la vaguada de El Verraco. Este cegamiento se produjo por la la construcción de un terraplén que permitió alcanzar más fácilmente las parcelas situadas en la ladera este del cerro. El foso suroeste es muy probable que aprovechase una pequeña vaguada natural que se amplió excavándose en la roca un ancho y profundo foso que reducía las posibilidades de tránsito por esta zona. Este foso ha sido transformado mediante terrazas realizadas con las piedras de granito caídas del lienzo original que se conserva en lo alto.

En el frente sur se puede comprobar que existe un desnivel artificial que corresponde a la muralla que permanece aún sin desenterrar. Sin embargo, existen diferentes puntos en los que la muralla aflora a simple vista, pudiéndose comprobar que en los lados norte y oeste, los mejor defendidos por el encajado río Tamuja, la muralla está realizada enteramente en piedra de pizarra, mientras que, en los flancos más accesibles, el lado este y sur, la muralla está realizada con granito.

La muralla sólo ha sido excavada en uno de sus puntos, el sureste, en donde localizamos un gran bastión o torreón macizo y un tramo de muralla. La muralla aquí se resuelve con sillería irregular de granito, trabada con arcilla en su paramento exterior, y rellena con grandes piedras de granito sin desbastar, pizarras y tierra, al interior.

Un lienzo similar se sitúa en el extremo suroeste del Recinto A. Este lienzo, que se alza sobre el foso, está realizado con sillería irregular de granito, a soga. El paramento, en este punto, ha sido recrecido para ser utilizado como aterrazamiento con un aparejo mixto de piedras de granito y pizarra. Junto a él se produce el giro hacia el Norte de la muralla. En el ángulo Suroeste se aprecia el exterior de una torre circular, realizada en la misma técnica constructiva de granito, que protegería la esquina.

Desde esta zona se desarrolla un muro perpendicular que desciende hacia la ribera del Tamuja. Este muro está realizado por una sola hilada de sillares de granito, colocados a soga. Su función podría ser la de impedir el acceso a la ladera oeste desde la zona del foso suroeste. A unos pocos metros del torreón circular, comienza ya a aparecer la construcción en pizarra. Se trata de una muralla ataludada realizada en mampostería de grandes lajas de pizarra trabadas con arcilla. La cara exterior se encuentra perfectamente escuadrada, siendo la unión de las lajas casi a hueso, mientras que en su interior, las lajas son mucho más irregulares se unen con arcilla. Se conservan zonas de hasta dos metros de altura, aunque en algunos puntos está bastante deteriorada, presenta grandes brechas en la base.

En algunos puntos, la muralla presenta un doble ataludamiento en el tramo que discurre en sentido sur-norte, cerca de la vaguada existente en la ladera oeste hacia la mitad del recinto. Se ha supuesto que esta vaguada sea de origen artificial y que fuese una de las salidas hacia la ribera del Tamuja. Lo cierto es que la muralla gira en dirección Este-Oeste aprovechando la existencia de un afloramiento pizarroso que cae sobre la corriente del río. Sobre él aparece nuevamente el aparejo de granito conservando sólo cuatro hiladas. Este aparejo es el reservado a las zona más vulnerables o de representación.

Tras la vaguada, el paramento, de dirección sur-norte, ataludado y ejecutado con mampostería de pizarra, conserva algo más de dos metros en la zona más alta. Sobre él se ha construido un muro con la misma técnica pero usando unas lajas más pequeñas.

La muralla en mampostería se vuelve a perder cerca del ángulo noroeste. No obstante, en un punto surge un muro perfectamente escuadrado a base de sillería de granito; sobre él se ha aprovechado para crear una pared de pizarra. Es muy posible que se trata de un muro de una vivienda y que la muralla permanezca oculta.

En el ángulo noreste, la muralla gira adaptándose a la topografía del cerro en dirección oeste-este, donde se identifica con cierta dificultad un amplio tramo de muralla.

Es en la ladera norte donde encontramos los mejores tramos de muralla conservados. En algunos puntos la muralla llega a alcanzar los cuatro metros y aunque no se puede identificar en todo su recorrido, su trazado se intuye con facilidad. En algunos puntos se apoya y utiliza los afloramientos rocosos. Los problemas que se plantean a las estructuras en esta zona de umbría son muchos, aunque los más importantes están relacionados con un desarrollo excesivo de la vegetación. En este tramo además, parece que se abre un portillo en el lienzo original.

Por último, cabe señalar que en la esquina noroeste, donde la muralla gira para recorrer la ladera este en sentido norte-sur, el farallón pizarroso se arquitectonizó para ser integrado como torreón o ángulo en el sistema defensivo.

En la ladera este, la muralla es de características similares a la documentada en el lado sur, con un paramento exterior de aparejo isódomo de sillería escuadrada, bastante cuidada. El lienzo, que presenta en este punto un ligero talud, seguramente sirvió tanto de muro defensivo como de terraza sobre la que edificar las viviendas.

En el ángulo sureste es donde se encuentra el gran torreón o bastión que protegía todo este flanco. Se trata de una gran estructura de la que, por desgracia, no conservamos todo su volumen ya que sirvió de cantera a la población de Botija para la construcción del ayuntamiento en la década de los 50 del siglo XX. Se ha presupuesto que en esta zona debió existir un acceso al Recinto A debido al hallazgo de una escalera.

Recinto B.

El Recinto B se encuentra situado al suroeste del Recinto A, en una suave elevación con pendiente suroeste-noreste. Su forma es aproximadamente cuadrangular. El recinto no destaca particularmente del entorno pues la orografía baja suavemente hacia el Tamuja por el este y apenas se diferencia de las lomas y afloramientos de pizarra del lado sur. No obstante, su frente norte, está marcado por el mismo encajonamiento del río que protege el Recinto A. Por su parte, el frente este está marcado por la vaguada del arroyo del Verraco, y en la actualidad se encuentra modificado por el camino de acceso al Recinto A.

Como ocurre en el Recinto A, la topografía original está alterada por la parcelación y el aterrazamiento, y su muralla se encuentra perdida al haber servido como cantera. Es muy probable que la cercana presa del molino de «La Muralla» esté realizada con los sillares graníticos de la que fue muralla de protección del recinto.

Las obras de defensa más visibles en este recinto son los fosos que protegen los flancos más débiles del mismo, allí donde los cursos fluviales no crean una barrera natural. Pero los fosos de éste son diferentes a los del Recinto A pues mientras que aquellos son meras oquedades excavadas en la roca, los fosos del recinto B son estructuras lineales, de sección cuadrangular y paredes verticales. Actualmente, los fosos se encuentran colmatados, por lo que su profundidad debió de ser mayor de la que hoy en día presentan.

En el lado sur son dos fosos. Uno de ellos, de 19 m. de largo por 6,5 m. de ancho y una altura de 2,05 m., se encuentra junto al camino de acceso al Recinto A. En la actualidad, la zona ha sido alterada pues existe una rampa, realizada con sillares de granito, que está relacionada con el paso de maquinaria a las parcelas del interior del recinto. Por su parte, el otro foso de la zona sur se encuentra algo más al norte. Con 43 m. de largo por 7,6 m. de ancho, y una altura de 2,05 m., dicha estructura está bastante modificada. Y justo detrás del foso se sitúan dos lienzos originales de muralla, de dirección oeste-este, de granito colocados a soga.

El lienzo sur consta de dos tramos separados: uno, situado más al este, de 10 m., del que son visibles tres hiladas originales con una altura de 60 cm.; y uno segundo tramo,el mejor conservado de todo el recinto con 22 m. y 5 a 7 hiladas originales de altura (1,28 m.).

En el ángulo suroeste, la muralla cambia de dirección. Aquí, el foso se detiene, quedando un tramo de acceso libre. También en este punto se localiza un túmulo, conocido como «El castillo» por su recubrimiento de sillares. «El Castillo» debió ser un torreón defensivo del giro de la muralla, que tal vez custodiase una de las puertas de acceso al Recinto B. Su recubrimiento de sillares se perdió cuando fue utilizado como cantera. De él proceden dos verracos en granito que se conservan como parte de en una colección privada en el Castillo de Monroy. El flanco oeste está protegido por un gran foso lineal de 135 m. de longitud, casi 9 m. de anchura y una altura de 2,3 m.

En paralelo se desarrolla el muro de cierre de una de las parcelas, realizado en mampostería. Probablemente este muro siga el trazado original de la muralla y, al actuar como terraza, ha permitido proteger la estratigrafía interior del recinto.

Más lienzos originales se sitúan hacia el norte. La excavación arqueológica dirigida por F. Hernández en uno de ellos permitió documentar que la muralla constaba de dos paramentos formados por una hilada de bloques de granito, de 0,8 m. de ancho el exterior y, 0,5 m el interior y de un relleno de tierra y pizarra de 2 m. de espesor. Por lo tanto, la anchura de la muralla en este punto es de 3,3 m. además de contar con 14 m. de largo y una altura de 1,28 m. Sobre la muralla en este tramo se habían recrecido los muros con mampostería. El paramento parece interrumpirse aquí para formar un portillo.

También en este sector es posible documentar la anchura de la muralla, el modo en que fue construida (con sillares de granito), y las diferentes reformas de las que fue objeto.

El otro tramo original del lienzo occidental se documenta más al norte. Se trata de un paramento de 10,7 m. de longitud que conserva 3 hiladas (unos 0,65m. de altura). El lienzo aquí está realizado, como todos los lienzos originales, con sillería de granito trabada con una fina capa de arcilla. Se trata de un aparejo de sillares bien escuadrados, mejores que los del Recinto A, colocados a soga y con hiladas bien definidas.

El lienzo occidental se pierde junto con el foso oeste en el lugar en el que aparece un nuevo túmulo, de menor altura que el anterior, que, han sido identificados con los restos de la torre que flanqueaba el giro noroeste de la muralla. En su lado oeste, hay una pequeña vaguada que se dirige al Tamuja, que queda al norte. Esta ladera es ya abrupta y llena de vegetación, similar a la umbría del Recinto A.

Al noroeste del túmulo, entre la pequeña vaguada y la ladera Norte, se ha localizado un nuevo foso de tipología similar a los anteriores. Este foso, cortado a pico en la pizarra, posee sección cuadrangular y un desnivel sur-norte que lo lleva junto al Tamuja, protegiendo todo este flanco de posibles asaltantes.

En la ladera norte, es difícil dibujar el trazado de la muralla pues las terrazas han afectado su configuración original. No obstante, en las cercanías del foso suroeste del Recinto A encontramos tres aterrazamientos superpuestos con dirección oeste-oste, de los cuales, el intermedio ha sido identificado con el paramento de muralla original, mientras que el superior y el inferior han sido construidos con las piedras expoliadas o derrumbadas de la muralla. De la muralla original en este punto se conserva un tramo de 8,4 m. de longitud en el lado oeste con 5 hiladas visibles y una altura de 1,2 m.

El foso suroeste del Recinto A sirve como límite del Recinto B. Y aquí, el foso aporta una protección artificial a la que proporciona el acusado desnivel del terreno, el más pronunciado de todo el recinto. En toda esta zona, sin embargo, se ha perdido todo vestigio de la muralla original y sólo se conservan aterrazamientos que han sido realizados aprovechando el granito y la pizarra de la muralla original.

En la ladera este no se evidencian tramos originales de muralla sino que el muro existente forma parte de las delimitaciones parcelarias modernas y contemporáneas. Es muy posible que el hecho de que ésta sea zona de fácil acceso, al estar situada junto a un camino, haya llevado a que se expoliaran todos los elementos pétreos de la fortificación. Francisca Hernández interpretó que en la zona sureste existían evidencias de otro torreón del que, sin embargo, no quedan evidencias materiales.

Así pues, el Recinto B posee un cuidado sistema de fortificación basado en la combinación de lienzos de muralla (formados por un doble paramento de granito relleno de pizarras y tierra) y de fosos lineales de paredes rectas. Asimismo, parece que el recito pudo estar reforzado en los ángulos por torreones, hoy en día prácticamente desaparecidos.

En superficie podemos ver algún muro realizado en granito y que parece llevar la misma orientación que los hallados en la excavación y en las zonas donde las terrazas han cedido. Por tanto, cabría la posibilidad de hablar de un urbanismo organizado, tal vez de tipo ortogonal.

Las necrópolis: El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II

En el entorno de Villasviejas del Tamuja y relacionadas con el yacimiento han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo (en el término municipal de Botija), El Romazal I y el Romazal II (en el término municipal de Plasenzuela). Estos espacios funerarios fueron estudiados por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80 del siglo XX.

En la necrópolis de El Mercadillo (Botija) se han excavado un total de 46 enterramientos de cremación, siendo el ritual característico la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar. Nueve de estos enterramientos se encontraban protegidos por encachados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las necrópolis ibéricas andaluzas y de la Meseta Sur.

">Por otro lado, en la necrópolis de El Romazal I se excavaron varios grupos de tumbas. En ella, las cremaciones se presentan en urnas más pequeñas y sin encanchados de ninguna clase. Los enterramientos, en los que son tan abundantes las cerámicas decoradas, también están acompañados de ajuar compuesto. En las tumbas aparecen ya materiales claramente romanos que confirman una cronología tardía para la necrópolis.

Por último, en El Romazal II (Plasenzuela) fueron once los enterramientos de cremación documentados. En ellos, las urnas aparecían encajadas en oquedades en el suelo y cubiertas con un plato y acompañadas de ajuar.

De las necrópolis, la de El Mercadillo (Botija) es la más antigua pues se fecha en el s. IV a.C, mientras que El Romazal II (Plasenzuela) es de una cronología posterior, pues se fecha en el s. III a C. y, finalmente, El Romazal I (Plasenzuela) se sitúa a finales de la vida del poblado, es decir, a finales del siglo II - principios del siglo I a.C.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas.

ANEXO 2

Delimitación de la zona arqueológica y su entorno de protección

Delimitación y Justificación de la Zona Arqueológica

La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de protección y conservación que exige el amplio y brillante repertorio de recursos arqueológicos que constituye la Zona Arqueológica de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

Por consiguiente, para la delimitación de la Zona Arqueológica se ha considerado toda la información de naturaleza arqueológica disponible y procedente de los trabajos arqueológicos realizados sobre los terrenos que acogen los restos del castro de Villasviejas del Tamuja, las necrópolis a él asociadas y su entorno.

La delimitación así establecida para el yacimiento de Villasviejas del Tamuja integra los terrenos donde se localizan las estructuras documentadas, conservadas, incluso visibles junto a aquellas áreas susceptibles de albergar restos arqueológicos en el subsuelo.

De este modo, se considera que quedan protegidos la totalidad de los elementos materiales y contextos estratigráficos que componen el yacimiento arqueológico.

En definitiva, las parcelas afectadas, de manera total o parcial, por la delimitación de la Zona Arqueológica que constituyen Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, son las siguientes, con las siguientes referencias catastrales:

En el término municipal de Botija:

En el término municipal de Cáceres:

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano anexo.

ANEXO 4

Criterios para la protección de la zona arqueológica y su entorno

1. Régimen de intervención en la Zona Arqueológica.

Villasviejas del Tamuja, en el término municipal de Botija (Cáceres), es un Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, y se regirá por lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, para los Bienes Inmuebles de Interés Cultural con dicha categoría, así como por el Plan Especial u otro instrumento de ordenación que en su caso se apruebe.

2. Régimen de intervenciones en el entorno de protección.

En tanto no se apruebe el Plan Especial de Protección, cualquier actuación encaminada al desplazamiento, remoción o instalación que pretenda realizarse en el entorno de protección de la Zona Arqueológica, requerirá la previa autorización de la Consejería competente en materia de cultura. Esta autorización se emitirá en los términos previstos en la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura y la Ley 16/1985, de 25 de junio de Patrimonio Histórico Español .

3. Usos permitidos en la Zona Arqueológica y su entorno de protección.

Los posibles usos que se den a este bien deberán ser compatibles con la conservación del mismo y, en ningún caso, alterará su valor patrimonial, bajo la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural.

DOE num. 132 lunes, 11 de julio 2016

BOE lunes 14 Noviembre 2016 num. 275

PRESIDENCIA DE LA JUNTA

Bienes de Interés Cultural.- Decreto 92/2016, de 5 de julio, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres, como Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica.

El Estatuto de Autonomía de Extremadura, en redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la “Cultura en cualquiera de sus manifestaciones”, así como el “Patrimonio histórico y cultural de interés para la Comunidad Autónoma”.

En desarrollo de esta competencia se dictó la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que recoge la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada ley.

Con base en la normativa citada, se dictó Resolución de fecha 13 de mayo de 2015 (DOE, n.º 104, de 2 de junio), por la que se acuerda tener por incoado expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de Zona Arqueológica. Posteriormente, se publica una corrección de errores en el DOE n.º 115, de 17 de junio.

La incoación del expediente fue notificada al titular afectado, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres). También se notificó al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para su inscripción provisional en el Registro General de Bienes de Interés Cultural, donde se procedió a practicar anotación preventiva del expediente de declaración, con el n.º 29439 y se publicó en el Boletín Oficial del Estado. No se ha presentado ninguna alegación.

Se han cumplimentado todos los trámites previstos en los artículos 7 y siguientes de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y se han solicitado los informes de las instituciones consultivas a que se refiere el artículo 4.1. de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. Concretamente se han recibido los informes favorables de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y de la Universidad de Extremadura. También se ha obtenido informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Cáceres que, no obstante, solicita una mayor precisión en la delimitación del entorno por lo que se ha optado por incorporar al Anexo II las coordenadas UTM de los vértices del polígono correspondiente al entorno de protección de la zona arqueológica.

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.1 de la propia ley, los bienes más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural extremeño deberán ser declarados de Interés Cultural en la forma que el propio artículo detalla.

Por otro lado el artículo 6.1 en su apartado e) define como Zona Arqueológica, “el lugar o paraje natural donde existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica tanto si se encuentran en el subsuelo o bajo las aguas que discurren dentro del territorio de la Comunidad”. Ha de  significarse, a tales efectos, tal y como se deduce del informe emitido por los servicios técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de 20 de febrero de 2015, el Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidas. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados “riberos” o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV a. C.) pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio y enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado Recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El Recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina suroeste hacia el flanco norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, donde se localiza también el mencionado arroyo del verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es un importante enclave para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el período conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

Asimismo, en el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Las necrópolis fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV a. C. En ella predominan las influencias meridionales y la aristocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las Ibéricas Andaluzas y de la Meseta Sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III a. C., e inmediata con El Romazal I (s. II-I a.C.) y evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento y su valoración social justifican su declaración como Bien de Interés Cultural.

Asimismo, para dar cumplimiento al contenido de la ley, se impone proceder a la descripción clara y precisa del bien y la delimitación del entorno necesario que, siguiendo el artículo 8.1.b, será el que garantice la adecuada protección del mismo, siendo la zona periférica, exterior y continua al inmueble, de tal manera que su delimitación se circunscribirá al espacio construido o no, que da apoyo ambiental al bien y cuya alteración pudiera afectar a sus valores, a la contemplación o al estudio del mismo”.

En consecuencia, de acuerdo con lo establecido en el artículo 9.1.47 del reformado Estatuto de Autonomía de Extremadura y con el artículo 9.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, a propuesta del Excmo. Sr. Presidente de la Junta de Extremadura, y previa deliberación del Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, en sesión celebrada el día 5 de julio de 2016,

DISPONGO :

Artículo 1. Declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica.

Se declara Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, el  Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), según la descripción y ubicación que se recogen en los Anexos de este decreto.

Artículo 2. Publicaciones.

Publicar en el Diario Oficial de Extremadura y en el Boletín Oficial del Estado el presente decreto, y notificar el mismo a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), a los propietarios y al resto de posibles interesados.

Artículo 3. Inscripción en los Registros.

Inscribir en el Registro de Bienes de interés Cultural de Extremadura y notificar al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, esta declaración para su inscripción definitiva en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Estado.

Disposición final única. Entrada en vigor.

El presente decreto entrará en vigor el mismo día de su publicación en el Diario Oficial de Extremadura.

Mérida, 5 de julio de 2016. El Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernandez

ANEXO I

DESCRIPCIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA

• La investigación arqueológica Las Villasviejas del Tamuja fueron redescubiertas para el conocimiento arqueológico contemporáneo por Marcial Calzado, realizándose las primeras actuaciones arqueológicas a cargo de D.ª Francisca Hernández, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las campañas arqueológicas dirigidas por Francisca Hernández Hernández durante los años 1968, 1969, 1971, 1973, 1976, 1979, 1982, 1985 a 1990, autora de las correspondientes memorias de excavación y de varias publicaciones, junto al Plan Director de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres) Propuesta de Conservación, Investigación y Puesta en Valor, han permitido incrementar notablemente nuestro conocimiento sobre el yacimiento.

• Villasviejas del Tamuja

Villasviejas del Tamuja se encuentra en el límite septentrional término municipal de Botija (Cáceres). El paisaje en el que se encuentra está dominado por suaves ondulaciones cubiertas de dehesa y por el encajonamiento de la red fluvial, especialmente del río Tamuja, que ha excavado las rocas pizarrosas del entorno hasta constituir un curso encajonado conocido como ribero. El yacimiento no destaca en el entorno por su altura aunque su orografía favorece sus cualidades defensivas.

La ocupación más antigua del yacimiento no corresponde a la época protohistórica, sino que algunos materiales recogidos en superficie evidencian una ocupación prehistórica, posiblemente calcolítica, ya que encontramos puntas de palmela, de pedúnculo y aletas, de sección lenticular, así como microlitos y núcleos de talla lítica micro-laminar.

Villasviejas del Tamuja puede considerarse tanto un castro como un oppidum. Por su ubicación y características responde al perfil de un castro, pero en un momento avanzado de la Edad del Hierro, el asentamiento de las Villasviejas debió de controlar la producción minera de la zona y otros asentamientos menores del entorno, como son el Cerro del Tamuja (Cáceres) y el Cerro Castrejón (Plasenzuela). Por consiguiente, sus funciones centralizadoras de la minería de un territorio, la posible acuñación de monedas y la llegada de Roma supusieron una evolución hasta convertirlo en un oppidum.

La posibilidad de un traslado de gentes desde la Celtiberia hasta las Villasviejas, con el fin de trabajar en las minas, se ha planteado como una forma de solucionar los problemas que plantea la adscripción de la ceca Tamusia al yacimiento. Así mismo, se explicarían las influencias en el armamento aparecido en las necrópolis y la epigrafía de tipo celtibérico en algunos recipientes cerámicos.

Igualmente, se ha señalado que es probable que el yacimiento sirviese como lugar de acantonamiento de tropas durante la conquista romana y las posteriores guerras civiles, siendo, tal vez, una de las castra contributa de la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Con la reorganización romana del territorio y la fundación de Norba Caesarina, Villasviejas del Tamuja queda en un territorio marginal entre el ager de Norba y el de Turgallium (Trujillo), así como alejado de las principales vías de comunicación. Esta decadencia explica su paulatino abandona a favor de otras entidades poblacionales ya adaptadas a la economía y sociedad romana.

LOS RECINTOS AMURALLADOS

El Castro de Villasviejas del Tamuja se compone de dos recintos amurallados que han sido identificados como Recinto A y el Recinto B.

Recinto A

El Recinto A se sitúa en una suave loma, de unos 499 m. de altura en la cima, que actúa a modo de península, delimitada en dos de sus lados, el occidental y el septentrional por el encajonado curso del Tamuja, y en el lado oriental por la vaguada del arroyo del Verraco, un curso de agua estacional. Este cerro no difiere en altura de los de su alrededor, siendo incluso más alta la margen izquierda del Tamuja en el lado Norte. Por su parte, el lado sur, que lo comunica con el resto del paisaje adehesado, es el único punto de fácil tránsito y acceso al resto de la colina.

Actualmente, la topografía original se encuentra alterada tanto por las obras de fortificación protohistóricas como por los aterrazamientos modernos y  contemporáneos que transformaron el yacimiento en tierras de labor. Por otro lado, el yacimiento también se encuentra sumamente compartimentado por paredes realizadas en mampostería de pizarras y por alambre de espino, siendo el uso prioritario el ganadero.

El Recinto A aprovechó para la defensa del hábitat las estupendas condiciones naturales del terreno que lo aislaban del exterior, especialmente en los lados norte y oeste. El yacimiento fue fortificado con una muralla en la casi totalidad de su perímetro, siendo esta obra identificable en múltiples puntos aparte de las zonas excavadas. En el ángulo noreste se encuentra un farallón de pizarras que cae en vertical sobre la confluencia del Tamuja con el arroyo del Verraco que,  probablemente, se usó como elemento defensivo natural.

Asimismo, en la zona más vulnerable, el lado sur, se realizaron dos grandes fosos con un pasillo central. El foso sureste posee actualmente una forma circular u ovalada. Es posible que, originalmente, no se encontrara cegado por su lado este sino que se abriera hasta la vaguada de El Verraco. Este cegamiento se produjo por la construcción de un terraplén que permitió alcanzar más fácilmente las parcelas situadas en la ladera este del cerro. El foso suroeste es muy probable que aprovechase una pequeña vaguada natural que se amplió excavándose en la roca un ancho y profundo foso que reducía las posibilidades de tránsito por esta zona. Este foso ha sido transformado mediante terrazas realizadas con las piedras de granito caídas del lienzo original que se conserva en lo alto.

En el frente sur se puede comprobar que existe un desnivel artificial que  corresponde a la muralla que permanece aún sin desenterrar. Sin embargo, existen diferentes puntos en los que la muralla aflora a simple vista, pudiéndose comprobar que en los lados norte y oeste, los mejor defendidos por el encajado río Tamuja, la muralla está realizada enteramente en piedra de pizarra, mientras que, en los flancos más accesibles, el lado este y sur, la muralla está realizada con granito.

La muralla sólo ha sido excavada en uno de sus puntos, el sureste, en donde localizamos un gran bastión o torreón macizo y un tramo de muralla. La muralla aquí se resuelve con sillería irregular de granito, trabada con arcilla en su paramento exterior, y rellena con grandes piedras de granito sin desbastar, pizarras y tierra, al interior.

Un lienzo similar se sitúa en el extremo suroeste del Recinto A. Este lienzo, que se alza sobre el foso, está realizado con sillería irregular de granito, a soga. El paramento, en este punto, ha sido recrecido para ser utilizado como aterrazamiento con un aparejo mixto de piedras de granito y pizarra. Junto a él se produce el giro hacia el norte de la muralla. En el ángulo suroeste se aprecia el exterior de una torre circular, realizada en la misma técnica constructiva de granito, que protegería la esquina.

Desde esta zona se desarrolla un muro perpendicular que desciende hacia la ribera del Tamuja. Este muro está realizado por una sola hilada de sillares de granito, colocados a soga. Su función podría ser la de impedir el acceso a la ladera oeste desde la zona del foso suroeste. A unos pocos metros del torreón circular, comienza ya a aparecer la construcción en pizarra. Se trata de una muralla ataludada  realizada en mampostería de grandes lajas de pizarra trabadas con arcilla. La cara exterior se encuentra perfectamente escuadrada, siendo la unión de las lajas casi a hueso, mientras que en su interior, las lajas son mucho más irregulares se unen con arcilla. Se conservan zonas de hasta dos metros de altura, aunque en algunos puntos está bastante deteriorada, presenta grandes brechas en la base.

En algunos puntos, la muralla presenta un doble ataludamiento en el tramo que discurre en sentido sur-norte, cerca de la vaguada existente en la ladera oeste hacia la mitad del recinto.

Se ha supuesto que esta vaguada sea de origen artificial y que fuese una de las salidas hacia la ribera del Tamuja. Lo cierto es que la muralla gira en dirección este-oeste aprovechando la existencia de un afloramiento pizarroso que cae sobre la corriente del río. Sobre él aparece nuevamente el aparejo de granito conservando sólo cuatro hiladas. Este aparejo es el reservado a las zonas más vulnerables o de representación.

Tras la vaguada, el paramento, de dirección sur-norte, ataludado y ejecutado con mampostería de pizarra, conserva algo más de dos metros en la zona más alta. Sobre él se ha construido un muro con la misma técnica pero usando unas lajas más pequeñas.

La muralla en mampostería se vuelve a perder cerca del ángulo noroeste. No obstante, en un punto surge un muro perfectamente escuadrado a base de sillería de granito; sobre él se ha aprovechado para crear una pared de pizarra. Es muy posible que se trata de un muro de una vivienda y que la muralla permanezca oculta.

En el ángulo noreste, la muralla gira adaptándose a la topografía del cerro en dirección oeste-este, donde se identifica con cierta dificultad un amplio tramo de muralla.

Es en la ladera norte donde encontramos los mejores tramos de muralla  conservados.

En algunos puntos la muralla llega a alcanzar los cuatro metros y aunque no se puede identificar en todo su recorrido, su trazado se intuye con facilidad. En algunos puntos se apoya y utiliza los afloramientos rocosos. Los problemas que se plantean a las estructuras en esta zona de umbría son muchos, aunque los más importantes están relacionados con un desarrollo excesivo de la vegetación. En este tramo además, parece que se abre un portillo en el lienzo original.

Por último, cabe señalar que en la esquina noroeste, donde la muralla gira para recorrer la ladera este en sentido norte-sur, el farallón pizarroso se arquitectonizó para ser integrado como torreón o ángulo en el sistema defensivo.

En la ladera este, la muralla es de características similares a la documentada en el lado sur, con un paramento exterior de aparejo isódomo de sillería escuadrada, bastante cuidada. El lienzo, que presenta en este punto un ligero talud,  seguramente sirvió tanto de muro defensivo como de terraza sobre la que edificar las viviendas.

En el ángulo sureste es donde se encuentra el gran torreón o bastión que protegía todo este flanco. Se trata de una gran estructura de la que, por desgracia, no conservamos todo su volumen ya que sirvió de cantera a la población de Botija para la construcción del ayuntamiento en la década de los 50 del siglo XX. Se ha presupuesto que en esta zona debió existir un acceso al Recinto A debido al hallazgo de una escalera.

Recinto B

El Recinto B se encuentra situado al suroeste del Recinto A, en una suave elevación con pendiente suroeste-noreste. Su forma es aproximadamente cuadrangular. El recinto no destaca particularmente del entorno pues la orografía baja suavemente hacia el Tamuja por el este y apenas se diferencia de las lomas y afloramientos de pizarra del lado sur. No obstante, su frente norte, está marcado por el mismo encajonamiento del río que protege el Recinto A. Por su parte, el frente este está marcado por la vaguada del arroyo del Verraco, y en la actualidad se encuentra modificado por el camino de acceso al Recinto A.

Como ocurre en el Recinto A, la topografía original está alterada por la parcelación y el aterrazamiento, y su muralla se encuentra perdida al haber servido como cantera. Es muy probable que la cercana presa del molino de “La Muralla” esté realizada con los sillares graníticos de la que fue muralla de protección del recinto.

Las obras de defensa más visibles en este recinto son los fosos que protegen los flancos más débiles del mismo, allí donde los cursos fluviales no crean una barrera natural. Pero los fosos de éste son diferentes a los del Recinto A pues mientras que aquellos son meras oquedades excavadas en la roca, los fosos del recinto B son estructuras lineales, de sección cuadrangular y paredes verticales. Actualmente, los fosos se encuentran colmatados, por lo que su profundidad debió de ser mayor de la que hoy en día presentan.

En el lado sur son dos fosos. Uno de ellos, de 19 m. de largo por 6,5 m de ancho y una altura de 2,05 m, se encuentra junto al camino de acceso al Recinto A. En la actualidad, la zona ha sido alterada pues existe una rampa, realizada con sillares de granito, que está relacionada con el paso de maquinaria a las parcelas del interior del recinto. Por su parte, el otro foso de la zona sur se encuentra algo más al norte. Con 43 m de largo por 7,6 m de ancho, y una altura de 2,05 m, dicha estructura está bastante modificada. Y justo detrás del foso se sitúan dos lienzos originales de muralla, de dirección oeste-este, de granito colocados a soga.

El lienzo sur consta de dos tramos separados: uno, situado más al este, de 10 m, del que son visibles tres hiladas originales con una altura de 60 cm; y uno segundo tramo, el mejor conservado de todo el recinto con 22 m y 5 a 7 hiladas originales de altura (1,28 m).

En el ángulo suroeste, la muralla cambia de dirección. Aquí, el foso se detiene, quedando un tramo de acceso libre. También en este punto se localiza un túmulo, conocido como “El Castillo” por su recubrimiento de sillares. “El Castillo” debió ser un torreón defensivo del giro de la muralla, que tal vez custodiase una de las puertas de acceso al Recinto B. Su recubrimiento de sillares se perdió cuando fue utilizado como cantera. De él proceden dos verracos en granito que se conservan como parte de en una colección privada en el Castillo de Monroy. El flanco oeste está protegido por un gran foso lineal de 135 m de longitud, casi 9 m de anchura y una altura de 2,3 m.

En paralelo se desarrolla el muro de cierre de una de las parcelas, realizado en mampostería.

Probablemente este muro siga el trazado original de la muralla y, al actuar como terraza, ha permitido proteger la estratigrafía interior del recinto.

Más lienzos originales se sitúan hacia el norte. La excavación arqueológica dirigida por F. Hernández en uno de ellos permitió documentar que la muralla constaba de dos paramentos formados por una hilada de bloques de granito, de 0,8 m de ancho el exterior y, 0,5 m el interior y de un relleno de tierra y pizarra de 2 m de espesor. Por lo tanto, la anchura de la muralla en este punto es de 3,3 m además de contar con 14 m de largo y una altura de 1,28 m. Sobre la muralla en este tramo se habían recrecido los muros con mampostería. El paramento parece interrumpirse aquí para formar un portillo.

También en este sector es posible documentar la anchura de la muralla, el modo en que fue construida (con sillares de granito), y las diferentes reformas de las que fue objeto.

El otro tramo original del lienzo occidental se documenta más al norte. Se trata de un paramento de 10,7 m de longitud que conserva 3 hiladas (unos 0,65 m de altura). El lienzo aquí está realizado, como todos los lienzos originales, con sillería de granito trabada con una fina capa de arcilla. Se trata de un aparejo de sillares bien escuadrados, mejores que los del Recinto A, colocados a soga y con hiladas bien definidas.

El lienzo occidental se pierde junto con el foso oeste en el lugar en el que aparece un nuevo túmulo, de menor altura que el anterior, que, han sido identificados con los restos de la torre que flanqueaba el giro noroeste de la muralla. En su lado oeste, hay una pequeña vaguada que se dirige al Tamuja, que queda al norte. Esta ladera es ya abrupta y llena de vegetación, similar a la umbría del Recinto A.

Al noroeste del túmulo, entre la pequeña vaguada y la ladera norte, se ha localizado un nuevo foso de tipología similar a los anteriores. Este foso, cortado a pico en la pizarra, posee sección cuadrangular y un desnivel sur-norte que lo lleva junto al Tamuja, protegiendo todo este flanco de posibles asaltantes.

En la ladera norte, es difícil dibujar el trazado de la muralla pues las terrazas han afectado su configuración original. No obstante, en las cercanías del foso suroeste del Recinto A encontramos tres aterrazamientos superpuestos con dirección oeste-este, de los cuales, el intermedio ha sido identificado con el paramento de muralla original, mientras que el superior y el inferior han sido construidos con las piedras expoliadas o derrumbadas de la muralla.

De la muralla original en este punto se conserva un tramo de 8,4 m de longitud en el lado oeste con 5 hiladas visibles y una altura de 1,2 m.

El foso suroeste del Recinto A sirve como límite del Recinto B. Y aquí, el foso aporta una protección artificial a la que proporciona el acusado desnivel del terreno, el más pronunciado de todo el recinto. En toda esta zona, sin embargo, se ha perdido todo vestigio de la muralla original y sólo se conservan aterrazamientos que han sido realizados aprovechando el granito y la pizarra de la muralla original.

En la ladera este no se evidencian tramos originales de muralla sino que el muro existente forma parte de las delimitaciones parcelarias modernas y contemporáneas. Es muy posible que el hecho de que ésta sea zona de fácil acceso, al estar situada junto a un camino, haya llevado a que se expoliaran todos los elementos pétreos de la fortificación. Francisca Hernández interpretó que en la zona sureste existían evidencias de otro torreón del que, sin embargo, no quedan evidencias materiales.

Así pues, el Recinto B posee un cuidado sistema de fortificación basado en la combinación de lienzos de muralla (formados por un doble paramento de granito relleno de pizarras y tierra) y de fosos lineales de paredes rectas. Asimismo, parece que el recito pudo estar reforzado en los ángulos por torreones, hoy en día prácticamente desaparecidos.

En superficie podemos ver algún muro realizado en granito y que parece llevar la misma orientación que los hallados en la excavación y en las zonas donde las terrazas han cedido.

Por tanto, cabría la posibilidad de hablar de un urbanismo organizado, tal vez de tipo ortogonal.

• Las necrópolis: El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II

En el entorno de Villasviejas del Tamuja y relacionadas con el yacimiento han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo (en el término municipal de Botija), El Romazal I y el Romazal II (en el término municipal de Plasenzuela). Estos espacios funerarios fueron estudiados por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80 del siglo XX.

En la necrópolis de El Mercadillo (Botija) se han excavado un total de 46 enterramientos de cremación, siendo el ritual característico la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar. Nueve de estos enterramientos se encontraban protegidos por encachados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las necrópolis ibéricas andaluzas y de la Meseta Sur.

Por otro lado, en la necrópolis de El Romazal I se excavaron varios grupos de tumbas. En ella, las cremaciones se presentan en urnas más pequeñas y sin encanchados de ninguna clase. Los enterramientos, en los que son tan abundantes las cerámicas decoradas, también están acompañados de ajuar compuesto. En las tumbas aparecen ya materiales claramente romanos que confirman una cronología tardía para la necrópolis.

Por último, en El Romazal II (Plasenzuela) fueron once los enterramientos de cremación documentados. En ellos, las urnas aparecían encajadas en oquedades en el suelo y cubiertas con un plato y acompañadas de ajuar.

De las necrópolis, la de El Mercadillo (Botija) es la más antigua pues se fecha en el s. IV a. C, mientras que El Romazal II (Plasenzuela) es de una cronología posterior, pues se fecha en el s. III a. C. y, finalmente, El Romazal I (Plasenzuela) se sitúa a finales de la vida del poblado, es decir, a finales del siglo II - principios del siglo I a. C.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas.

ANEXO II

DELIMITACIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO DE PROTECCIÓN

Delimitación y justificación de la Zona Arqueológica

La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de protección y conservación que exige el amplio y brillante repertorio de recursos arqueológicos que constituye la Zona Arqueológica de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

Por consiguiente, para la delimitación de la Zona Arqueológica se ha considerado toda la información de naturaleza arqueológica disponible y procedente de los trabajos arqueológicos realizados sobre los terrenos que acogen los restos del castro de Villasviejas del Tamuja, las necrópolis a él asociadas y su entorno.

La delimitación así establecida para el yacimiento de Villasviejas del Tamuja integra los terrenos donde se localizan las estructuras documentadas, conservadas, incluso visibles junto a aquellas áreas susceptibles de albergar restos arqueológicos en el subsuelo.

De este modo, se considera que quedan protegidos la totalidad de los elementos materiales y contextos estratigráficos que componen el yacimiento arqueológico.

En definitiva, las parcelas afectadas, de manera total o parcial, por la delimitación de la Zona Arqueológica que constituyen Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, son las siguientes, con las siguientes referencias catastrales:

• En el término municipal de Botija:. DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Plasenzuela: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano Anexo.

Delimitación y justificación del entorno de la Zona Arqueológica

No sería posible la declaración de la Zona Arqueológica sin proteger su entorno inmediato pues el área delimitada como entorno debe permitir minimizar la afección al ámbito declarado, con el objeto de preservar sus valores.

Y a tal fin, la delimitación del entorno se ha basado en criterios contemplativos de la Zona Arqueológica, en consideración de su emplazamiento, por ello se incluye el paisaje circundante, con el fin de preservarlo de aquellas acciones potenciales como puedan ser futuras edificaciones o instalaciones que puedan dificultar la correcta visualización del bien, sin olvidar el hecho de que el paisaje hubo de ser determinante en la elección del asentamiento.

De acuerdo con estos criterios, se justifica la inclusión de las siguientes parcelas, de manera total o parcial, con las siguientes referencias catastrales:

• En el término municipal de Botija: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Plasenzuela: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Cáceres: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano anexo.

Para una mejor comprensión se incorporan las coordenadas de los vértices correspondientes al polígono de delimitación del entorno de protección de la Zona Arqueológica (Sistema de referencia ETRS89. Proyección UTM huso 29):

ANEXO III. PLANO DE DELIMITACIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO DE PROTECCIÓN

ANEXO IV. CRITERIOS PARA LA PROTECCIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO

1. Régimen de intervención en la Zona Arqueológica. Villasviejas del Tamuja, en el término municipal de Botija (Cáceres), es un Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, y se regirá por lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, para los Bienes Inmuebles de Interés Cultural con dicha categoría, así como por el Plan Especial u otro instrumento de ordenación que en su caso se apruebe.

2. Régimen de intervenciones en el entorno de protección. En tanto no se apruebe el Plan Especial de Protección, cualquier actuación encaminada al desplazamiento, remoción o instalación que pretenda realizarse en el entorno de protección de la Zona Arqueológica, requerirá la previa autorización de la Consejería competente en materia de cultura. Esta autorización se emitirá en los términos previstos en la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura y la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español.

3. Usos permitidos en la Zona Arqueológica y su entorno de protección. Los posibles usos que se den a este bien deberán ser compatibles con la conservación del mismo y, en ningún caso, alterará su valor patrimonial, bajo la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural.

 

DOE num. 115, miercoles 17 de junio de 2015

CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CULTURA

Bienes de Interés Cultural.- Corrección de errores de la Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija, en la categoría de Zona Arqueológica.

CORRECCIÓN de errores de la Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija, en la categoría de Zona Arqueológica.

Advertido error material en la Resolución de 13 de mayo de 2015 de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija en la categoría de Zona Arqueológica, publicada en el DOE n.º 104, de 2 de junio de 2015, se procede a efectuar la oportuna rectificación.

En la página 19559 en la que aparece el título de la Resolución

Donde dice:

“Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultura a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija en la categoría de Zona Arqueológica”.

Debe decir:

“Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de Zona Arqueológica”.

En la página 19560:

Donde dice:

“Primero. Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja de Botija (Cáceres), que se encuentra descrito en el Anexo, en la categoría de Zona Arqueológica, para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño”.

Debe decir:

“Primero. Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de: El Yacimiento Arqueológico de Villasviejas de Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, el Romazal I y el Romazal II, en Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), que se encuentran descritos en los Anexos, en la categoría de Zona Arqueológica, para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño”.

En la página 19560:

Donde dice:

“Cuarto. Notifíquese a los interesados, al Ayuntamiento de Botija, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado”.

Debe decir:

“Cuarto. Notifíquese a los interesados, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado”.

BOE num. 36 jueves 11 febrero 2016

COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA

Bienes de interés cultural

Resolución de 13 de mayo de 2015, de la Consejería de Educación y Cultura, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de zona arqueológica

El Estatuto de Autonomía en la redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero de reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de Extremadura, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la «Cultura en cualquiera de sus manifestaciones», así como el «Patrimonio Histórico y Cultural de interés para la Comunidad Autónoma».

La Ley 2/1999, de 29 de Marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, regula la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda de entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada Ley.

El yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidos. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados «riberos» o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV a.C.) pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es el que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado Recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El Recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina Suroeste hacia el flanco Norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, en donde se localiza también el mencionado arroyo del verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es importante para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el período conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

En el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los ochenta.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV a.C. En ella predominan las influencias meridionales y la aristrocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las Ibéricas Andaluzas y de la Meseta Sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III a.C., e inmediata con el Romazal (s. II-I a.C.). Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km. al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento, su necesaria protección frente a potenciales factores de afección y su valoración social justifican su declaración como Bien de interés cultural.

Vista la propuesta de 31 de marzo de 2015 de la Directora General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura y en virtud de las competencias en materia de Patrimonio Cultural, Histórico-Arqueológico, Monumental, Artístico y Científico de interés para la región, recogidas en el art.2.1. de la Ley 2/1999, de 29 de Marzo, del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y en virtud de las facultades conferidas por el Decreto 104/2011 de 22 de Julio, por el que se regula la estructura orgánica básica de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura y por el Decreto 210/2011, de 5 de agosto, por el que se establece la estructura orgánica de la Consejería de Educación Cultura y demás preceptos de general aplicación, resuelvo:

Primero.: Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de El Yacimiento Arqueológico de Villasviejas de Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, el Romazal I y el Romazal II, en Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), que se encuentran descritos en los Anexos, en la categoría de Zona Arqueológica, para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño.

Segundo.: Continuar la tramitación del expediente, de acuerdo con la legislación vigente.

Tercero.: Remítase la presente resolución al «Diario Oficial de Extremadura» para su publicación y la apertura de un trámite de información pública por periodo de un mes.

Cuarto.: Notifíquese a los interesados, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado».

Mérida, 13 de mayo de 2015.– La Consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales Basarrate.

ANEXOS

(Se publica como anexo un extracto de la Memoria técnica de fecha 20 de febrero de 2015. La Memoria íntegra a la que hace referencia el acuerdo de incoación, consta en el expediente administrativo correspondiente. Este expediente se encuentra depositado en las dependencias de la Dirección General de Patrimonio Cultural, Servicio de Patrimonio Histórico-Artístico (Avenida Valhondo, s/n. Módulo 4, Planta 2ª, 06800 Mérida, Badajoz) y podrá ser consultado por aquellos interesados en el procedimiento y que acrediten esta condición, de acuerdo con lo que disponen los artículos 31 y ss. de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de régimen jurídico de las administraciones públicas y del procedimiento administrativo común, modificada por la Ley 4/1999, de 13 de enero).

ANEXO I

Descripción de la zona arqueológica

La investigación arqueológica

Las Villasviejas del Tamuja fueron redescubiertas para el conocimiento arqueológico contemporáneo por Marcial Calzado, realizándose las primeras actuaciones arqueológicas a cargo de Dª. Francisca Hernández, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las campañas arqueológicas dirigidas por Francisca Hernández Hernández durante los años 1968, 1969, 1971, 1973, 1976, 1979, 1982, 1985 a 1990, autora de las correspondientes memorias de excavación y de varias publicaciones, junto al Plan Director de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres) Propuesta de Conservación, Investigación y Puesta en Valor, han permitido incrementar notablemente nuestro conocimiento sobre el yacimiento.

Villasviejas del Tamuja

Villasviejas del Tamuja se encuentra en el límite septentrional término municipal de Botija (Cáceres). El paisaje en el que se encuentra está dominado por suaves ondulaciones cubiertas de dehesa y por el encajonamiento de la red fluvial, especialmente del río Tamuja, que ha excavado las rocas pizarrosas del entorno hasta constituir un curso encajonado conocido como ribero. El yacimiento no destaca en el entorno por su altura aunque su orografía favorece sus cualidades defensivas.

La ocupación más antigua del yacimiento no corresponde a la época protohistórica, sino que algunos materiales recogidos en superficie evidencian una ocupación prehistórica, posiblemente calcolítica, ya que encontramos puntas de palmela, de pedúnculo y aletas, de sección lenticular, así como microlitos y núcleos de talla lítica micro-laminar.

Villasviejas del Tamuja puede considerarse tanto un castro como un oppidum. Por su ubicación y características responde al perfil de un castro, pero En un momento avanzado de la Edad del Hierro, el asentamiento de las Villasviejas debió de controlar la producción minera de la zona y otros asentamientos menores del entorno, como son el El Cerro del Tamuja (Cáceres) y el Cerro Castrejón (Plasenzuela). Por consiguiente, sus funciones centralizadoras de la minería de un territorio, la posible acuñación de monedas y la llegada de Roma supusieron una evolución hasta convertirlo en un oppidum.

La posibilidad de un traslado de gentes desde la Celtiberia hasta las Villasviejas, con el fin de trabajar en las minas, se ha planteado como una forma de solucionar los problemas que plantea la adscripción de la ceca Tamusia al yacimiento. Así mismo, se explicarían las influencias en el armamento aparecido en las necrópolis y la epigrafía de tipo celtibérico en algunos recipientes cerámicos.

Igualmente, se ha señalado que es probable que el yacimiento sirviese como lugar de acantonamiento de tropas durante la conquista romana y las posteriores guerras civiles, siendo, tal vez, una de las castra contributa de la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Con la reorganización romana del territorio y la fundación de Norba Caesarina, Villasviejas del Tamuja queda en un territorio marginal entre el ager de Norba y el de Turgallium (Trujillo), así como alejado de las principales vías de comunicación. Esta decadencia explica su paulatino abandona a favor de otras entidades poblacionales ya adaptadas a la economía y sociedad romana.

Los recintos amurallados

El Castro de Villasviejas del Tamuja se compone de dos recintos amurallados que han sido identificados como Recinto A y el Recinto B.

Recinto A.

El Recinto A se sitúa en una suave loma, de unos 499 m. de altura en la cima, que actúa a modo de península, delimitada en dos de sus lados, el occidental y el septentrional por el encajonado curso del Tamuja, y en el lado oriental por la vaguada del arroyo del Verraco, un curso de agua estacional. Este cerro no difiere en altura de los de su alrededor, siendo incluso más alta la margen izquierda del Tamuja en el lado Norte. Por su parte, el lado sur, que lo comunica con el resto del paisaje adehesado, es el único punto de fácil tránsito y acceso al resto de la colina.

Actualmente, la topografía original se encuentra alterada tanto por las obras de fortificación protohistóricas como por los aterrazamientos modernos y contemporáneos que transformaron el yacimiento en tierras de labor. Por otro lado, el yacimiento también se encuentra sumamente compartimentado por paredes realizadas en mampostería de pizarras y por alambre de espino, siendo el uso prioritario el ganadero.

El Recinto A aprovechó para la defensa del hábitat las estupendas condiciones naturales del terreno que lo aislaban del exterior, especialmente en los lados norte y oeste. El yacimiento fue fortificado con una muralla en la casi totalidad de su perímetro, siendo esta obra identificable en múltiples puntos aparte de las zonas excavadas. En el ángulo noreste se encuentra un farallón de pizarras que cae en vertical sobre la confluencia del Tamuja con el arroyo del Verraco que, probablemente, se usó como elemento defensivo natural.

Asimismo, en la zona más vulnerable, el lado sur, se realizaron dos grandes fosos con un pasillo central. El foso sureste posee actualmente una forma circular u ovalada. Es posible que, originalmente, no se encontrara cegado por su lado este sino que se abriera hasta la vaguada de El Verraco. Este cegamiento se produjo por la la construcción de un terraplén que permitió alcanzar más fácilmente las parcelas situadas en la ladera este del cerro. El foso suroeste es muy probable que aprovechase una pequeña vaguada natural que se amplió excavándose en la roca un ancho y profundo foso que reducía las posibilidades de tránsito por esta zona. Este foso ha sido transformado mediante terrazas realizadas con las piedras de granito caídas del lienzo original que se conserva en lo alto.

En el frente sur se puede comprobar que existe un desnivel artificial que corresponde a la muralla que permanece aún sin desenterrar. Sin embargo, existen diferentes puntos en los que la muralla aflora a simple vista, pudiéndose comprobar que en los lados norte y oeste, los mejor defendidos por el encajado río Tamuja, la muralla está realizada enteramente en piedra de pizarra, mientras que, en los flancos más accesibles, el lado este y sur, la muralla está realizada con granito.

La muralla sólo ha sido excavada en uno de sus puntos, el sureste, en donde localizamos un gran bastión o torreón macizo y un tramo de muralla. La muralla aquí se resuelve con sillería irregular de granito, trabada con arcilla en su paramento exterior, y rellena con grandes piedras de granito sin desbastar, pizarras y tierra, al interior.

Un lienzo similar se sitúa en el extremo suroeste del Recinto A. Este lienzo, que se alza sobre el foso, está realizado con sillería irregular de granito, a soga. El paramento, en este punto, ha sido recrecido para ser utilizado como aterrazamiento con un aparejo mixto de piedras de granito y pizarra. Junto a él se produce el giro hacia el Norte de la muralla. En el ángulo Suroeste se aprecia el exterior de una torre circular, realizada en la misma técnica constructiva de granito, que protegería la esquina.

Desde esta zona se desarrolla un muro perpendicular que desciende hacia la ribera del Tamuja. Este muro está realizado por una sola hilada de sillares de granito, colocados a soga. Su función podría ser la de impedir el acceso a la ladera oeste desde la zona del foso suroeste. A unos pocos metros del torreón circular, comienza ya a aparecer la construcción en pizarra. Se trata de una muralla ataludada realizada en mampostería de grandes lajas de pizarra trabadas con arcilla. La cara exterior se encuentra perfectamente escuadrada, siendo la unión de las lajas casi a hueso, mientras que en su interior, las lajas son mucho más irregulares se unen con arcilla. Se conservan zonas de hasta dos metros de altura, aunque en algunos puntos está bastante deteriorada, presenta grandes brechas en la base.

En algunos puntos, la muralla presenta un doble ataludamiento en el tramo que discurre en sentido sur-norte, cerca de la vaguada existente en la ladera oeste hacia la mitad del recinto. Se ha supuesto que esta vaguada sea de origen artificial y que fuese una de las salidas hacia la ribera del Tamuja. Lo cierto es que la muralla gira en dirección Este-Oeste aprovechando la existencia de un afloramiento pizarroso que cae sobre la corriente del río. Sobre él aparece nuevamente el aparejo de granito conservando sólo cuatro hiladas. Este aparejo es el reservado a las zona más vulnerables o de representación.

Tras la vaguada, el paramento, de dirección sur-norte, ataludado y ejecutado con mampostería de pizarra, conserva algo más de dos metros en la zona más alta. Sobre él se ha construido un muro con la misma técnica pero usando unas lajas más pequeñas.

La muralla en mampostería se vuelve a perder cerca del ángulo noroeste. No obstante, en un punto surge un muro perfectamente escuadrado a base de sillería de granito; sobre él se ha aprovechado para crear una pared de pizarra. Es muy posible que se trata de un muro de una vivienda y que la muralla permanezca oculta.

En el ángulo noreste, la muralla gira adaptándose a la topografía del cerro en dirección oeste-este, donde se identifica con cierta dificultad un amplio tramo de muralla.

Es en la ladera norte donde encontramos los mejores tramos de muralla conservados. En algunos puntos la muralla llega a alcanzar los cuatro metros y aunque no se puede identificar en todo su recorrido, su trazado se intuye con facilidad. En algunos puntos se apoya y utiliza los afloramientos rocosos. Los problemas que se plantean a las estructuras en esta zona de umbría son muchos, aunque los más importantes están relacionados con un desarrollo excesivo de la vegetación. En este tramo además, parece que se abre un portillo en el lienzo original.

Por último, cabe señalar que en la esquina noroeste, donde la muralla gira para recorrer la ladera este en sentido norte-sur, el farallón pizarroso se arquitectonizó para ser integrado como torreón o ángulo en el sistema defensivo.

En la ladera este, la muralla es de características similares a la documentada en el lado sur, con un paramento exterior de aparejo isódomo de sillería escuadrada, bastante cuidada. El lienzo, que presenta en este punto un ligero talud, seguramente sirvió tanto de muro defensivo como de terraza sobre la que edificar las viviendas.

En el ángulo sureste es donde se encuentra el gran torreón o bastión que protegía todo este flanco. Se trata de una gran estructura de la que, por desgracia, no conservamos todo su volumen ya que sirvió de cantera a la población de Botija para la construcción del ayuntamiento en la década de los 50 del siglo XX. Se ha presupuesto que en esta zona debió existir un acceso al Recinto A debido al hallazgo de una escalera.

Recinto B.

El Recinto B se encuentra situado al suroeste del Recinto A, en una suave elevación con pendiente suroeste-noreste. Su forma es aproximadamente cuadrangular. El recinto no destaca particularmente del entorno pues la orografía baja suavemente hacia el Tamuja por el este y apenas se diferencia de las lomas y afloramientos de pizarra del lado sur. No obstante, su frente norte, está marcado por el mismo encajonamiento del río que protege el Recinto A. Por su parte, el frente este está marcado por la vaguada del arroyo del Verraco, y en la actualidad se encuentra modificado por el camino de acceso al Recinto A.

Como ocurre en el Recinto A, la topografía original está alterada por la parcelación y el aterrazamiento, y su muralla se encuentra perdida al haber servido como cantera. Es muy probable que la cercana presa del molino de «La Muralla» esté realizada con los sillares graníticos de la que fue muralla de protección del recinto.

Las obras de defensa más visibles en este recinto son los fosos que protegen los flancos más débiles del mismo, allí donde los cursos fluviales no crean una barrera natural. Pero los fosos de éste son diferentes a los del Recinto A pues mientras que aquellos son meras oquedades excavadas en la roca, los fosos del recinto B son estructuras lineales, de sección cuadrangular y paredes verticales. Actualmente, los fosos se encuentran colmatados, por lo que su profundidad debió de ser mayor de la que hoy en día presentan.

En el lado sur son dos fosos. Uno de ellos, de 19 m. de largo por 6,5 m. de ancho y una altura de 2,05 m., se encuentra junto al camino de acceso al Recinto A. En la actualidad, la zona ha sido alterada pues existe una rampa, realizada con sillares de granito, que está relacionada con el paso de maquinaria a las parcelas del interior del recinto. Por su parte, el otro foso de la zona sur se encuentra algo más al norte. Con 43 m. de largo por 7,6 m. de ancho, y una altura de 2,05 m., dicha estructura está bastante modificada. Y justo detrás del foso se sitúan dos lienzos originales de muralla, de dirección oeste-este, de granito colocados a soga.

El lienzo sur consta de dos tramos separados: uno, situado más al este, de 10 m., del que son visibles tres hiladas originales con una altura de 60 cm.; y uno segundo tramo,el mejor conservado de todo el recinto con 22 m. y 5 a 7 hiladas originales de altura (1,28 m.).

En el ángulo suroeste, la muralla cambia de dirección. Aquí, el foso se detiene, quedando un tramo de acceso libre. También en este punto se localiza un túmulo, conocido como «El castillo» por su recubrimiento de sillares. «El Castillo» debió ser un torreón defensivo del giro de la muralla, que tal vez custodiase una de las puertas de acceso al Recinto B. Su recubrimiento de sillares se perdió cuando fue utilizado como cantera. De él proceden dos verracos en granito que se conservan como parte de en una colección privada en el Castillo de Monroy. El flanco oeste está protegido por un gran foso lineal de 135 m. de longitud, casi 9 m. de anchura y una altura de 2,3 m.

En paralelo se desarrolla el muro de cierre de una de las parcelas, realizado en mampostería. Probablemente este muro siga el trazado original de la muralla y, al actuar como terraza, ha permitido proteger la estratigrafía interior del recinto.

Más lienzos originales se sitúan hacia el norte. La excavación arqueológica dirigida por F. Hernández en uno de ellos permitió documentar que la muralla constaba de dos paramentos formados por una hilada de bloques de granito, de 0,8 m. de ancho el exterior y, 0,5 m el interior y de un relleno de tierra y pizarra de 2 m. de espesor. Por lo tanto, la anchura de la muralla en este punto es de 3,3 m. además de contar con 14 m. de largo y una altura de 1,28 m. Sobre la muralla en este tramo se habían recrpmbién ctor es posible documentar la anchura de la muralla, el modo en que fue construida (con sillares de granito), y las diferentes reformas de las que fue objeto.

El otro tramo original del lienzo occidental se documenta más al norte. Se trata de un paramento de 10,7 m. de longitud que conserva 3 hiladas (unos 0,65m. de altura). El lienzo aquí está realizado, como todos los lienzos originales, con sillería de granito trabada con una fina capa de arcilla. Se trata de un aparejo de sillares bien escuadrados, mejores que los del Recinto A, colocados a soga y con hiladas bien definidas.

El lienzo occidental se pierde junto con el foso oeste en el lugar en el que aparece un nuevo túmulo, de menor altura que el anterior, que, han sido identificados con los restos de la torre que flanqueaba el giro noroeste de la muralla. En su lado oeste, hay una pequeña vaguada que se dirige al Tamuja, que queda al norte. Esta ladera es ya abrupta y llena de vegetación, similar a la umbría del Recinto A.

Al noroeste del túmulo, entre la pequeña vaguada y la ladera Norte, se ha localizado un nuevo foso de tipología similar a los anteriores. Este foso, cortado a pico en la pizarra, posee sección cuadrangular y un desnivel sur-norte que lo lleva junto al Tamuja, protegiendo todo este flanco de posibles asaltantes.

En la ladera norte, es difícil dibujar el trazado de la muralla pues las terrazas han afectado su configuración original. No obstante, en las cercanías del foso suroeste del Recinto A encontramos tres aterrazamientos superpuestos con dirección oeste-oste, de los cuales, el intermedio ha sido identificado con el paramento de muralla original, mientras que el superior y el inferior han sido construidos con las piedras expoliadas o derrumbadas de la muralla. De la muralla original en este punto se conserva un tramo de 8,4 m. de longitud en el lado oeste con 5 hiladas visibles y una altura de 1,2 m.

El foso suroeste del Recinto A sirve como límite del Recinto B. Y aquí, el foso aporta una protección artificial a la que proporciona el acusado desnivel del terreno, el más pronunciado de todo el recinto. En toda esta zona, sin embargo, se ha perdido todo vestigio de la muralla original y sólo se conservan aterrazamientos que han sido realizados aprovechando el granito y la pizarra de la muralla original.

En la ladera este no se evidencian tramos originales de muralla sino que el muro existente forma parte de las delimitaciones parcelarias modernas y contemporáneas. Es muy posible que el hecho de que ésta sea zona de fácil acceso, al estar situada junto a un camino, haya llevado a que se expoliaran todos los elementos pétreos de la fortificación. Francisca Hernández interpretó que en la zona sureste existían evidencias de otro torreón del que, sin embargo, no quedan evidencias materiales.

Así pues, el Recinto B posee un cuidado sistema de fortificación basado en la combinación de lienzos de muralla (formados por un doble paramento de granito relleno de pizarras y tierra) y de fosos lineales de paredes rectas. Asimismo, parece que el recito pudo estar reforzado en los ángulos por torreones, hoy en día prácticamente desaparecidos.

En superficie podemos ver algún muro realizado en granito y que parece llevar la misma orientación que los hallados en la excavación y en las zonas donde las terrazas han cedido. Por tanto, cabría la posibilidad de hablar de un urbanismo organizado, tal vez de tipo ortogonal.

Las necrópolis: El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II

En el entorno de Villasviejas del Tamuja y relacionadas con el yacimiento han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo (en el término municipal de Botija), El Romazal I y el Romazal II (en el término municipal de Plasenzuela). Estos espacios funerarios fueron estudiados por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80 del siglo XX.

En la necrópolis de El Mercadillo (Botija) se han excavado un total de 46 enterramientos de cremación, siendo el ritual característico la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar. Nueve de estos enterramientos se encontraban protegidos por encachados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las necrópolis ibéricas andaluzas y de la Meseta Sur.

">Por otro lado, en la necrópolis de El Romazal I se excavaron varios grupos de tumbas. En ella, las cremaciones se presentan en urnas más pequeñas y sin encanchados de ninguna clase. Los enterramientos, en los que son tan abundantes las cerámicas decoradas, también están acompañados de ajuar compuesto. En las tumbas aparecen ya materiales claramente romanos que confirman una cronología tardía para la necrópolis.

Por último, en El Romazal II (Plasenzuela) fueron once los enterramientos de cremación documentados. En ellos, las urnas aparecían encajadas en oquedades en el suelo y cubiertas con un plato y acompañadas de ajuar.

De las necrópolis, la de El Mercadillo (Botija) es la más antigua pues se fecha en el s. IV a.C, mientras que El Romazal II (Plasenzuela) es de una cronología posterior, pues se fecha en el s. III a C. y, finalmente, El Romazal I (Plasenzuela) se sitúa a finales de la vida del poblado, es decir, a finales del siglo II - principios del siglo I a.C.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas.

ANEXO 2

Delimitación de la zona arqueológica y su entorno de protección

Delimitación y Justificación de la Zona Arqueológica

La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de protección y conservación que exige el amplio y brillante repertorio de recursos arqueológicos que constituye la Zona Arqueológica de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

Por consiguiente, para la delimitación de la Zona Arqueológica se ha considerado toda la información de naturaleza arqueológica disponible y procedente de los trabajos arqueológicos realizados sobre los terrenos que acogen los restos del castro de Villasviejas del Tamuja, las necrópolis a él asociadas y su entorno.

La delimitación así establecida para el yacimiento de Villasviejas del Tamuja integra los terrenos donde se localizan las estructuras documentadas, conservadas, incluso visibles junto a aquellas áreas susceptibles de albergar restos arqueológicos en el subsuelo.

De este modo, se considera que quedan protegidos la totalidad de los elementos materiales y contextos estratigráficos que componen el yacimiento arqueológico.

En definitiva, las parcelas afectadas, de manera total o parcial, por la delimitación de la Zona Arqueológica que constituyen Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, son las siguientes, con las siguientes referencias catastrales:

En el término municipal de Botija:

En el término municipal de Plasenzuela:

En el término municipal de Cáceres:

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano anexo.

ANEXO 4

Criterios para la protección de la zona arqueológica y su entorno

1. Régimen de intervención en la Zona Arqueológica.

Villasviejas del Tamuja, en el término municipal de Botija (Cáceres), es un Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, y se regirá por lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, para los Bienes Inmuebles de Interés Cultural con dicha categoría, así como por el Plan Especial u otro instrumento de ordenación que en su caso se apruebe.

2. Régimen de intervenciones en el entorno de protección.

En tanto no se apruebe el Plan Especial de Protección, cualquier actuación encaminada al desplazamiento, remoción o instalación que pretenda realizarse en el entorno de protección de la Zona Arqueológica, requerirá la previa autorización de la Consejería competente en materia de cultura. Esta autorización se emitirá en los términos previstos en la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura y la Ley 16/1985, de 25 de junio de Patrimonio Histórico Español .

3. Usos permitidos en la Zona Arqueológica y su entorno de protección.

Los posibles usos que se den a este bien deberán ser compatibles con la conservación del mismo y, en ningún caso, alterará su valor patrimonial, bajo la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural.

DOE num. 132 lunes, 11 de julio 2016

BOE lunes 14 Noviembre 2016 num. 275

PRESIDENCIA DE LA JUNTA

Bienes de Interés Cultural.- Decreto 92/2016, de 5 de julio, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres, como Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica.

El Estatuto de Autonomía de Extremadura, en redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la “Cultura en cualquiera de sus manifestaciones”, así como el “Patrimonio histórico y cultural de interés para la Comunidad Autónoma”.

En desarrollo de esta competencia se dictó la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que recoge la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada ley.

Con base en la normativa citada, se dictó Resolución de fecha 13 de mayo de 2015 (DOE, n.º 104, de 2 de junio), por la que se acuerda tener por incoado expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de Zona Arqueológica. Posteriormente, se publica una corrección de errores en el DOE n.º 115, de 17 de junio.

La incoación del expediente fue notificada al titular afectado, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres). También se notificó al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para su inscripción provisional en el Registro General de Bienes de Interés Cultural, donde se procedió a practicar anotación preventiva del expediente de declaración, con el n.º 29439 y se publicó en el Boletín Oficial del Estado. No se ha presentado ninguna alegación.

Se han cumplimentado todos los trámites previstos en los artículos 7 y siguientes de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y se han solicitado los informes de las instituciones consultivas a que se refiere el artículo 4.1. de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. Concretamente se han recibido los informes favorables de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y de la Universidad de Extremadura. También se ha obtenido informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Cáceres que, no obstante, solicita una mayor precisión en la delimitación del entorno por lo que se ha optado por incorporar al Anexo II las coordenadas UTM de los vértices del polígono correspondiente al entorno de protección de la zona arqueológica.

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.1 de la propia ley, los bienes más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural extremeño deberán ser declarados de Interés Cultural en la forma que el propio artículo detalla.

Por otro lado el artículo 6.1 en su apartado e) define como Zona Arqueológica, “el lugar o paraje natural donde existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica tanto si se encuentran en el subsuelo o bajo las aguas que discurren dentro del territorio de la Comunidad”. Ha de  significarse, a tales efectos, tal y como se deduce del informe emitido por los servicios técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de 20 de febrero de 2015, el Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidas. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados “riberos” o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV a. C.) pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio y enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado Recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El Recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina suroeste hacia el flanco norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, donde se localiza también el mencionado arroyo del verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es un importante enclave para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el período conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

Asimismo, en el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Las necrópolis fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV a. C. En ella predominan las influencias meridionales y la aristocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las Ibéricas Andaluzas y de la Meseta Sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III a. C., e inmediata con El Romazal I (s. II-I a.C.) y evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento y su valoración social justifican su declaración como Bien de Interés Cultural.

Asimismo, para dar cumplimiento al contenido de la ley, se impone proceder a la descripción clara y precisa del bien y la delimitación del entorno necesario que, siguiendo el artículo 8.1.b, será el que garantice la adecuada protección del mismo, siendo la zona periférica, exterior y continua al inmueble, de tal manera que su delimitación se circunscribirá al espacio construido o no, que da apoyo ambiental al bien y cuya alteración pudiera afectar a sus valores, a la contemplación o al estudio del mismo”.

En consecuencia, de acuerdo con lo establecido en el artículo 9.1.47 del reformado Estatuto de Autonomía de Extremadura y con el artículo 9.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, a propuesta del Excmo. Sr. Presidente de la Junta de Extremadura, y previa deliberación del Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, en sesión celebrada el día 5 de julio de 2016,

DISPONGO :

Artículo 1. Declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica.

Se declara Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, el  Yacimiento Arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), según la descripción y ubicación que se recogen en los Anexos de este decreto.

Artículo 2. Publicaciones.

Publicar en el Diario Oficial de Extremadura y en el Boletín Oficial del Estado el presente decreto, y notificar el mismo a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), a los propietarios y al resto de posibles interesados.

Artículo 3. Inscripción en los Registros.

Inscribir en el Registro de Bienes de interés Cultural de Extremadura y notificar al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, esta declaración para su inscripción definitiva en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Estado.

Disposición final única. Entrada en vigor.

El presente decreto entrará en vigor el mismo día de su publicación en el Diario Oficial de Extremadura.

Mérida, 5 de julio de 2016. El Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernandez

ANEXO I

DESCRIPCIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA

• La investigación arqueológica Las Villasviejas del Tamuja fueron redescubiertas para el conocimiento arqueológico contemporáneo por Marcial Calzado, realizándose las primeras actuaciones arqueológicas a cargo de D.ª Francisca Hernández, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las campañas arqueológicas dirigidas por Francisca Hernández Hernández durante los años 1968, 1969, 1971, 1973, 1976, 1979, 1982, 1985 a 1990, autora de las correspondientes memorias de excavación y de varias publicaciones, junto al Plan Director de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres) Propuesta de Conservación, Investigación y Puesta en Valor, han permitido incrementar notablemente nuestro conocimiento sobre el yacimiento.

• Villasviejas del Tamuja

Villasviejas del Tamuja se encuentra en el límite septentrional término municipal de Botija (Cáceres). El paisaje en el que se encuentra está dominado por suaves ondulaciones cubiertas de dehesa y por el encajonamiento de la red fluvial, especialmente del río Tamuja, que ha excavado las rocas pizarrosas del entorno hasta constituir un curso encajonado conocido como ribero. El yacimiento no destaca en el entorno por su altura aunque su orografía favorece sus cualidades defensivas.

La ocupación más antigua del yacimiento no corresponde a la época protohistórica, sino que algunos materiales recogidos en superficie evidencian una ocupación prehistórica, posiblemente calcolítica, ya que encontramos puntas de palmela, de pedúnculo y aletas, de sección lenticular, así como microlitos y núcleos de talla lítica micro-laminar.

Villasviejas del Tamuja puede considerarse tanto un castro como un oppidum. Por su ubicación y características responde al perfil de un castro, pero en un momento avanzado de la Edad del Hierro, el asentamiento de las Villasviejas debió de controlar la producción minera de la zona y otros asentamientos menores del entorno, como son el Cerro del Tamuja (Cáceres) y el Cerro Castrejón (Plasenzuela). Por consiguiente, sus funciones centralizadoras de la minería de un territorio, la posible acuñación de monedas y la llegada de Roma supusieron una evolución hasta convertirlo en un oppidum.

La posibilidad de un traslado de gentes desde la Celtiberia hasta las Villasviejas, con el fin de trabajar en las minas, se ha planteado como una forma de solucionar los problemas que plantea la adscripción de la ceca Tamusia al yacimiento. Así mismo, se explicarían las influencias en el armamento aparecido en las necrópolis y la epigrafía de tipo celtibérico en algunos recipientes cerámicos.

Igualmente, se ha señalado que es probable que el yacimiento sirviese como lugar de acantonamiento de tropas durante la conquista romana y las posteriores guerras civiles, siendo, tal vez, una de las castra contributa de la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Con la reorganización romana del territorio y la fundación de Norba Caesarina, Villasviejas del Tamuja queda en un territorio marginal entre el ager de Norba y el de Turgallium (Trujillo), así como alejado de las principales vías de comunicación. Esta decadencia explica su paulatino abandona a favor de otras entidades poblacionales ya adaptadas a la economía y sociedad romana.

LOS RECINTOS AMURALLADOS

El Castro de Villasviejas del Tamuja se compone de dos recintos amurallados que han sido identificados como Recinto A y el Recinto B.

Recinto A

El Recinto A se sitúa en una suave loma, de unos 499 m. de altura en la cima, que actúa a modo de península, delimitada en dos de sus lados, el occidental y el septentrional por el encajonado curso del Tamuja, y en el lado oriental por la vaguada del arroyo del Verraco, un curso de agua estacional. Este cerro no difiere en altura de los de su alrededor, siendo incluso más alta la margen izquierda del Tamuja en el lado Norte. Por su parte, el lado sur, que lo comunica con el resto del paisaje adehesado, es el único punto de fácil tránsito y acceso al resto de la colina.

Actualmente, la topografía original se encuentra alterada tanto por las obras de fortificación protohistóricas como por los aterrazamientos modernos y  contemporáneos que transformaron el yacimiento en tierras de labor. Por otro lado, el yacimiento también se encuentra sumamente compartimentado por paredes realizadas en mampostería de pizarras y por alambre de espino, siendo el uso prioritario el ganadero.

El Recinto A aprovechó para la defensa del hábitat las estupendas condiciones naturales del terreno que lo aislaban del exterior, especialmente en los lados norte y oeste. El yacimiento fue fortificado con una muralla en la casi totalidad de su perímetro, siendo esta obra identificable en múltiples puntos aparte de las zonas excavadas. En el ángulo noreste se encuentra un farallón de pizarras que cae en vertical sobre la confluencia del Tamuja con el arroyo del Verraco que,  probablemente, se usó como elemento defensivo natural.

Asimismo, en la zona más vulnerable, el lado sur, se realizaron dos grandes fosos con un pasillo central. El foso sureste posee actualmente una forma circular u ovalada. Es posible que, originalmente, no se encontrara cegado por su lado este sino que se abriera hasta la vaguada de El Verraco. Este cegamiento se produjo por la construcción de un terraplén que permitió alcanzar más fácilmente las parcelas situadas en la ladera este del cerro. El foso suroeste es muy probable que aprovechase una pequeña vaguada natural que se amplió excavándose en la roca un ancho y profundo foso que reducía las posibilidades de tránsito por esta zona. Este foso ha sido transformado mediante terrazas realizadas con las piedras de granito caídas del lienzo original que se conserva en lo alto.

En el frente sur se puede comprobar que existe un desnivel artificial que  corresponde a la muralla que permanece aún sin desenterrar. Sin embargo, existen diferentes puntos en los que la muralla aflora a simple vista, pudiéndose comprobar que en los lados norte y oeste, los mejor defendidos por el encajado río Tamuja, la muralla está realizada enteramente en piedra de pizarra, mientras que, en los flancos más accesibles, el lado este y sur, la muralla está realizada con granito.

La muralla sólo ha sido excavada en uno de sus puntos, el sureste, en donde localizamos un gran bastión o torreón macizo y un tramo de muralla. La muralla aquí se resuelve con sillería irregular de granito, trabada con arcilla en su paramento exterior, y rellena con grandes piedras de granito sin desbastar, pizarras y tierra, al interior.

Un lienzo similar se sitúa en el extremo suroeste del Recinto A. Este lienzo, que se alza sobre el foso, está realizado con sillería irregular de granito, a soga. El paramento, en este punto, ha sido recrecido para ser utilizado como aterrazamiento con un aparejo mixto de piedras de granito y pizarra. Junto a él se produce el giro hacia el norte de la muralla. En el ángulo suroeste se aprecia el exterior de una torre circular, realizada en la misma técnica constructiva de granito, que protegería la esquina.

Desde esta zona se desarrolla un muro perpendicular que desciende hacia la ribera del Tamuja. Este muro está realizado por una sola hilada de sillares de granito, colocados a soga. Su función podría ser la de impedir el acceso a la ladera oeste desde la zona del foso suroeste. A unos pocos metros del torreón circular, comienza ya a aparecer la construcción en pizarra. Se trata de una muralla ataludada  realizada en mampostería de grandes lajas de pizarra trabadas con arcilla. La cara exterior se encuentra perfectamente escuadrada, siendo la unión de las lajas casi a hueso, mientras que en su interior, las lajas son mucho más irregulares se unen con arcilla. Se conservan zonas de hasta dos metros de altura, aunque en algunos puntos está bastante deteriorada, presenta grandes brechas en la base.

En algunos puntos, la muralla presenta un doble ataludamiento en el tramo que discurre en sentido sur-norte, cerca de la vaguada existente en la ladera oeste hacia la mitad del recinto.

Se ha supuesto que esta vaguada sea de origen artificial y que fuese una de las salidas hacia la ribera del Tamuja. Lo cierto es que la muralla gira en dirección este-oeste aprovechando la existencia de un afloramiento pizarroso que cae sobre la corriente del río. Sobre él aparece nuevamente el aparejo de granito conservando sólo cuatro hiladas. Este aparejo es el reservado a las zonas más vulnerables o de representación.

Tras la vaguada, el paramento, de dirección sur-norte, ataludado y ejecutado con mampostería de pizarra, conserva algo más de dos metros en la zona más alta. Sobre él se ha construido un muro con la misma técnica pero usando unas lajas más pequeñas.

La muralla en mampostería se vuelve a perder cerca del ángulo noroeste. No obstante, en un punto surge un muro perfectamente escuadrado a base de sillería de granito; sobre él se ha aprovechado para crear una pared de pizarra. Es muy posible que se trata de un muro de una vivienda y que la muralla permanezca oculta.

En el ángulo noreste, la muralla gira adaptándose a la topografía del cerro en dirección oeste-este, donde se identifica con cierta dificultad un amplio tramo de muralla.

Es en la ladera norte donde encontramos los mejores tramos de muralla  conservados.

En algunos puntos la muralla llega a alcanzar los cuatro metros y aunque no se puede identificar en todo su recorrido, su trazado se intuye con facilidad. En algunos puntos se apoya y utiliza los afloramientos rocosos. Los problemas que se plantean a las estructuras en esta zona de umbría son muchos, aunque los más importantes están relacionados con un desarrollo excesivo de la vegetación. En este tramo además, parece que se abre un portillo en el lienzo original.

Por último, cabe señalar que en la esquina noroeste, donde la muralla gira para recorrer la ladera este en sentido norte-sur, el farallón pizarroso se arquitectonizó para ser integrado como torreón o ángulo en el sistema defensivo.

En la ladera este, la muralla es de características similares a la documentada en el lado sur, con un paramento exterior de aparejo isódomo de sillería escuadrada, bastante cuidada. El lienzo, que presenta en este punto un ligero talud,  seguramente sirvió tanto de muro defensivo como de terraza sobre la que edificar las viviendas.

En el ángulo sureste es donde se encuentra el gran torreón o bastión que protegía todo este flanco. Se trata de una gran estructura de la que, por desgracia, no conservamos todo su volumen ya que sirvió de cantera a la población de Botija para la construcción del ayuntamiento en la década de los 50 del siglo XX. Se ha presupuesto que en esta zona debió existir un acceso al Recinto A debido al hallazgo de una escalera.

Recinto B

El Recinto B se encuentra situado al suroeste del Recinto A, en una suave elevación con pendiente suroeste-noreste. Su forma es aproximadamente cuadrangular. El recinto no destaca particularmente del entorno pues la orografía baja suavemente hacia el Tamuja por el este y apenas se diferencia de las lomas y afloramientos de pizarra del lado sur. No obstante, su frente norte, está marcado por el mismo encajonamiento del río que protege el Recinto A. Por su parte, el frente este está marcado por la vaguada del arroyo del Verraco, y en la actualidad se encuentra modificado por el camino de acceso al Recinto A.

Como ocurre en el Recinto A, la topografía original está alterada por la parcelación y el aterrazamiento, y su muralla se encuentra perdida al haber servido como cantera. Es muy probable que la cercana presa del molino de “La Muralla” esté realizada con los sillares graníticos de la que fue muralla de protección del recinto.

Las obras de defensa más visibles en este recinto son los fosos que protegen los flancos más débiles del mismo, allí donde los cursos fluviales no crean una barrera natural. Pero los fosos de éste son diferentes a los del Recinto A pues mientras que aquellos son meras oquedades excavadas en la roca, los fosos del recinto B son estructuras lineales, de sección cuadrangular y paredes verticales. Actualmente, los fosos se encuentran colmatados, por lo que su profundidad debió de ser mayor de la que hoy en día presentan.

En el lado sur son dos fosos. Uno de ellos, de 19 m. de largo por 6,5 m de ancho y una altura de 2,05 m, se encuentra junto al camino de acceso al Recinto A. En la actualidad, la zona ha sido alterada pues existe una rampa, realizada con sillares de granito, que está relacionada con el paso de maquinaria a las parcelas del interior del recinto. Por su parte, el otro foso de la zona sur se encuentra algo más al norte. Con 43 m de largo por 7,6 m de ancho, y una altura de 2,05 m, dicha estructura está bastante modificada. Y justo detrás del foso se sitúan dos lienzos originales de muralla, de dirección oeste-este, de granito colocados a soga.

El lienzo sur consta de dos tramos separados: uno, situado más al este, de 10 m, del que son visibles tres hiladas originales con una altura de 60 cm; y uno segundo tramo, el mejor conservado de todo el recinto con 22 m y 5 a 7 hiladas originales de altura (1,28 m).

En el ángulo suroeste, la muralla cambia de dirección. Aquí, el foso se detiene, quedando un tramo de acceso libre. También en este punto se localiza un túmulo, conocido como “El Castillo” por su recubrimiento de sillares. “El Castillo” debió ser un torreón defensivo del giro de la muralla, que tal vez custodiase una de las puertas de acceso al Recinto B. Su recubrimiento de sillares se perdió cuando fue utilizado como cantera. De él proceden dos verracos en granito que se conservan como parte de en una colección privada en el Castillo de Monroy. El flanco oeste está protegido por un gran foso lineal de 135 m de longitud, casi 9 m de anchura y una altura de 2,3 m.

En paralelo se desarrolla el muro de cierre de una de las parcelas, realizado en mampostería.

Probablemente este muro siga el trazado original de la muralla y, al actuar como terraza, ha permitido proteger la estratigrafía interior del recinto.

Más lienzos originales se sitúan hacia el norte. La excavación arqueológica dirigida por F. Hernández en uno de ellos permitió documentar que la muralla constaba de dos paramentos formados por una hilada de bloques de granito, de 0,8 m de ancho el exterior y, 0,5 m el interior y de un relleno de tierra y pizarra de 2 m de espesor. Por lo tanto, la anchura de la muralla en este punto es de 3,3 m además de contar con 14 m de largo y una altura de 1,28 m. Sobre la muralla en este tramo se habían recrecido los muros con mampostería. El paramento parece interrumpirse aquí para formar un portillo.

También en este sector es posible documentar la anchura de la muralla, el modo en que fue construida (con sillares de granito), y las diferentes reformas de las que fue objeto.

El otro tramo original del lienzo occidental se documenta más al norte. Se trata de un paramento de 10,7 m de longitud que conserva 3 hiladas (unos 0,65 m de altura). El lienzo aquí está realizado, como todos los lienzos originales, con sillería de granito trabada con una fina capa de arcilla. Se trata de un aparejo de sillares bien escuadrados, mejores que los del Recinto A, colocados a soga y con hiladas bien definidas.

El lienzo occidental se pierde junto con el foso oeste en el lugar en el que aparece un nuevo túmulo, de menor altura que el anterior, que, han sido identificados con los restos de la torre que flanqueaba el giro noroeste de la muralla. En su lado oeste, hay una pequeña vaguada que se dirige al Tamuja, que queda al norte. Esta ladera es ya abrupta y llena de vegetación, similar a la umbría del Recinto A.

Al noroeste del túmulo, entre la pequeña vaguada y la ladera norte, se ha localizado un nuevo foso de tipología similar a los anteriores. Este foso, cortado a pico en la pizarra, posee sección cuadrangular y un desnivel sur-norte que lo lleva junto al Tamuja, protegiendo todo este flanco de posibles asaltantes.

En la ladera norte, es difícil dibujar el trazado de la muralla pues las terrazas han afectado su configuración original. No obstante, en las cercanías del foso suroeste del Recinto A encontramos tres aterrazamientos superpuestos con dirección oeste-este, de los cuales, el intermedio ha sido identificado con el paramento de muralla original, mientras que el superior y el inferior han sido construidos con las piedras expoliadas o derrumbadas de la muralla.

De la muralla original en este punto se conserva un tramo de 8,4 m de longitud en el lado oeste con 5 hiladas visibles y una altura de 1,2 m.

El foso suroeste del Recinto A sirve como límite del Recinto B. Y aquí, el foso aporta una protección artificial a la que proporciona el acusado desnivel del terreno, el más pronunciado de todo el recinto. En toda esta zona, sin embargo, se ha perdido todo vestigio de la muralla original y sólo se conservan aterrazamientos que han sido realizados aprovechando el granito y la pizarra de la muralla original.

En la ladera este no se evidencian tramos originales de muralla sino que el muro existente forma parte de las delimitaciones parcelarias modernas y contemporáneas. Es muy posible que el hecho de que ésta sea zona de fácil acceso, al estar situada junto a un camino, haya llevado a que se expoliaran todos los elementos pétreos de la fortificación. Francisca Hernández interpretó que en la zona sureste existían evidencias de otro torreón del que, sin embargo, no quedan evidencias materiales.

Así pues, el Recinto B posee un cuidado sistema de fortificación basado en la combinación de lienzos de muralla (formados por un doble paramento de granito relleno de pizarras y tierra) y de fosos lineales de paredes rectas. Asimismo, parece que el recito pudo estar reforzado en los ángulos por torreones, hoy en día prácticamente desaparecidos.

En superficie podemos ver algún muro realizado en granito y que parece llevar la misma orientación que los hallados en la excavación y en las zonas donde las terrazas han cedido.

Por tanto, cabría la posibilidad de hablar de un urbanismo organizado, tal vez de tipo ortogonal.

• Las necrópolis: El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II

En el entorno de Villasviejas del Tamuja y relacionadas con el yacimiento han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo (en el término municipal de Botija), El Romazal I y el Romazal II (en el término municipal de Plasenzuela). Estos espacios funerarios fueron estudiados por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80 del siglo XX.

En la necrópolis de El Mercadillo (Botija) se han excavado un total de 46 enterramientos de cremación, siendo el ritual característico la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar. Nueve de estos enterramientos se encontraban protegidos por encachados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las necrópolis ibéricas andaluzas y de la Meseta Sur.

Por otro lado, en la necrópolis de El Romazal I se excavaron varios grupos de tumbas. En ella, las cremaciones se presentan en urnas más pequeñas y sin encanchados de ninguna clase. Los enterramientos, en los que son tan abundantes las cerámicas decoradas, también están acompañados de ajuar compuesto. En las tumbas aparecen ya materiales claramente romanos que confirman una cronología tardía para la necrópolis.

Por último, en El Romazal II (Plasenzuela) fueron once los enterramientos de cremación documentados. En ellos, las urnas aparecían encajadas en oquedades en el suelo y cubiertas con un plato y acompañadas de ajuar.

De las necrópolis, la de El Mercadillo (Botija) es la más antigua pues se fecha en el s. IV a. C, mientras que El Romazal II (Plasenzuela) es de una cronología posterior, pues se fecha en el s. III a. C. y, finalmente, El Romazal I (Plasenzuela) se sitúa a finales de la vida del poblado, es decir, a finales del siglo II - principios del siglo I a. C.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Nos evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de éstas.

ANEXO II

DELIMITACIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO DE PROTECCIÓN

Delimitación y justificación de la Zona Arqueológica

La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de protección y conservación que exige el amplio y brillante repertorio de recursos arqueológicos que constituye la Zona Arqueológica de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

Por consiguiente, para la delimitación de la Zona Arqueológica se ha considerado toda la información de naturaleza arqueológica disponible y procedente de los trabajos arqueológicos realizados sobre los terrenos que acogen los restos del castro de Villasviejas del Tamuja, las necrópolis a él asociadas y su entorno.

La delimitación así establecida para el yacimiento de Villasviejas del Tamuja integra los terrenos donde se localizan las estructuras documentadas, conservadas, incluso visibles junto a aquellas áreas susceptibles de albergar restos arqueológicos en el subsuelo.

De este modo, se considera que quedan protegidos la totalidad de los elementos materiales y contextos estratigráficos que componen el yacimiento arqueológico.

En definitiva, las parcelas afectadas, de manera total o parcial, por la delimitación de la Zona Arqueológica que constituyen Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, son las siguientes, con las siguientes referencias catastrales:

• En el término municipal de Botija:. DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Plasenzuela: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano Anexo.

Delimitación y justificación del entorno de la Zona Arqueológica

No sería posible la declaración de la Zona Arqueológica sin proteger su entorno inmediato pues el área delimitada como entorno debe permitir minimizar la afección al ámbito declarado, con el objeto de preservar sus valores.

Y a tal fin, la delimitación del entorno se ha basado en criterios contemplativos de la Zona Arqueológica, en consideración de su emplazamiento, por ello se incluye el paisaje circundante, con el fin de preservarlo de aquellas acciones potenciales como puedan ser futuras edificaciones o instalaciones que puedan dificultar la correcta visualización del bien, sin olvidar el hecho de que el paisaje hubo de ser determinante en la elección del asentamiento.

De acuerdo con estos criterios, se justifica la inclusión de las siguientes parcelas, de manera total o parcial, con las siguientes referencias catastrales:

• En el término municipal de Botija: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Plasenzuela: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

• En el término municipal de Cáceres: DIRECCIÓN REFERENCIA CATASTRAL

En el área protegida por la declaración, se incluyen además las carreteras y caminos que estén incluidos dentro del entorno de protección tal y como se detalla en el plano anexo.

Para una mejor comprensión se incorporan las coordenadas de los vértices correspondientes al polígono de delimitación del entorno de protección de la Zona Arqueológica (Sistema de referencia ETRS89. Proyección UTM huso 29):

ANEXO III. PLANO DE DELIMITACIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO DE PROTECCIÓN

ANEXO IV. CRITERIOS PARA LA PROTECCIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA Y SU ENTORNO

1. Régimen de intervención en la Zona Arqueológica. Villasviejas del Tamuja, en el término municipal de Botija (Cáceres), es un Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, y se regirá por lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, para los Bienes Inmuebles de Interés Cultural con dicha categoría, así como por el Plan Especial u otro instrumento de ordenación que en su caso se apruebe.

2. Régimen de intervenciones en el entorno de protección. En tanto no se apruebe el Plan Especial de Protección, cualquier actuación encaminada al desplazamiento, remoción o instalación que pretenda realizarse en el entorno de protección de la Zona Arqueológica, requerirá la previa autorización de la Consejería competente en materia de cultura. Esta autorización se emitirá en los términos previstos en la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura y la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español.

3. Usos permitidos en la Zona Arqueológica y su entorno de protección. Los posibles usos que se den a este bien deberán ser compatibles con la conservación del mismo y, en ningún caso, alterará su valor patrimonial, bajo la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural.

BOE Núm. 275 Lunes 14 de noviembre de 2016

COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA

Bienes de interés cultural

Decreto 92/2016, de 5 de julio, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres, como bien de interés cultural, con categoría de zona arqueológica.

Decreto 92/2016, de 5 de julio, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres, como bien de interés cultural, con categoría de zona arqueológica.

El Estatuto de Autonomía de Extremadura, en redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la «Cultura en cualquiera de sus manifestaciones», así como el «Patrimonio histórico y cultural de interés para la Comunidad Autónoma».

En desarrollo de esta competencia se dictó la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que recoge la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda entre los más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada Ley.

Con base en la normativa citada, se dictó Resolución de fecha 13 de mayo de 2015 («DOE», n.º 104, de 2 de junio), por la que se acuerda tener por incoado expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), en la categoría de Zona Arqueológica. Posteriormente, se publica una corrección de errores en el «DOE» n.º 115, de 17 de junio.

La incoación del expediente fue notificada al titular afectado, a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres). También se notificó al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para su inscripción provisional en el Registro General de Bienes de Interés Cultural, donde se procedió a practicar anotación preventiva del expediente de declaración, con el n.º 29439 y se publicó en el «Boletín Oficial del Estado». No se ha presentado ninguna alegación.

Se han cumplimentado todos los trámites previstos en los artículos 7 y siguientes de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y se han solicitado los informes de las instituciones consultivas a que se refiere el artículo 4.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. Concretamente, se han recibido los informes favorables de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y de la Universidad de Extremadura. También se ha obtenido informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Cáceres que, no obstante, solicita una mayor precisión en la delimitación del entorno por lo que se ha optado por incorporar al anexo II las coordenadas UTM de los vértices del polígono correspondiente al entorno de protección de la zona arqueológica.

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.1 de la propia Ley, los bienes más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural extremeño deberán ser declarados de interés cultural en la forma que el propio artículo detalla.

Por otro lado, el artículo 6.1, en su apartado e), define como Zona Arqueológica, «el lugar o paraje natural donde existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica tanto si se encuentran en el subsuelo o bajo las aguas que discurren dentro del territorio de la Comunidad». Ha de significarse, a tales efectos, tal y como se deduce del informe emitido por los servicios técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de 20 de febrero de 2015, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es uno de los castros más emblemáticos de la cuenca extremeña del Tajo, tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas, razones por las que ha sido objeto de varias excavaciones arqueológicas y monografías dirigidos. Estos trabajos se complementan con recientes estudios sobre análisis de paisajes arqueológicos.

Geográficamente, el yacimiento se sitúa entre los términos municipales de Botija (Villasviejas del Tamuja y necrópolis de El Mercadillo) y Plasenzuela (necrópolis de El Romazal I y El Romazal II), enclavados en la Comarca Sierra de Montánchez y Tamuja, en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa formando los llamados «riberos» o encajonamientos por la erosión.

Los restos arqueológicos conservados corresponden a un castro o poblado fortificado de la II Edad de Hierro (s. IV a.C.), pero con una ocupación anterior y una continuidad en la ocupación hasta el cambio de era. Una particularidad de este asentamiento es que cuenta con dos recintos amurallados independientes, situados cada uno en un pequeño promontorio y enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja.

El llamado recinto A está situado en una península estratégica y de fácil defensa al estar delimitada por el escarpe del río Tamuja y el desnivel producido por el arroyo del Verraco. La zona llana, defendida por dos grandes fosos, permitía un acceso rápido a los recursos prioritarios, como son el agua, los campos de cultivo y la dehesa.

El recinto B se localiza en una pequeña loma al suroeste del anterior. Su forma es cuadrangular, con una pendiente considerable desde la esquina suroeste hacia el flanco norte, que está protegido por el encajonamiento del río. El resto de flancos, excepto el este, donde se localiza también el mencionado arroyo del Verraco, están reforzados por fosos longitudinales tallados en la pizarra natural.

Así pues, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja es un importante enclave para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el periodo conocido como Segunda Edad del Hierro, especialmente en la cuenca extremeña del Tajo y que culminará en el control por parte de Roma de todos estos territorios.

Asimismo, en el entorno del castro han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo, El Romazal I y el Romazal II. Las necrópolis fueron estudiadas por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los ochenta.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Se ha supuesto que la necrópolis del Mercadillo es la más antigua, del s. IV a.C. En ella predominan las influencias meridionales y la aristrocracia guerrera no se manifiesta en los ajuares con armas. El ritual característico es la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar, a veces protegidos por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las ibéricas andaluzas y de la meseta sur. El Romazal II es de una cronología posterior, en torno al siglo III a.C., e inmediata con El Romazal I (s. II-I a.C.) y evidencia que las influencias célticas de la Meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de estas, depositadas en urnas y sin encanchados de ninguna clase. Estas dos últimas necrópolis se sitúan a 1 km al este del recinto A.

En definitiva, la relevancia histórica, arqueológica y patrimonial del yacimiento y su valoración social justifican su declaración como Bien de interés cultural.

Asimismo, para dar cumplimiento al contenido de la Ley, se impone proceder a la descripción clara y precisa del bien y la delimitación del entorno necesario que, siguiendo el artículo 8.1.b, será el que garantice la adecuada protección del mismo, siendo la zona periférica, exterior y continua al inmueble, de tal manera que su delimitación se circunscribirá al «espacio construido o no, que da apoyo ambiental al bien y cuya alteración pudiera afectar a sus valores, a la contemplación o al estudio del mismo».

En consecuencia, de acuerdo con lo establecido en el artículo 9.1.47 del reformado Estatuto de Autonomía de Extremadura y con el artículo 9.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, a propuesta del Excmo. Sr. Presidente de la Junta de Extremadura, y previa deliberación del Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, en sesión celebrada el día 5 de julio de 2016, dispongo:

Artículo 1. Declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica.

Se declara Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja y las Necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, sitos en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), según la descripción y ubicación que se recogen en el Anexo de Proyecto de este decreto.

Artículo 2. Publicaciones.

Publicar en el «Diario Oficial de Extremadura» y en el «Boletín Oficial del Estado» el presente Decreto, y notificar el mismo a los Ayuntamientos de Botija, Plasenzuela y Cáceres (Cáceres), a los propietarios y al resto de posibles interesados.

Artículo 3. Inscripción en los Registros.

Inscribir en el Registro de Bienes de Interés Cultural de Extremadura y notificar al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes esta declaración para su inscripción definitiva en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Estado.

Disposición Final Única. Entrada en vigor.

El presente Decreto entrará en vigor el mismo día de su publicación en el «Diario Oficial de Extremadura».

Mérida, 5 de julio de 2016.–El Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

ANEXO I

Descripción de la zona arqueológica

– La investigación arqueológica.

Las Villasviejas del Tamuja fueron redescubiertas para el conocimiento arqueológico contemporáneo por Marcial Calzado, realizándose las primeras actuaciones arqueológicas a cargo de Dª. Francisca Hernández, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las campañas arqueológicas dirigidas por Francisca Hernández Hernández durante los años 1968, 1969, 1971, 1973, 1976, 1979, 1982, 1985 a 1990, autora de las correspondientes memorias de excavación y de varias publicaciones, junto al Plan Director de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres) Propuesta de Conservación, Investigación y Puesta en Valor, han permitido incrementar notablemente nuestro conocimiento sobre el yacimiento.

– Villasviejas del Tamuja.

Villasviejas del Tamuja se encuentra en el límite septentrional término municipal de Botija (Cáceres). El paisaje en el que se encuentra está dominado por suaves ondulaciones cubiertas de dehesa y por el encajonamiento de la red fluvial, especialmente del río Tamuja, que ha excavado las rocas pizarrosas del entorno hasta constituir un curso encajonado conocido como ribero. El yacimiento no destaca en el entorno por su altura aunque su orografía favorece sus cualidades defensivas.

La ocupación más antigua del yacimiento no corresponde a la época protohistórica, sino que algunos materiales recogidos en superficie evidencian una ocupación prehistórica, posiblemente calcolítica, ya que encontramos puntas de palmela, de pedúnculo y aletas, de sección lenticular, así como microlitos y núcleos de talla lítica micro-laminar.

Villasviejas del Tamuja puede considerarse tanto un castro como un oppidum. Por su ubicación y características responde al perfil de un castro, pero en un momento avanzado

de la Edad del Hierro, el asentamiento de las Villasviejas debió de controlar la producción minera de la zona y otros asentamientos menores del entorno, como son el El Cerro del Tamuja (Cáceres) y el Cerro Castrejón (Plasenzuela). Por consiguiente, sus funciones centralizadoras de la minería de un territorio, la posible acuñación de monedas y la llegada de Roma supusieron una evolución hasta convertirlo en un oppidum.

La posibilidad de un traslado de gentes desde la Celtiberia hasta las Villasviejas, con el fin de trabajar en las minas, se ha planteado como una forma de solucionar los problemas que plantea la adscripción de la ceca Tamusia al yacimiento. Así mismo, se explicarían las influencias en el armamento aparecido en las necrópolis y la epigrafía de tipo celtibérico en algunos recipientes cerámicos.

Igualmente, se ha señalado que es probable que el yacimiento sirviese como lugar de acantonamiento de tropas durante la conquista romana y las posteriores guerras civiles, siendo, tal vez, una de las castra contributa de la colonia Norba Caesarina (Cáceres).

Con la reorganización romana del territorio y la fundación de Norba Caesarina, Villasviejas del Tamuja queda en un territorio marginal entre el ager de Norba y el de Turgallium (Trujillo), así como alejado de las principales vías de comunicación. Esta decadencia explica su paulatino abandona a favor de otras entidades poblacionales ya adaptadas a la economía y sociedad romana.

Los recintos amurallados.

El Castro de Villasviejas del Tamuja se compone de dos recintos amurallados que han sido identificados como recinto A y el recinto B.

Recinto A.

El recinto A se sitúa en una suave loma, de unos 499 m de altura en la cima, que actúa a modo de península, delimitada en dos de sus lados, el occidental y el septentrional por el encajonado curso del Tamuja, y en el lado oriental por la vaguada del arroyo del Verraco, un curso de agua estacional. Este cerro no difiere en altura de los de su alrededor, siendo incluso más alta la margen izquierda del Tamuja en el lado Norte. Por su parte, el lado sur, que lo comunica con el resto del paisaje adehesado, es el único punto de fácil tránsito y acceso al resto de la colina.

Actualmente, la topografía original se encuentra alterada tanto por las obras de fortificación protohistóricas como por los aterrazamientos modernos y contemporáneos que transformaron el yacimiento en tierras de labor. Por otro lado, el yacimiento también se encuentra sumamente compartimentado por paredes realizadas en mampostería de pizarras y por alambre de espino, siendo el uso prioritario el ganadero.

El recinto A aprovechó para la defensa del hábitat las estupendas condiciones naturales del terreno que lo aislaban del exterior, especialmente en los lados norte y oeste. El yacimiento fue fortificado con una muralla en la casi totalidad de su perímetro, siendo esta obra identificable en múltiples puntos aparte de las zonas excavadas. En el ángulo noreste se encuentra un farallón de pizarras que cae en vertical sobre la confluencia del Tamuja con el arroyo del Verraco que, probablemente, se usó como elemento defensivo natural.

Asimismo, en la zona más vulnerable, el lado sur, se realizaron dos grandes fosos con un pasillo central. El foso sureste posee actualmente una forma circular u ovalada. Es posible que, originalmente, no se encontrara cegado por su lado este sino que se abriera hasta la vaguada de El Verraco. Este cegamiento se produjo por la la construcción de un terraplén que permitió alcanzar más fácilmente las parcelas situadas en la ladera este del cerro. El foso suroeste es muy probable que aprovechase una pequeña vaguada natural que se amplió excavándose en la roca un ancho y profundo foso que reducía las posibilidades de tránsito por esta zona. Este foso ha sido transformado mediante terrazas realizadas con las piedras de granito caídas del lienzo original que se conserva en lo alto.

En el frente sur se puede comprobar que existe un desnivel artificial que corresponde a la muralla que permanece aún sin desenterrar. Sin embargo, existen diferentes puntos en los que la muralla aflora a simple vista, pudiéndose comprobar que en los lados norte y oeste, los mejor defendidos por el encajado río Tamuja, la muralla está realizada enteramente en piedra de pizarra, mientras que, en los flancos más accesibles, el lado este y sur, la muralla está realizada con granito.

La muralla solo ha sido excavada en uno de sus puntos, el sureste, en donde localizamos un gran bastión o torreón macizo y un tramo de muralla. La muralla aquí se resuelve con sillería irregular de granito, trabada con arcilla en su paramento exterior, y rellena con grandes piedras de granito sin desbastar, pizarras y tierra, al interior.

Un lienzo similar se sitúa en el extremo suroeste del recinto A. Este lienzo, que se alza sobre el foso, está realizado con sillería irregular de granito, a soga. El paramento, en este punto ha sido recrecido para ser utilizado como aterrazamiento con un aparejo mixto de piedras de granito y pizarra. Junto a él se produce el giro hacia el norte de la muralla. En el ángulo suroeste se aprecia el exterior de una torre circular, realizada en la misma técnica constructiva de granito, que protegería la esquina.

Desde esta zona se desarrolla un muro perpendicular que desciende hacia la ribera del Tamuja. Este muro está realizado por una sola hilada de sillares de granito, colocados a soga. Su función podría ser la de impedir el acceso a la ladera oeste desde la zona del foso suroeste. A unos pocos metros del torreón circular, comienza ya a aparecer la construcción en pizarra. Se trata de una muralla ataludada realizada en mampostería de grandes lajas de pizarra trabadas con arcilla. La cara exterior se encuentra perfectamente escuadrada, siendo la unión de las lajas casi a hueso, mientras que en su interior, las lajas son mucho más irregulares se unen con arcilla. Se conservan zonas de hasta dos metros de altura, aunque en algunos puntos está bastante deteriorada, presenta grandes brechas en la base.

En algunos puntos la muralla presenta un doble ataludamiento en el tramo que discurre en sentido sur-norte, cerca de la vaguada existente en la ladera oeste hacia la mitad del recinto. Se ha supuesto que esta vaguada sea de origen artificial y que fuese una de las salidas hacia la ribera del Tamuja. Lo cierto es que la muralla gira en dirección Este-Oeste aprovechando la existencia de un afloramiento pizarroso que cae sobre la corriente del río. Sobre él aparece nuevamente el aparejo de granito conservando sólo cuatro hiladas. Este aparejo es el reservado a las zonas más vulnerables o de representación.

Tras la vaguada, el paramento, de dirección sur-norte, ataludado y ejecutado con mampostería de pizarra, conserva algo más de dos metros en la zona más alta. Sobre él se ha construido un muro con la misma técnica pero usando unas lajas más pequeñas.

La muralla en mampostería se vuelve a perder cerca del ángulo noroeste. No obstante, en un punto surge un muro perfectamente escuadrado a base de sillería de granito; sobre él se ha aprovechado para crear una pared de pizarra. Es muy posible que se trata de un muro de una vivienda y que la muralla permanezca oculta.

En el ángulo noreste, la muralla gira adaptándose a la topografía del cerro en dirección oeste-este, donde se identifica con cierta dificultad un amplio tramo de muralla.

Es en la ladera norte donde encontramos los mejores tramos de muralla conservados. En algunos puntos la muralla llega a alcanzar los cuatro metros y aunque no se puede identificar en todo su recorrido, su trazado se intuye con facilidad. En algunos puntos se apoya y utiliza los afloramientos rocosos. Los problemas que se plantean a las estructuras en esta zona de umbría son muchos, aunque los más importantes están relacionados con un desarrollo excesivo de la vegetación. En este tramo además, parece que se abre un portillo en el lienzo original.

Por último, cabe señalar que en la esquina noroeste, donde la muralla gira para recorrer la ladera este en sentido norte-sur, el farallón pizarroso se arquitectonizó para ser integrado como torreón o ángulo en el sistema defensivo.

En la ladera este, la muralla es de características similares a la documentada en el lado sur, con un paramento exterior de aparejo isódomo de sillería escuadrada, bastante cuidada. El lienzo, que presenta en este punto un ligero talud, seguramente sirvió tanto de muro defensivo como de terraza sobre la que edificar las viviendas.

En el ángulo sureste es donde se encuentra el gran torreón o bastión que protegía todo este flanco. Se trata de una gran estructura de la que, por desgracia, no conservamos

todo su volumen ya que sirvió de cantera a la población de Botija para la construcción del ayuntamiento en la década de los 50 del siglo XX. Se ha presupuesto que en esta zona debió existir un acceso al recinto A debido al hallazgo de una escalera.

Recinto B.

El recinto B se encuentra situado al suroeste del recinto A, en una suave elevación con pendiente suroeste-noreste. Su forma es aproximadamente cuadrangular. El recinto no destaca particularmente del entorno pues la orografía baja suavemente hacia el Tamuja por el este y apenas se diferencia de las lomas y afloramientos de pizarra del lado sur. No obstante, su frente norte, está marcado por el mismo encajonamiento del río que protege el recinto A. Por su parte, el frente este está marcado por la vaguada del arroyo del Verraco, y en la actualidad se encuentra modificado por el camino de acceso al recinto A.

Como ocurre en el recinto A, la topografía original está alterada por la parcelación y el aterrazamiento, y su muralla se encuentra perdida al haber servido como cantera. Es muy probable que la cercana presa del molino de «La Muralla» esté realizada con los sillares graníticos de la que fue muralla de protección del recinto.

Las obras de defensa más visibles en este recinto son los fosos que protegen los flancos más débiles del mismo, allí donde los cursos fluviales no crean una barrera natural. Pero los fosos de éste son diferentes a los del recinto A pues mientras que aquellos son meras oquedades excavadas en la roca, los fosos del recinto B son estructuras lineales, de sección cuadrangular y paredes verticales. Actualmente, los fosos se encuentran colmatados, por lo que su profundidad debió de ser mayor de la que hoy en día presentan.

En el lado sur son dos fosos. Uno de ellos, de 19 m de largo por 6,5 m de ancho y una altura de 2,05 m, se encuentra junto al camino de acceso al recinto A. En la actualidad, la zona ha sido alterada pues existe una rampa, realizada con sillares de granito, que está relacionada con el paso de maquinaria a las parcelas del interior del recinto. Por su parte, el otro foso de la zona sur se encuentra algo más al norte. Con 43 m de largo por 7,6 m de ancho, y una altura de 2,05 m, dicha estructura está bastante modificada. Y justo detrás del foso se sitúan dos lienzos originales de muralla, de dirección oeste-este, de granito colocados a soga.

El lienzo sur consta de dos tramos separados: uno, situado más al este, de 10 m, del que son visibles tres hiladas originales con una altura de 60 cm; y uno segundo tramo, el mejor conservado de todo el recinto con 22 m y 5 a 7 hiladas originales de altura (1,28 m).

En el ángulo suroeste, la muralla cambia de dirección. Aquí, el foso se detiene, quedando un tramo de acceso libre. También en este punto se localiza un túmulo, conocido como «El castillo» por su recubrimiento de sillares. «El Castillo» debió ser un torreón defensivo del giro de la muralla, que tal vez custodiase una de las puertas de acceso al Recinto B. Su recubrimiento de sillares se perdió cuando fue utilizado como cantera. De él proceden dos verracos en granito que se conservan como parte de en una colección privada en el Castillo de Monroy. El flanco oeste está protegido por un gran foso lineal de 135 m de longitud, casi 9 m de anchura y una altura de 2,3 m.

En paralelo se desarrolla el muro de cierre de una de las parcelas, realizado en mampostería. Probablemente este muro siga el trazado original de la muralla y, al actuar como terraza, ha permitido proteger la estratigrafía interior del recinto.

Más lienzos originales se sitúan hacia el norte. La excavación arqueológica dirigida por F. Hernández en uno de ellos permitió documentar que la muralla constaba de dos paramentos formados por una hilada de bloques de granito, de 0,8 m de ancho el exterior y, 0,5 m el interior y de un relleno de tierra y pizarra de 2 m de espesor. Por lo tanto, la anchura de la muralla en este punto es de 3,3 m además de contar con 14 m de largo y una altura de 1,28 m. Sobre la muralla en este tramo se habían recrecido los muros con mampostería. El paramento parece interrumpirse aquí para formar un portillo.

También en este sector es posible documentar la anchura de la muralla, el modo en que fue construida (con sillares de granito), y las diferentes reformas de las que fue objeto.

El otro tramo original del lienzo occidental se documenta más al norte. Se trata de un paramento de 10,7 m de longitud que conserva 3 hiladas (unos 0,65 m de altura). El lienzo aquí está realizado, como todos los lienzos originales, con sillería de granito trabada con una fina capa de arcilla. Se trata de un aparejo de sillares bien escuadrados, mejores que los del recinto A, colocados a soga y con hiladas bien definidas.

El lienzo occidental se pierde junto con el foso oeste en el lugar en el que aparece un nuevo túmulo, de menor altura que el anterior, que, han sido identificados con los restos de la torre que flanqueaba el giro noroeste de la muralla. En su lado oeste, hay una pequeña vaguada que se dirige al Tamuja, que queda al norte. Esta ladera es ya abrupta y llena de vegetación, similar a la umbría del recinto A.

Al noroeste del túmulo, entre la pequeña vaguada y la ladera norte, se ha localizado un nuevo foso de tipología similar a los anteriores. Este foso, cortado a pico en la pizarra, posee sección cuadrangular y un desnivel sur-norte que lo lleva junto al Tamuja, protegiendo todo este flanco de posibles asaltantes.

En la ladera norte es difícil dibujar el trazado de la muralla pues las terrazas han afectado su configuración original. No obstante, en las cercanías del foso suroeste del recinto A encontramos tres aterrazamientos superpuestos con dirección oeste-este, de los cuales, el intermedio ha sido identificado con el paramento de muralla original, mientras que el superior y el inferior han sido construidos con las piedras expoliadas o derrumbadas de la muralla. De la muralla original en este punto se conserva un tramo de 8,4 m de longitud en el lado oeste con 5 hiladas visibles y una altura de 1,2 m.

El foso suroeste del recinto A sirve como límite del recinto B. Y aquí, el foso aporta una protección artificial a la que proporciona el acusado desnivel del terreno, el más pronunciado de todo el recinto. En toda esta zona, sin embargo, se ha perdido todo vestigio de la muralla original y solo se conservan aterrazamientos que han sido realizados aprovechando el granito y la pizarra de la muralla original.

En la ladera este no se evidencian tramos originales de muralla sino que el muro existente forma parte de las delimitaciones parcelarias modernas y contemporáneas. Es muy posible que el hecho de que esta sea zona de fácil acceso, al estar situada junto a un camino, haya llevado a que se expoliaran todos los elementos pétreos de la fortificación. Francisca Hernández interpretó que en la zona sureste existían evidencias de otro torreón del que, sin embargo, no quedan evidencias materiales.

Así pues, el recinto B posee un cuidado sistema de fortificación basado en la combinación de lienzos de muralla (formados por un doble paramento de granito relleno de pizarras y tierra) y de fosos lineales de paredes rectas. Asimismo, parece que el recito pudo estar reforzado en los ángulos por torreones, hoy en día prácticamente desaparecidos.

En superficie podemos ver algún muro realizado en granito y que parece llevar la misma orientación que los hallados en la excavación y en las zonas donde las terrazas han cedido. Por tanto, cabría la posibilidad de hablar de un urbanismo organizado, tal vez de tipo ortogonal.

– Las necrópolis: El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

En el entorno de Villasviejas del Tamuja y relacionadas con el yacimiento han sido halladas y excavadas tres necrópolis de cremación: El Mercadillo (en el término municipal de Botija), El Romazal I y el Romazal II (en el término municipal de Plasenzuela). Estos espacios funerarios fueron estudiados por el equipo de F. Hernández en la segunda mitad de la década de los 80 del siglo XX.

En la necrópolis de El Mercadillo (Botija) se han excavado un total de 46 enterramientos de cremación, siendo el ritual característico la deposición de los restos en una urna junto a algunos elementos de ajuar. Nueve de estos enterramientos se encontraban protegidos por encachados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento inédito en las necrópolis de Extremadura y la relaciona con las necrópolis ibéricas andaluzas y de la meseta sur.

Por otro lado, en la necrópolis de El Romazal I se excavaron varios grupos de tumbas. En ella, las cremaciones se presentan en urnas más pequeñas y sin encanchados de ninguna clase. Los enterramientos, en los que son tan abundantes las cerámicas

decoradas, también están acompañados de ajuar compuesto. En las tumbas aparecen ya materiales claramente romanos que confirman una cronología tardía para la necrópolis.

Por último, en El Romazal II (Plasenzuela) fueron once los enterramientos de cremación documentados. En ellos, las urnas aparecían encajadas en oquedades en el suelo y cubiertas con un plato y acompañadas de ajuar.

De las necrópolis, la de El Mercadillo (Botija) es la más antigua pues se fecha en el siglo IV a.C, mientras que El Romazal II (Plasenzuela) es de una cronología posterior, pues se fecha en el siglo III a.C. y, finalmente, El Romazal I (Plasenzuela) se sitúa a finales de la vida del poblado, es decir, a finales del siglo II, principios del siglo I a.C.

Las necrópolis excavadas nos informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del castro. Nos evidencia que las influencias célticas de la meseta han penetrado a estas latitudes, revelado por la mayor presencia de armas y el tipo de estas.

ANEXO II

Delimitación de la zona arqueológica y su entorno de protección

Delimitación y Justificación de la Zona Arqueológica.

La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de protección y conservación que exige el amplio y brillante repertorio de recursos arqueológicos que constituye la Zona Arqueológica de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II.

Por consiguiente, para la delimitación de la Zona Arqueológica se ha considerado toda la información de naturaleza arqueológica disponible y procedente de los trabajos arqueológicos realizados sobre los terrenos que acogen los restos del castro de Villasviejas del Tamuja, las necrópolis a él asociadas y su entorno.

La delimitación así establecida para el yacimiento de Villasviejas del Tamuja integra los terrenos donde se localizan las estructuras documentadas, conservadas, incluso visibles junto a aquellas áreas susceptibles de albergar restos arqueológicos en el subsuelo.

De este modo, se considera que quedan protegidos la totalidad de los elementos materiales y contextos estratigráficos que componen el yacimiento arqueológico.

En definitiva, las parcelas afectadas, de manera total o parcial, por la delimitación de la Zona Arqueológica que constituyen Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, son las siguientes, con las siguientes referencias catastrales:

– En el término municipal de Botija:

– En el término municipal de Plasenzuela:

 

 

    La presencia romana fue intensa en esta zona, a juzgar por las huellas que aún pueden descubrirse, siendo el foco más romanizado la zona conocida como "El Guijo", donde han aparecido restos de construcciones, así como aras y lápidas, algunas de las cuales pueden verse incrustadas en edificaciones del mismo núcleo urbano. De época romana proceden también las minas (de oro y plata) que aún jalonan el término municipal de Plasenzuela.

   Árabes (se han encontrado sepulcros de esta época en el lugar conocido como "Los Villares") y visigodos (en la iglesia parroquial existe un capitel de esta época) también dejaron su impronta en estas tierras.

   En el año 1.232 Trujillo es reconquistada por el rey cristiano Fernando III, el lugar de Santa Ana, junto con otros lugares y pueblos pasa a formar parte de la Tierra de Trujillo.

   La tierra de Trujillo en el siglo XV abarcaba una extensión de 10 leguas de ancho por 16 leguas de largo; es decir, lo comprendido desde el río Almonte hasta el río Guadiana de norte a sur, y desde el Ibor y Ruecas hasta el Tamuja de Oriente a Occidente, en esta amplia zona había villas, lugares, aldeas y aguijones, además de arrabales y todos permanecían a la gran ciudad de Trujillo.

    Los más importantes son: Aldeacentenera, Torrecilla de la Tiesa, Garciaz, Navalvillar de Pela, al que Trujillo le dio mucha importancia por el lugar extremo que ocupaba para librarlo de posibles ataques de otros señoríos, como era el vizcondado de la Puebla de Alcozer. Otros pueblos que componen la Tierra de Trujillo son: Cañamero, Logrosan, Alcollarin, Orellana de la Nueva, Villamesia, El Campo, Conquista, Herguijuela, Madroñera, Santa Cruz, Abertura, Puerto de Santa Cruz, Ibahernando, Robledillo de Trujillo, Santa Ana, Ruanes, Plasenzuela, La Cumbre, Santa Marta, Aldea de Trujillo y Zorita.

   Tras la Reconquista, Plasenzuela perteneció a la jurisdicción de Trujillo, para en el siglo XVI pasar a ser Señorío (de esta fecha data el "rollo" que erigido en la plaza de la localidad), al ser comprado su término por D. Juan de Vargas y Camargo, para posteriormente en el Siglo XVII pasar a D. Gonzalo de Tapia, y finalizar en el siglo XVIII, siendo jurisdicción del Conde de Canilleros.

   Del Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, Partido de Trujillo Tomo II paginas 449 a 467, realizado el día 11 de abril de 1791, se desprende;

    "Respuesta de el ynterrogatorio que se ha presentado en esta villa de Plasenzia por el señor Don Pedro Bernardo de Sanchoyerto, alcalde del crimen de la Real Audienzia que se va a establezer en la villa de Cazeres este año de 1791.

    Plasenzuela es villa, dista de la cabeza del partido que es la ciudad de Truxillo tres leguas, la distanzia que hay a la villa de Cazeres son cinco leguas. La estension de su termino un quarto de legua en quarto y la jurisdizion tres quartos de legua. confina con la villa de la Cumbre, la de Marta, la de Roanes, la de Salbatierra, la de Botija y con el lugar de Ybaernando y con la villa de Thorremocha; las leguas que hay de distanzia de unos pueblos a otros son a la villa de la Cumhre una legua, a la de Marte tres, a la de Roanes una, a la de Salbatierra una, a la de Thorremocha dos, y a la villa de Botija media; y son del de la Audiencia y corresponde esta al Obispado de Plasenzia y los demas pueblos citados, a excepción de Botija, Torremocha y Salbatierra, que son del Priorato de Leon.

    En esta villa hay mitad de ofizios, es de señorio, corresponde al Señor Conde de Canilleros, vezino de la villa de Brozas, se dize es señor temporal y territorial. La eleczion de justizia se haze en esta forma: los alcaldes y rejidores hazen el nombramiento y el señor elije los que han de ser de dos que van nombrados para cada ofizio, hay un procurador sindico general y personero y dos diputados, y estos los nombran los vezinos a botos. No hay correjidor, alcalde mayor ay, le pone el señor de esta villa y reside este en la ciudad de Truxillo y tiene jurisdizion, no tiene salario. Los alcaldes ordinarios conozen en todas causas. No hay abogado alguno ni procuradores ni escrivanos reales ni numerarios y si solo ay un fiel de fechos, a causa de ser el salario corto se careze de escribano numerario, el aranzel real estilo de el pais.

    Esta villa tiene noventa y quatro vezinos, los cuarenta y ocho labradores y estos tienen sesenta y tres yuntas, los treinta y una jornaleros, doze viudas y tres menores y la causa de haver tantos jornaleros es por no haver tierra a donde labrar, pues se ven prezisados a yr a labrar a pueblos estraños. Las diversiones en los naturales son juego de calba y tiro de barra, y no se nota vizio alguno. El precio corriente de los jornales en tiempo de ymbierno dos reales y de comer y en tiempo de verano a cinco y a seis reales y tambien de comer.

    En esta villa hay tres abastos, dos por arriendo el de vino y azeyte, por el del vino dan ocho arrobas por un quinquenio, y estas se distribuyen los vezinos quando van a tapar portillos a la dehesa boyal, a componer caminos, a lobos y apostar los montes; y el de el azeyte da media arroba y esta se aplica para alumbrar al Santisimo, y el de jabon no paga nada. Los pesos y medidas son arreglados a la cabeza de partido y marco de Avila. Ay casa de ayuntamiento y una carzel, su estension es reduzida, ay archibo.

    En esta villa hay una parroquia, su dotazion es la novena parte de el diezmo de esta villa, el nombramiento se haze por oposizion y el Rey y el Señor Obispo elijen segun sus meses. No hay zementerio, ni contemplamos nezesidad de el. No hay ospital y si hay quatro obras pias, Hay una ermita, su santuario es San Martin, a la que se concurre dos vezes al año y se zelebra misa y prozesion en el segundo dia de pasqua de resurezion y el dia onze de nobiembre, y no se ha verificado quimera alguna y su culto se mantiene con alguna limosna, y no tiene hermitaño.

    En esta villa las espezies de frutos que se crian son trigo, zebada, zenteno y abena, y algunos garvanzos, cosa muy corta, por lo que dize a la espezíe de trigo en cada un año dos mil doscientas y veinte y tantas fanegas, de zebada en cada un año sesenta y tantas fanegas, de zenteno en cada un año mil doscientas sesenta fanegas, y de esta expezie la mayor parte se coje fuera de esta jurisdizion, y de abena en cada un año trescientas y tantas fanegas. Y no hay frutos sobrante, y se nota mas disminuzion que aumento por falta de tierra. Las tierras se cultivan con bueyes y vacas y dos yuntas de cavallerias mayores.

    Hay un rio, que dista de esta villa un quarto de legua, se llama Tamuja y divide la jurisdizion de esta villa y la de Cazeres, se cria algun pescado. Hay una charca prinzipiada hazer y no acabada.

    Que es quanto pueden manifestar en cumplimiento de lo prevenido y en quanto a las preguntas del ynterrogatorio que se ha entregado para este fin por el señor ministro visitador de este partido. Plasenzuela y abril 11 de 1791, y fir­maron de dichos ynformantes los que supieron. Domingo Herrera. Juan Rojo. Domingo Salzedo. Martin Garzia. Domingo Lubiana. Juan Zebrian. Joaquin Perez, fiel de fechos.

    Satisfacion a el interrogatorio que se me ha entregado por el señor visitador de este partido y ministro de la Real Audienzia de la villa de Caceres.

    Que Plassenzuela es villa, distante de la ciudad de Truxillo que es la cabeza de partido tres leguas, tiene la villa de Salvatierra, que lo es del Priorato de Leon, a el mediodia y entre este punto y el norte tiene las villas de Ruanes y la Cumbre, que son del Obispado de Plassencia, y entre mediodia y su occidente tiene la villa de Botija del mismo priorato, y distan todas de Plassenzuela una legua por lo que son a esta confinantes, a su occidente tiene la villa de Cazeres de que dista cinco leguas. La extension de sus terminos si se habla de las tierras comunes es de un quarto de legua par la parte mas larga y por las demas de medio quarto mas la de su jurisdiccion, por el mediodia y oriente es de tres quartos de legua, por el norte menos de un quarto y por el accidente de media legua. Los referidos pueblos son del territorio de la audiencia y el 1º de que se habla es del Obispado de Plasencia.

    Que hai mitad de oficios por los dos estados noble y general, es pueblo de señorio y pertenece a el Conde de Canilleros, vezino de Brozas, y se tiene por señor jurisdiccional y territorial. La eleccion de sujetos para el govierno y administracion de justicia se hace por propuesta que esta misma hace de dos para cada oficio a dicho señor, que confirma el que tiene a bien, el numero de electos se reduce a dos alcaldes y dos regidores, procuradores y dos diputados, estos dos ultimos los nombra el pueblo. Los alcaldes juzgo tienen jurisdiccion absoluta por ser villa eximida de la ciudad. Hai un fiel de fechos, cuio salario es de seiscientos zinquenta reales. Y el señor es dueño de las alcabalas.

    Los niños estan confiados para su instruccion en las primeras letras a un jornalero, que aunque cuida de enseñarlos la doctrina christiana y a leer alguna cosa, no es capaz de perfeccionarlos y mas principalmente en escribir, su dotacion consiste en cien reales que se sacan de propios y se experimenta grave necesidad de establecer una que sea verdadera escuela con dotacion correspondiente.

    Hai dos despoblados, cuios monumentos y paredes de tres y quatro varas se conservan y por escriptos y tradicion de estos pueblos consta haverse llamado el uno la villa de las Casas y el otro la aldea del Guijo, su reedificacion pudiera solo ser util a los transitantes por el camino real que de Truxillo sale para Merida y Badajoz, en el qual esta situada dicha villa; y el otro dista medio quarto de legua, su terreno se disfruta por el Conde de Canilleros, dueño de dicha Dehesa de Guijos y Habilillas en que se hallan.

    Hai caza de perdices y conejos, pero no cazadores frequentes o de oficio y si alguno afizionado que por nezesidad y falta de carniceria sale a matar una pieza para su familia, salese algunos dias a extinguir las fieras, pero ignoro el premio de cada cabeza y el numero de las que se matan anualmente.

    Para formar idea clara y distinta del estado de esta villa y necesidades que la afligen, conduce saber que siendo el unico elemento que la sostiene la agricultura, se halla esta reducida a tan estrechos limites que ha obligado a los labradores a dejar la yunta unos y otros a salir a sembrar a otros pueblos, con dispendio de sus casas y desatenzion de sus familias. De la misma escasez de tierra proceden unos arriendos tan crecidos, que hai fanegas que valen cien reales cada una, sin embargo de ser el terreno de poco suelo y mediana calidad y aun infima la mayor parte. Pudiera tambien contribuir mucho a su subsistencia y felizidad el plantio de olivos, que se crian con prontitud, produciendo fertilisimamente, concediendoles para el alguna extension de sus cercas y hacerle en las tierras comunes de berrocal que disfrutan solo de tres a tres años, por lo que es mas digno de atencion y lastima es el pago de viñas, que tienen (aunque proximo a el pueblo) perdido y de un suelo tan precioso que he conocido hacer a un hombre en un dia veinte y tantas hoias y aunque su terreno es propio de los vezinos y esta murado, no sacan mas fruto que un poco de zenteno cada 3 años. Con tan admirables proporciones y arbitrios pudiera ser feliz la villa, si su miseria no impidiese hacer el uso correspondiente de ellas, que facilitara solamente o con algun auxilio, o con el desempeño que se siga a las franquzias y favores que logre a fabor de la labor.

    Estas son las noticias que he podido hazer y refiero con la puntualidad y lisura posible, y para que consten donde convenga yo el infrascripto cura rector de la Parroquial de dicha villa lo firmo, en ellas y abril 11 de 1791. Pedro Gironda y Cuevas.

    Esta villa, titulada Plasenzuela, esta situada a lo largo de un bajio entre cuestas, formando dos barrios; es del partido de Trujillo, donde dista tres leguas y a Caceres cinco. La extension de su termino poco mas de un quarto de legua en quadro y la xurisdicion como tres quartos de legua; confina con la villa de la Cumbre, las de Martha y Ruanes, con las de Salbatierra y Botija, todos del territorio de la Real Audiencia de esta provincia, y del Obispado de Plasencia, a excepcion de Salbatierra y Botija que son de las ordenes, haviendo sido antes todos de la Real Chancilleria de Granada.

    Es de señorio correspondiente al Conde de Canilleros, vezino de Brozas, que se titula señor jurisdicional y territorial, pero solo parece serlo de dicha xurisdicion y de las alcabalas.

    Y los alcaldes gozan del caudal de propios 88 reales y 8 maravedies cada uno, 58 y 28 maravedies cada rexidor, lo mismo e1 procurador sindico, y dicho fiel de fechos 650 reales, y un ministro ordinario 100, que son los unicos dependientes de justicia segun se manifiesta en la pregunta segunda y adicion al final de su ynforme por el ayuntamiento.

    Las calles no tienen forma de tales por haver barias cercas en el yntermedio del pueblo y ser su situacion a barrios, en parte pendientes, con algunas peñas natibas, y parte en situacion llana, pero poco curiosas y bastante panta­nosas en tiempo de llubia. No hay canteras ni minerales, ni se conocen yerbas medicinales.

    Al final de su ynforme manifiesta el parroco y lo he reconocido por mi la escasez de dichas tierras y los crecidos arriendos que se ben precisados a pagar estos vecinos por las que les conceden para sembrar en termino extraño, con crecidos dispendios y cortisima utilidad; y tambien expresa la proporcion que hay para plantar olibares en el terreno del pueblo, que es util solo para esto, pero su pobreza no les proporciona disposicion para hazerlo y son dos puntos dignos de considerazion para esta villa.

    Que es lo unico que resulta segun dichos ynformes y conocimientos que he tomado, y lo que manifiestan dicho ayuntamiento y cura a los particulares de la real ynstrucion e ynterrogatorio, señalados con los numeros 1º y 2º y de que se entregaron ejemplares a dicho ayuntamiento, quedando copiada la primera en los libros capitulares como consta del documento numero 4. Plasenzuela y abril once de mil setecientos noventa y uno. Don Pedro Bernardo de Sanchoyerto."

    En el año 1826, Sebastián de Miñano; en su Diccionario Geográfico Estadístico, publicado en Madrid, se refiere de la siguiente manera.

    "Plasenzuela, Villa Secular de España, provincia de Estremadura, partido de Trujillo, obispado de Plasencia. Alcalde Ordinario, 110 vecinos; 513 habitantes, 1 parroquia, 1 pósito. Situada á la falda de una cordillera de canchales que corre de E. á 0., quedando el pueblo al S. Sus casas están esparcidas de modo que apenas forman calles, y el piso es desigual y quebrado. Tiene buenas aguas. En el año de 1793 se denunció una mina de oro, situada en la dehesa del Pato, que llaman Guijos y Avilillas, término de esta villa, distante como 1/2 legua. Esta mina tenia ya dos escavaciones, una de dos tercias y media de profundidad, cinco cuartas de ancho y de vara y medía de largo. El suelo de la mina se ve resplandeciente, mezclada la tierra, que es gredosa, de color pardo, con muchos espejuelos dorados. Mandada traer á Madrid porcion de esta tierra, y habiendola hecho examinar al director general de minas, don Francisco de Angulo, declaró que este no merecia el mas minimo aprecio, ni era otra mas que un granito ó piedra berroqueña roja, lo que se daba por mineral, cuya piedra estaba en estado de descomposicion, con ciertas partículas brillantes y doradas que se observaban en ella como en todas las demas berroqueñas, no siendo otra con en realidad sino una sustancia terrea que los naturalistas llaman mica. Produce trigo, centeno, avena y pastos, ganado lanar, vacuno y de cerda. Industría: telares de lana, lino y estopa. Dista 20 leguas de la capital, 3 de la cabeza de partido, y desde Sierra de Fuentes á esta villa hay 5 horas de camino militar, en cuyo intermedio se pasan el regato Guarroyo, el Guailoba, el rio Tamuja y el arroyo Ruanejo. Contribuye 3,009 rs. 13 mrs."

    Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico Estadístico Histórico Tomo XIII, publicado en Madrid en 1849, dice:

   "Villa con ayuntamiento en la provincia y audiencia territorial de Caceres (5 leguas), partido judicial de Trujillo (3 leguas), diocesis de Plasencia (16 leguas), capitania genaral de Estremadura (Badajoz 18).

    Situado a la falda de una cordillera de peñascos en terreno berroqueño; es de clima templado, reinan los vientos del E y O, y se padecen tercianas. Tiene 95 casas de piso bajo, la del ayuntamiento y carcel, escuela dotada con 200 rs. de los fondos publicos a la que asisten 30 niños de ambas sexos; iglesia parroquial (la Asuncion de Nuestra Señora), con curato de primer ascenso y provision ordinaria, ya en las afueras sobre una pequeña altura al Sur una ermita ruinosa de San Martin, cuya imagen esta en la parroquia.

    Se surte de aguas potables en 2 fuentes dentro del pueblo, de calidad ferruginosa, y otras a mas o menos distancia de las que se hablara. Comprende los despoblados de Guijos y Ablillas, que se llamaron antiguamente Villa de Casas del Guijo la primera y Aldea del Guijo la segunda, solo se conservan de una y otra escombros y algunos trozos de pared; tocando a los cimientos de la ultima hay una fuente de agua rica y abundante, que en años de sequia ha surtido a los pueblos cercanos, no solo para las gentes sino tambien para los ganados; actualmente solo se conoce en memoria de aquellas antiguas poblaciones el nombre que lleva la dehesa de Guijos y Albilillas. pingüe propiedad del Sr. conde de Canilleros, fecunda en excelentes pastos y cereales: a 500 varas N. de la villa hay otro despoblado llamado de los Villares, del que todavia quedan muchos escombros, en el que se descubrieron en el año 1845, 16 sepulcros arabes, que contenian solamente las cenizas de los sepultados, y a su inmediacion hay una hermosa huerta de buenas frutas.

   La bañan el rio Tamuja, que divide la jurisdiccion con la de Caceres; el arroyo de la Jarilla, que nace en la fuente del Juncal, pasa por la poblacion y conserva agua hasta muy avanzada la primavera: tiene este arroyo dos pontones de canteria y un molino harinero; otro arroyo llamado Ruanejo con otro molino, y muchos manantiales de escelente calidad.

    Los caminos son vecinales, el correo se recibe en Trujillo, por propio, dos veces a la semana. Produce trigo, centeno, cebada, habas, garbanzos, verdura y frutas: se mantiene ganado vacuno, lanar, cabrio, de cerda, y se cria caza menuda y alguna pesca de tencas y anguilas. Tiene 2 molinos harineros, telares de lino. Poblacion 95 vecinos, 521 almas.

    Esa fue villa del señorio del conde de Canilleros"

Gaceta de Madrid Publicación: 27/12/1839, nº 1874

Páginas: 1 - 1

S. M. la Reina Gobernadora ha oído con particular aprecio las exposiciones siguientes de la diputación general de Vizcaya y ayuntamientos del partido de Reinosa y Plasenzuela, felicitándola por el pensamiento de paz y órden que se ve en el Gobierno. Carta

Gaceta de Madrid Publicación: 15/10/1869, nº 288

Departamento: Ministerio de Hacienda

Páginas: 1 - 1

Órden declarando subsistente una carga de justicia consignada á favor del Conde de Canilleros, como administrador legal de los bienes de su esposa Doña María de la Consolación Porres, en equivalencia de las alcabalas de la villa de Plasenzuela, provincia de Cáceres.

Gaceta de Madrid Publicación: 29/10/1881, nº 302

Departamento: Ministerio de la Gobernación

Páginas: 251 - 251

Real órden declarando que no procede resolver acerca de la suspensión de cuatro Concejales del Ayuntamiento de Plasenzuela, impuesta por el Gobernador de Cáceres.

Gaceta de Madrid Publicación: 20/08/1906, nº 232

Departamento: Ministerio de la Gobernación

Páginas: 743 - 743

Dirección general de Correos y Telégrafos.- Subasta para contratar el transporte de la correspondencia pública desde la oficina de Correos de Plasenzuela á la de Trujillo.

  Los Ayuntamientos se remontan a los primeros siglos del milenio con las leyes de Alfonso X, encaminadas a regular un incipiente procedimiento administrativo y la actuación del escribano que se prolongará durante toda la Edad Media. Con la formación del Estado Moderno se intentan sentar las bases del régimen municipal, que se afianza en el siglo XVIII.

    Las Cortes de Cádiz marcan un cambio importante al suprimir en 1811 los señoríos y los corregidores y establecer en cada Ayuntamiento alcaldes, regidores y procurador síndico, elegidos por la población y cuyo presidente sería el Jefe político, allí donde lo hubiere. En 1823 se publica la Instrucción para el Gobierno de las Provincias, que precisó las competencias de los Ayuntamientos y su dependencia de la Diputación. La ley de 14 de julio de 1840 establecía la elección directa de los miembros que componían la corporación, aunque el rey nombraba a los alcaldes y tenientes de alcalde de las capitales de provincia. El 20 de agosto de 1870 se aprobó la Ley Municipal, reformada en 1817 y vigente hasta el Estatuto Municipal de 1.924 que elimina su dependencia de las Diputaciones y Gobiernos Civiles y establece la Comisión Permanente. Dicho Estatuto restringe el sufragio y da al alcalde el carácter de delegado gubernativo, además del de representante y jefe del municipio.

    La ley de bases de Régimen Local de 31 de octubre de 1935 determina la elección por sufragio universal y organiza la Corporación en Alcalde, Pleno y Comisión Permanente. Con la Ley de bases de 1945, ampliada en 1950 y modificada en 1953 que a su vez se refunden en la de 24 de junio de 1955 se determina el carácter centralizador y de democracia orgánica que aminora la autonomía municipal. El mayor cambio se produce con la Ley 41/1975, de 19 de noviembre, de bases de Régimen Local, derogada por la 47/1978 y sobre todo con la Ley de bases de Régimen Local de 1985 que adapta los Ayuntamientos a las modificaciones derivadas de la Constitución y del nuevo régimen democrático.

    En la actualidad es Partido Judicial de Trujillo, incluido en la Audiencia Territorial de Cáceres y en lo eclesiástico la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del Arciprestazgo de Trujillo, Diócesis de Plasencia y Archidiócesis de Mérida-Badajoz

    Es el Municipio con mayor tasa de ocupación de la Comunidad de Extremadura, debido en gran parte por la gran disposición e imaginación de sus habitantes por el trabajo, al que se ha levantado un monumento


MONUMENTOS

    Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, es una construcción exenta, obra de los siglos XV-XVII de mampostería encalada y sillares en esquinas y contrafuertes, aunque presenta elementos decorativos propios del siglo XV. En la actualidad ha sido muy remozada.

   En su interior presenta una nave con cuatro tramos separados por arcos de medio punto sobre pilares adosados cubiertos con bóvedas de aristas. Ábside poligonal, con cubierta a base de tres paños. En el último tramo se encuentran dos capillas cuadradas con bóveda de aristas de ladrillo. El coro se levanta a los pies, con frente en arco rebajado y bóveda de aristas en el sotocoro y la capilla bautismal, con bóvedas de cañón realizada con sillares graníticos, y pila granítica de fines del siglo XV.

    Entre los bienes muebles destaca una imagen protogótica del siglo XIV, en madera policromada, de Nuestra Señora con el Niño, un Crucificado con corona de espinas del siglo XVII, el Patrón de la localidad San Martín del siglo XVII y una Inmaculada del siglo XVII. Tambien son interesantes un capitel clásico de mármol de época visigoda que hace funciones de pila de agua bendita y otra pila de granito abrazada por dos manos, obra de los siglos XV-XVI.

    Al exterior, portadas góticas de una gran belleza, la fachada de los pies presenta portada con arco apuntado, encuadrada en alfiz, y dentro del mismo adornos de rostros humanos, flores y animales, rematada con pequeña espadaña con campanil. Junto a ella, se alza la torre, cuadrada de un solo cuerpo con tres vanos de medio punto en el campanario y rematada en pirámide. La portada del evangelio, que abre a un atrio, es similar pero con menos adornos, también es apuntada y con arquivoltas, encuadrada en alfiz. Cerca de la puerta lateral se halla la denominada fuente de los leones.

    En la misma plaza de la iglesia se erige un monumento al Mundo del Trabajo, consiste en una escultura que representa a dos adultos (un agricultor sembrando y una señora que lleva una cesta con libros, entre ellos la Constitución) y una niña, es obra del escultor Diego Garrido y se inauguró en 1988.

    Próxima a su Plaza Mayor presidida por una gran casona está un noble edificio del siglo XVI que se cree fue un antiguo Hospital de Peregrinos,

    El Rollo del siglo XVI, se sitúa en la plaza del pueblo, de fuste cilíndrico y remate esférico sobre adornos, y con tres escalones, presenta estilo rústico.

   Junto a la carretera de circunvalación se encuentra una "Cruz de Camino", con un bello fuste cilíndrico, y que data, según fecha que aparece tallada, de 1650.


GASTRONOMÍA

    La gastronomía tradicional, abarca desde los tradicionales embutidos (chorizo, lomo, jamón...) y quesos, a los productos silvestres (espárragos, criadillas, cardillos...) pasando por la repostería.

  Para saber mas acerca de las Marcas de Calidad de la región extremeña, pinchar aquí

    Para conocer la normativa de las Matanzas Caseras, pinchar aquí

   Está incluido dentro de la Denominación de Origen del cordero de Extremadura Corderex, para conocer mas sobre el cordero, para ver el Reglamento, su Descripción y Características, pinchar aquí

   Está incluido en la denominación del cerdo ibérico Dehesa de Extremadura, para mas información sobre el cerdo y sus productos pinchar aquí

  Está incluido dentro de la zona Ternera de Extremadura, para conocer mas sobre la ternera, para ver el Reglamento, su Descripción y Características, pinchar aquí

    Está incluido dentro de la zona Vino de la Tierra de Extremadura, para conocer mas sobre el vino de la Tierra, para ver el Reglamento, su Descripción y Características, pinchar aquí

    Control de los quesos curados elaborados con leche cruda y madurados en establecimientos distintos a los de elaboración. pinchar aquí

    Para conocer el Registro de Envasadores y Embotelladores de aceite de oliva virgen extra y aceite de oliva virgen con designación de origen de la Comunidad Autónoma de Extremadura, pinchar aquí.

    Su quieres conocer el panel de Catadores de Aceite de Oliva Virgen y la regulación de las organizaciones de operadores del sector oleícola, pincha aquí.

    Está incluido dentro de la Denominación de Origen Torta del Casar, para conocer mas sobre este queso, pinchar aquí

   Para conocer la Calidad de las Aguas potables, pinchar aquí

    Está incluido en la protección de la Cabra Retinta Extremeña, para mas información sobre la cabra y sus productos pinchar aquí

   Si quieres saber sobre el Registro de Derechos de Replantación de Viñedos, pincha aqui

   Para mas información sobre Gastronomía extremeña, ir a Addenda de Gastronomía


FIESTAS

  • Virgen de la Asunción, del 14 al 17 de Agosto.

   Si quieres mas información sobre las Fiestas de Extremadura, pincha aquí

   Si te interesan las Plazas de Toros de Extremadura y la Normativa sobre espectáculos taurinos, pincha aquí


TURISMO

   El mundo vegetal presenta componentes arbustivos autóctonos (encina y alcornoque) o no autóctonos (olivo, higuera y algunos frutales, además de árboles ornamentales). Matorral formado por retamas (blancas y amarillas), lavándulas, zarzamora, o la escoba blanca, y  herbáceos y flores (altramuz silvestre, avena loca, margaritas, tréboles...).

    Es una ZEPA, zona especial de protección de aves, destacando especialmente la avifauna, milanos negros, abubillas, rabilargos, zorzales, herrerillos, cucos, mochuelos, abejarucos, perdices o tórtolas, además de garzas reales, garcillas boyeras y ánades reales junto a charcas y arroyos. También reptiles como el lagarto ocelado, las culebras bastarda y de escalera o el galápago leproso,  y el zorro, el conejo, la liebre, topos, erizos, o tejones y comadrejas.

  Si quieres conocer los Bienes de Carácter Cultural, pincha aquí

   Si quieres conocer la Artesanía extremeña, pincha aquí

   Si quieres conocer mas sobre el Turismo Extremeño, alojamientos, tipos y normativa, pincha aquí

Si quieres conocer mas sobre la Vía de la Plata, pincha aquí

    Si quieres conocer mas sobre las Aguas Termales y Balnearios en Extremadura, pincha aquí

   Si estás interesado en la el origen y desarrollo de la ganadería extremeña, la Mesta, sus cañadas y costumbres, pincha aquí.

   Si quieres conocer mas sobre la Normativa de Competiciones, Conservación de la Pesca y Cotos, pincha aquí

   Si quieres conocer mas sobre la Naturaleza Extremeña, Normativa, Catalogo Especies Protegidas y Parques Naturales, pincha aquí

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MINERALES

   Se encuentran en el termino los siguientes minerales, en cantidades mas o menos variables:

DOE núm 36 MARTES, 25 DE MARZO DE 1997

CONSEJERÍA DE ECONOMIA, INDUSTRIA Y HACIENDA

Minas.- Anuncio de 10 de febrero de 1997, sobre solicitud de permiso de investigación de la provincia de Cáceres, nº 9947.

El Servicio de Administración Industrial, Energía y Minas de Cáceres de la Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de la Consejería de Economía, Industria y Hacienda de la Junta de Extremadura, hace saber: que por D. José Luis Vidal Pereira, en representación de la entidad mercantil MINERA ORDOÑO, S.A., con domicilio en Avda. de España, 35-2.º A de Ponferrada (León), ha sido solicitado el Permiso de Investigación que a continuación se relaciona, con expresión de número, nombre, cuadrículas mineras y términos municipales:

9.947, «AZUL 1», 56 Cuadrículas Mineras, Plasenzuela, Trujillo, La Cumbre, Santa Ana e Ibahernando.

Siendo la designación de su perímetro:

N.º VERTICE LONGITUD LATITUD

Lo que se hace público en cumplirniento de lo dispuesto por el Art 70.2 del Reglamento General para el Régimen de la Minería de 25 de agosto de 1978, a fin de que quienes se consideren interesados puedan personarse en el expediente, dentro de los quince días siguientes al de la publicación de este anuncio en el «Diario Oficial de Extremadura».

En Cáceres a diez de febrero de mil novecientos noventa y siete.– El Jefe del Servicio de Administración Industrial, Energía y Minas, Pedro Garcia Isidro

DOE núm 43 SÁBADO, 12 DE ABRIL DE 1997

CONSEJERÍA DE ECONOMIA, INDUSTRIA Y HACIENDA

Minas.- Anuncio de 14 de abril de 1997, sobre otorgamiento de una concesión de explotación derivada, de la provincia de Cáceres, nº 9.827-1.

ANUNCIO de 14 de abril de 1997, sobre otorgamiento de una concesión de explotación derivada, de la provincia de Cáceres, n.º 9.827-1.

El Servicio de Administración Industrial, Energía y Minas de Cáceres de la Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de la Consejería de Economía, Industria y Hacienda, hace saber:

Que por Resolución de la Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de fecha 7 de abril de 1997, ha sido otorgada la Concesión de Explotación Derivada que a continuación se relaciona, con expresión de número, nombre, minerales, cuadrículas mineras y términos municipales:

9.827-1, Las Casillas, Granito, once cuadrículas mineras, La Cumbre, Trujillo y Plasenzuela.

Lo que se hace público en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 101.5 del Reglamento General para el Régimen de la Minería de 25 de agosto de 1978.

Cáceres, 14 de abril de 1997.–El Jefe del Servicio de Administración Industrial, Energía y Minas, Pedro Garcia Isidro

DOE núm 32 SÁBADO, 15 DE MARZO DE 1997

CONSEJERÍA DE ECONOMIA, INDUSTRIA Y HACIENDA

 Minas.- Anuncio de 27 de febrero de 1997, sobre otorgamiento de la concesión de explotación, en la provincia de Cáceres, nº 9641-III.

El Servicio de Administración Industrial, Energía y Minas de Cáceres de la Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de la Consejería de Economía, Industria y Hacienda, hace saber:

Que por Resolución de la Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de fecha 29 de enero de 1997, ha sido otorgada la Concesión de Explotación Derivada que a continuación se relaciona, con expresión de número, nombre, minerales, cuadrículas mineras y términos municipales:

9.641-lll, GIBRANZOS lll, SECCION C) (GRANITOS ORNAMENTALES), 24 CUADRICULAS MINERAS. LA CUMBRE, PLASENZUELA Y TRUJILLO.

Lo que se hace público en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 101.5 del Reglamento General para el Régimen de la Minería de 25 de agosto de 1978.

En Cáceres, a veintisiete de febrero de 1997.–El Jefe del Servicio de Administración Industrial, Energía y Minas, Pedro Garcia Isidro

DOE núm 48 SÁBADO, 27 DE ABRIL DE 1996

CONSEJERÍA DE ECONOMIA, INDUSTRIA Y HACIENDA

Minas.-  Anuncio de 9 de abril de 1996, sobre solicitud de permiso de investigación de la provincia de Cáceres, nº 9.920.

9.920, «Guijarro», 269 C.M., Montánchez, Torre de Santa María, Albalá, Botija, Benquerencia, Plasenzuela, Salvatierra de Santiago, Torremocha y Valdefuentes.

En Cáceres a nueve de abril de mil novecientos noventa y seis.– EL Jefe del Servicio, Pedro García Isidro.

DOE núm 52 MARTES, 7 DE MAYO DE 1996

CONSEJERÍA DE ECONOMIA, INDUSTRIA Y HACIENDA

Minas.- Anuncio de 26 de marzo de 1996, sobre solicitud de permiso de investigación de la Provincia de Cáceres, nº 9907.

El Servicio Territorial de Cáceres de la Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de la Consejería de Economía, Industria y Hacienda de la Junta de Extremadura, hace saber: que por don José Luis Vidal Pereira, Minera Ordoño, S.A. con domicilio en Avda. de España, 35-2.º A de Ponferrada (León), ha sido solicitado el Permiso de Investigación que a continuación se relaciona, con expresión de número, nombre, cuadrículas mineras y términos municipales:

9.907, «Azul», 54 C.M., Trujillo, Plasenzuela y Ruanes.

Siendo la designación de su perímetro:

VERTICE LONGITUD LATITUD

  • P.P. 6º00’00" 39º21’00"
  • 2 6º00’00" 39º23’00"
  • 3 6º03’00" 39º23’00"
  • 4 6º03’00" 39º21’00"

Lo que se hace público en cumplimiento de lo dispuesto por el Art. 70.2 del Reglamento General para el Régimen de la Minería de 25 de agosto de 1978, a fin de que quienes se consideren interesados puedan personarse en el expediente, dentro de los quince días siguientes al de la publicación de este anuncio en el «Diario Oficial de Extremadura».

Cáceres, 26 de marzo de 1996.–El Jefe de Servicio, Pedro Garcia Isidro

CONSEJERIA DE ECONOMIA, INDUSTRIA Y HACIENDA

ANUNCIO de 7 de noviembre de 1996, sobre otorgamiento de permiso de investigación en la provincia de Cáceres, n.º 9907.

El Servicio de Administración Industrial, Energía y Minas de Cáceres de la Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de la Consejería de Economía, Industria y Hacienda, hace saber:

Que ha sido otorgado el Permiso de Investigación que a continuación se relaciona, con expresión de número, nombre, minerales, cuadrículas mineras y términos municipales:

9.907; «Azul»; Sección C); 36 cuadrículas mineras; Trujillo, Plasenzuela y Ruanes.

Lo que se hace público en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 101.5 del Reglamento General para el Régimen de la Minería de 25 de agosto de 1978.

Cáceres, 7 de noviembre de 1996.–El Jefe del Servicio de Administración Industrial, Energía y Minas, Pedro Garcia Isidro

CONSEJERIA DE ECONOMIA, INDUSTRIA Y COMERCIO

ANUNCIO de 31 de enero de 2001, sobre otorgamiento de una concesión derivada de explotación en la provincia de Cáceres, n.º 10052-1.

El Servicio de Ordenación Industrial, Energía y Minas de Cáceres de la Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de la Consejería de Economía, Industria y Comercio, hace saber: Que ha sido titulada por Resolución de fecha 28/11/2000, a favor de Minas y Granitos, S.L., con domicilio en Ctra. Canaleja, s/n, 14400- Pozoblanco (Córdoba), la Concesión Derivada de Explotación que a continuación se relaciona, con expresión de número, nombre, minerales, cuadrículas mineras y términos municipales:

10052-10, Ruanes, Recurso de sección c) (granito), 6 cuadrículas mineras, Ruanes, Plasenzuela y Salvatierra de Santiago, de la provincia de Cáceres.

Lo que se hace público en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 101.5 del Reglamento General para el Régimen de la Minería de 25 de agosto de 1978.

En Cáceres a treinta y uno de enero de dos mil uno.–El Jefe del Servicio de Ordenación Industrial, Energía y Minas, Pedro Garcia Isidro

DOE núm. 9 MARTES, 25 DE ENERO DE 2000

CONSEJERÍA DE ECONOMÍA, INDUSTRIA Y COMERCIO

Minas.- Anuncio de 12 de enero de 2000, sobre declaración de terrenos francos y registrables de la provincia de Cáceres.

La Dirección General de Ordenación Industrial, Energía y Minas de la Junta de Extremadura hace saber: Que como consecuencia del Concurso de Registros Mineros convocado por Resolución de esta Dirección General de fecha 27 de octubre de 1999, publicada en el D.O.E. n.º 141, de 2 de diciembre, y resuelto el mismo por el Servicio de Ordenación Industrial, Energía y Minas en Cáceres, con fecha 4 de enero de 2000, han quedado francos y registrables, en la superficie que se indica, el terreno afectado por los Derechos Mineros que a continuación se relacionan, con expresión de número, nombre, superficie, recursos y términos municipales:

9611-1.–DANUBIO 1 - Sección C) - 19 cuadrículas mineras - Torremocha, Torrequemada y Plasenzuela (Cáceres).

Cáceres, a 12 de enero de 2000.–El Jefe de Servicio de Ordenación Industrial, Energía y Minas, Pedro García Isidro

DOE num. 14 viernes 21 de enero de 2011

ANUNCIO de 11 de enero de 2011 sobre declaracion de terrenos francos y registrables.

La Direccion General de Ordenacion Industrial y Politica Energetica de la Junta de Extremadura, hace saber: que como consecuencia de la resolucion del concurso de registros mineros convocado por Resolucion de la Direccion General de Ordenacion Industrial y Politica Energetica de 6 de julio de 2010 (DOE n.º 136, de 16 de julio, y DOE n.º 146, de 30 de julio), han quedado francos y registrables los terrenos de los derechos mineros que a continuacion se relacionan, por haber quedado desiertos:

- Relacion de los derechos mineros de la Provincia de Cáceres

Codigo - Nombre - Recursos - Superficie Franca (C.M) - T, Municipales

10C09844-00 Alex Granito 6 Plasenzuela

10C09947-00  Azul I Todos los Recursos de la Secc. C 56 Plasenzuela, Santa Ana y Trujillo

* Se exceptúan en estos registros afectados parcialmente por las zonas de Reserva provisional a favor del Estado denominadas “La Monaguera”, inscripción n.º 207, “La Monaguera II”, inscripción n.º 380 y “La Remonta”, inscripción n.º 272, los recursos minerales reservados.

Asimismo, se declaran francos y registrables aquellos terrenos de los derechos mineros cuyo concurso no ha quedado desierto y que no han sido incluidos por los concursantes en la designación del terreno que pretenden.

Lo que se hace público de conformidad con lo dispuesto en el artículo 73 del Reglamento General para el Régimen de la Minería de 25 de agosto de 1978, declarando francos y registrables los terrenos antes indicados y admitiéndose nuevas solicitudes sobre los mismos después de transcurridos ocho días desde la publicación del presente anuncio en el Diario Oficial de Extremadura.

Las solicitudes podrán presentarse en el Servicio de Ordenación Industrial, Energética y Minera de Badajoz o de Cáceres, según corresponda, ubicados respectivamente en Avda. Miguel de Fabra, n.º 4, Polígono Industrial “El Nevero”, de Badajoz, y Avda. General Primo de Rivera, n.º 2 (“Edificio Múltiple”), 3.ª Planta, de Cáceres.

Mérida, a 11 de enero de 2011. El Director General de Ordenación Industrial y Política Energética, Jose Luis Andrade Piñana.


    ANDALUCITA La andalucita fue estudiada por primera vez por Werner, a partir de ejemplares procedentes de España. Tanto este mineralogista como Delamétherie, creyeron que los ejemplares procedían de Andalucía, por lo que el segundo le dio al mineral el nombre que ahora lleva. Sin embargo, parece ser que los ejemplares que estudiaron procedían de El Cardoso (Guadalajara), pueblo que supusieron situado en Andalucía. Consecuentemente debería considerarse como la localidad tipo El Cardoso, probablemente el yacimiento situado en el paraje de El Zahurdon. El error fue perpetuado por otros autores posteriores, que consideraron como procedencia original la provincia de Almería, y se mantiene en la mayoría de los libros, incluso modernos. La andalucita se conocía ya con anterioridad, e incluso había sido descrita, en su forma de chiastolito, por un autor español, Torrubia, en 1754. La descripción se llevó a cabo en un famoso libro, "Aparato para la Historia Natural Española" en el que también figura la del aragonito. En ambos casos las descripciones están acompañadas de ilustraciones que hacen a ambos minerales inconfundibles.

    Pertenece a la Clase de los Silicatos. Su color presenta las siguientes variedades, Rosa carne, castaño, rojo, gris o verde oliva (viridiana). Son raros los cristales prismáticos de sección cuadrangular. Los cristales irregulares son característicos de las primeras etapas de formación, pasando a ser prismáticos al consolidarse. Generalmente aparece en agregados fibrosos o radiales y en masa granulares o compactas.

    Se usa en la fabricación de refractarios, aislantes térmicos y eléctricos de elevada temperatura, cerámicas resistentes a los ácidos. Los cristales transparentes se usan en Gemología. La variedad quiastolita se emplea como amuleto. Se considera como termómetro del metamorfismo.

La formula química es SiAl2O5


    ARGENTITA, variedad de la Acantita, deriva de una palabra griega que significa "espina" al hacer referencia a las formas características de sus cristales.

    Pertenece a la Clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales. Su color es gris negruzco a gris plomizo. Negro por alteración. La raya negra y brillante, el brillo metálico y mate por alteración. Contiene el 87.1% de plata. Presenta dimorfismo con su forma cúbica, estable por encima de 173º C, mientras que por debajo de esa temperatura es estable su forma monoclínica.

    Habito o forma de presentarse; Cristales cúbicos, octaédricos y raramente dodecaédricos. Agregados dendríticos en masa y en incrustaciones. Granos y formas reticulares y filiformes. Generalmente en masas o formas arborescentes, rara vez como cristales de formas cubo-octaédricas o dodecaédricas.

    Aplicaciones: Importante mena de plata

La formula química es: Ag2S


    ARSENOPIRITA Contracción del antiguo término "pirita arsenical", pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales. Su color es de gris a blanco grisáceo, su brillo metálico y raya negra.

    Los cristales son raros siendo prismáticos con caras estriadas. Pueden formar maclas en forma de punta de lanza o de estrella. Generalmente se encuentra en masas compactas bacilares o granudas de aspecto metálico, con ligero tono rosado dado por su contenido mayor o menor de cobalto y níquel. Aunque sin duda, los mejores ejemplares cristalizados provienen de Extremadura, Casas de Don Antonio (Cáceres) y Cabeza La Vaca (Badajoz). En la Sierra de Gata (Cáceres) aparece en forma de prismas alargados.

    Empleo: Es la principal mena de arsénico. Los compuestos de arsénico se caracterizan por su toxicidad. Se puede extraer de este mineral otros elementos como oro, plata, cobalto, estaño y antimonio. La mayoría del arsénico se recupera en forma de óxidos como subproducto de la fusión de menas arseniales de cobre, plomo, plata. Se emplea para aleaciones con plomo. Igualmente en medicina, pinturas, fuegos artificiales, insecticidas, criptogámicos, pigmentos y para fabricación de vidrio.

Fórmula química: FeAsS


    AUGELITA, deriva de una palabra griega que significa "brillo", por su lustre perlado, hasta su descubrimiento era solamente conocido como un pequeño cristal en las masas compuestas. Pertenece a la clase de los Fosfatos, Arseniatos y Vanadatos es un mineral no muy bien conocido, su dificultad en reconocerlo, especialmente cuando se encuentra en pequeños cristales, forma parte de rocas graníticas y mas frecuentemente en venas hidrotermales.

    Color azul claro, incoloro, verde amarillo, blanco, amarillo. Brillo vítreo a nacarado y raya de color blanco.

    Hábito o forma de presentarse, asociado con Andalucita, Litiofililita, Trifilita y otros Fosfatos, incluido en pequeños o microscópicos cristales de triangular aspecto o mas grandes en cristales complejos o masas

    Uso solamente para coleccionistas

Fórmula química: Al2(PO4)(OH)3


    CALCOPIRITA, su nombre deriva de la palabra griega que significa "cobre" y de pirita. Pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales. Color amarillo latón con frecuentes irisaciones y tonos verdes y brillo metálico.

    Son raros los cristales tetraédricos u octaédricos, siendo a menudo estriados. Generalmente aparece en masas compactas, botroidales y reniformes.

    Aparece en filones hidrotermales de alta y de media temperatura. En placeres como consecuencia de procesos de metamorfismo. Es menos frecuente encontrarla asociada a rocas básicas de origen ígneo y en formaciones de origen orgánico

    Una de las principales menas de cobre. Debido al alto contenido en metales nobles, estos se recuperan en los barros anódicos de los procesos electrolíticos del cobre

La fórmula química es CuFeS2


    CALCOSINA su nombre deriva del griego "calkos" que significa cobre. Pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales, su color es gris oscuro, a veces con tonos azulados, brillo metálico y raya negra. Las superficies de fractura reciente son más brillantes.

    En su forma de presentación, son raros los cristales prismáticos o tabulares estriados. Agregados laminares o estrellados. Masas compactas o costras. Su uso una de las principales menas de cobre

    Aparece, igualmente, en Monesterio (Badajoz), Plasenzuela (Cáceres)

Su formula química es: Cu2S


    CASITERITA su nombre deriva de la palabra griega "kassiteros" que significa estaño. Pertenece a la clase de los Óxidos e Hidróxidos, color de negro a blanco pasando por pardo que es el más corriente y brillo adamantino craso, resinoso. Craso en las superficies de fractura y raya blanca.

    Los cristales son prismáticos, piramidales o bipiramidales. La asociación más conocida es el "Pico de Estaño", en el que dos cristales se unen dando lugar a una forma de rodilla. Las masas son compactas, concrecionadas, con estructura radial o fibrosa (estaño xiloide). Buenos ejemplares se han recogido en la localidad de Montánchez, y en nódulos y cristales con wolframita en Casas de Don Antonio. También en Cañaveral, Logrosán, Trasquilón, Trujillo, Valencia de Alcantara y Las Hurdes (Cáceres) y en Merida y Alburquerque (Badajoz).

    Empleo: Es la principal mena de estaño. El estaño se emplea para aleaciones, soldaduras, recubrimientos antioxidantes. Los compuestos de estaño tienen usos diversos como por ejemplo para la preparación de pigmentos en la industria cerámica, tratamiento de tejidos de algodón 

Su formula química es: SnO2


    CHILDRENITA su nombre deriva del químico y mineralogista inglés J. G. Children. Pertenece a la clase de los Fosfatos, Arseniatos y Vanadatos.

    Su color es de pardo a amarillento, brillo vítreo a resinoso y raya amarillenta a parda.

    Habito o forma de presentarse. En cristales piramidales o prismáticos cortos estriados, en ocasiones tabulares o placas de aspecto fibroso. Aparece en Santa Marta (Badajoz), así como en Logrosán y Montánchez (Cáceres>).

Su formula química es: (Mn,Fe)Al(OH)2PO4.H2O


    COVELLINA También llamada Cobre Añilado. En honor de N. Covelli (1790-1829) descubridor del mineral en el Vesubio. tambien se atribuye su descubrimiento a Freiesleben

    Pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales, color Azul oscuro o azul índigo. Frecuentemente aparece irisado (tonos púrpura), raya gris oscura. Brillo submetálico a resinoso. En las caras de exfoliación el brillo es nacarado. Si se frota la superficie, es casi metálico.

    Habito o forma de presentarse: Los cristales tabulares hexagonales son raros. Generalmente se presenta en forma de agregados hojosos y masas compactas o globulares.

   Aplicaciones: Si se encuentra en depósitos cuya explotación sea económicamente rentable se emplea como mena de cobre.

Su formula química es: CuS


    DISCRASITA Del griego dyscrasia (mezcla defectuosa). Pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales

    Color negro, gris, blanco plata, amarillo. Brillo metálico. Raya de color blanco plata.

    Habito o forma de presentarse: En pequeños cristales con aspecto hexagonal, maclas, piramidal, usualmente masiva, granular, hojosa pero normalmente en masas granulares.

    Aplicaciones: Mena de plata y antimonio.

Su formula química es: Ag3Sb


    ESFALERITA La palabra deriva del término griego que significa "traidor", el otro término de este mineral blenda proviene del alemán "blenden" que significa ofuscar pues pese a su parecido con la galena no daba plomo.

    Pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales, de color amarillo caramelo a negro pardo. En la blenda acaramelada se dan muchas tonalidades. En fracturas recientes puede ser amarillo, marrón, verde e incluso incoloro. Su brillo de resinoso a craso. En las caras de exfoliación puede ser adamantino a semimetálico y la raya blanco pardusca.

    Cristales tetraédricos y dodecaédricos con bordes a menudo redondeados. Son frecuentes los agregados formados por cristales distorsionados de aspecto romboédrico con caras estriadas. Las masas criptogranudas o de grano grueso pueden aparecer en forma.

    En el ambiente magmático puede aparecer en la fase pegmatítico-pneumatolítica. También, como otros sulfuros, es común encontrarla en yacimientos de origen hidrotermal de baja y alta temperatura. Puede aparecer en depósitos sedimentarios. Es estable en ciertos ambientes metamórficos.

    Principal mena del zinc que se emplea básicamente para la galvanización de los aceros, así como para obtener latón aleación de cobre - zinc. El óxido de zinc se emplea para en la fabricación de pinturas, mientras que el cloruro se emplea para conservar la madera. El sulfato de zinc es empleado en tintorería y farmacia. La esfalerita es una de las principales fuentes de cadmio, indio, galio y germanio.

Su formula química es: β-ZnS ó β-(Zn,Fe)S


    ESTRONCIANITA. En 1790, Adair Crawford reconoció un nuevo mineral en "Strontian" un pueblo de Escocia. Este mineral se llamó estroncianita, en honor del lugar del hallazgo, y se descubrió que contenía un nuevo elemento. El metal fue aislado por Sir Humphrey Davy, en 1808, mediante electrólisis de una mezcla de cloruro de estroncio y óxido de mercurio.

    Pertenece a la clase de los Carbonatos y Nitratos. Su color suele ser blanco, un blanco inmaculado con un ligero tono azulado, puede tener otros colores, van del amarillo al marrón oscuro, en función de los elementos que estén añadidos a su composición, incolora, blanca, gris, amarilla, parda, verdosa o rojiza, la raya blanca y su brillo vítreo, resinoso en las fracturas.

    Su hábito o forma de presentarse: Cristales aciculares o prismáticos, rómbicos blanco transparente con tonos grises verdes o amarillos. Agregados hojosos o en haces. Masas fibrosas, compactas concrecionadas o microgranulares. Se encuentra en depósitos minerales con barita, celestina y galena

    Aplicaciones: La utilización del estroncio y sus compuestos comprende un amplio conjunto de sectores de producción y manufacturados: electrónica, telecomunicación e informática (pantallas de TV, ordenadores, radar, semiconductores, dieléctricos, resistores, monocristales), metalurgia y aleaciones (moldes, productos de soldadura, tratamiento de aceros, refinado electrolítico), automoción y otros: imanes de ferritas cerámicas, acumuladores eléctricos, refinado de azúcar, electrólisis del cinc, productos pirotécnicos para uso civil o militar, cerámica, sanitarios, vidrio, pigmentos, pinturas, grasas, industria química, farmacopea, lodos de sondeo, preparación de rayón, gemas sintéticas, isótopos artificiales para generadores iónicos de electricidad o radiología y en señales de ferrocarril, el titanato de estroncio, SrTiO3, se emplea para fabricar gemas artificiales, El nitrato de estroncio da un color carmesí a las llamas, por lo cual se emplea para fuegos artificiales y en cohetes de señales. El Sr90 tiene una vida media muy larga y es uno de los peores componentes de los productos nucleares: se incorpora a la cadena alimenticia y, de ésta, a los huesos, debido a su gran analogía con el calcio, donde produce sarcoma. El estroncio 85, se usa para la detección del cáncer de huesos. El estroncio 90 es un isótopo radiactivo peligroso que se ha encontrado en la lluvia radiactiva subsiguiente a la detonación de algunas armas nucleares.

   El estroncio, elemento químico metálico que no se encuentra en estado nativo en la naturaleza, se obtiene industrialmente a partir de las únicas dos especies minerales que lo contienen en cantidades importantes, la celestina, o mineral de sulfato de estroncio (SrSO4), y la estroncianita, o mineral de carbonato de estroncio (SrCO3). Aunque el contenido de estroncio, deducible de la fórmula química, es menor en la celestina (47,7%) que en la estroncianita (59,3%), el primer mineral citado es la fuente principal del suministro mundial de estroncio, debido a la escasez de yacimientos de estroncianita de interés económico.

Su formula química es:CO3Sr


    FREIBERGITA, pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales, (sulfuro de antimonio, cobre, plata y hierro). Su color gris, verdoso o negro.

    Forma una serie con la argentotenantita y otra con la tetraedrita, siendo una tetraedrita rica en plata, se ha encontrado en tetraedros de caras brillantes y pátina de oxidación que oscurece su superficie.

    Su habito o forma de presentarse es masivo, granular

    Sus aplicaciones: Mena de Plata

Su formula química es:(Ag,Cu,Fe)12(Sb,As)4S13


    FREIESLEBINITA o plata estriada, su nombre en honor de J. K. Freiesleben. Pertenece a la clase de Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales

   Su color; gris acerado a gris plomizo. Cuando se altera se ennegrece. brillo metálico, raya gris metálica.

    Habito o forma de presentarse: En cristales de prismáticos muy estriados y ricos en facetas rayados verticalmente. En ocasiones masivo o diseminado. Destacan las maclas en "mariposa" del yacimiento de Hiendelaencina. Inclusiones en argentitas.

    Aplicaciones: Mena de plata.

Su formula química es: AgPbSbS3


    GALENA Deriva del término italiano "galena" aplicable en un principio a todas las menas de plomo, pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales, de color gris plomizo y brillo metálico intenso en las superficies recientes

    Cristales cúbicos o cubooctaédricos (a veces semiimplantados). Las aristas y los vértices de los cristales pueden aparecer redondeados. Con frecuencia aparecen masas compactas granulares brillantes, debido a las numerosas superficies de exfoliación que se forman en las fracturas. Se encuentra en la mina Victoria

    Mineral hidrotermal de media temperatura. Se encuentra también en ambientes sedimentarios y metamórficos. Es un mineral muy conocido desde la Antigüedad. Es la principal mena de plomo. De las galenas argentíferas se suele extraer plata. El plomo se emplea para la fabricación de aleaciones, municiones, material eléctrico, tipos de imprenta, antidetonantes para gasolina.

La fórmula química es: PbS


    GRANITO su nombre deriva de la palabra italiana "granito" que se refiere a su composición en granos. Es una roca eruptiva holocristalina, compuesta esencialmente por cuarzo, feldespatos, mica y algún anfíbol, especialmente hornblenda.

   Los granitos constituyen las rocas mas abundantes de la corteza terrestre, ocupan un 5 al 10% del total de la superficie del globo y se presentan formando grandes macizos.

   El granito es ligero con densidad 2,5 a 2,82 y su coloración muy variada, desde el gris, azulado, verde o rosa según los minerales ferromagnesicos dominantes.

   El mineral basico de los granitos es el cuarzo, que se encuentra en una proporción entre el 20 al 40%, mientras que los feldespatos forman la trama de la roca que sostiene a los demás minerales y los ferromagnésicos definen las variedades de la roca al ser responsables de su color.


    HUANTAJAYITA, (ver Querarguirita) cuyo nombre correcto es clorargirita, también llamada plata cornea, su nombre deriva de su composición química cloruro de plata.

    Pertenece a la clase de los Halogenuros. Color Gris perla y oscurece con la luz, Brillo diamantino en cristales y submetálico a céreo en masas masas. Presenta raya de color blanco brillante. Brillo diamantino a resinoso. Transparente a translúcida. Color incoloro, gris purpúreo, verde, blanco.

    Hábito: Los cristales cúbicos de clorargirita de color verde amarillo los cristales exceden raramente 4mm y tienen generalmente un aspecto "fundido". Las masas son córneas o terrosas. Puede aparecer en costras sobre otros minerales de plata como consecuencia de su alteración. Su origen es secundario, como consecuencia de la alteración de minerales de plata por aguas ricas en cloruros. La clorargirita se ha encontrado con ambos: sulfuros y hemimorfita residuales.

    Aplicaciones: Mena de plata cuando se encuentra en grandes cantidades.

Su fórmula química es: AgCl


    MARCASITA, o pirita blanca, su nombre deriva de una palabra árabe, que se utilizó para nombrar a la pirita, pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales. Color amarillo verdoso latón o bronce casi blanco y brillo metálico. Brillo metalico intenso en las superficies recientes y raya negra verdosa.

    Se presenta en forma de cristales tabulares, piramidales y prismáticos, que generalmente aparecen maclados (punta de espada y cresta de gallo). Las masas suelen ser fibrosas, radiales, estalactíticas, globulares o reniformes. Se altera con mucha facilidad a limonita, melanterita y pirita. Más raramente pasa a magnetita y calcopirita. Consecuentemente presenta problemas de conservación.

    Se emplea como fuente de azufre muy secundaria de interés científico y coleccionista

Su formula química es: FeS2


    MIARGIRITA Del griego meyon (más pequeño) y argyros (plata). Pertenece a la clase de Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales. Color gris plomo, gris rojizo, gris acero, rojo negruzco. Brillo Metálico a adamantino y raya de color rojo cereza. La miargirita es un mineral de plata muy raro, se trata de un sulfuro de plata y antimonio

    Hábito: Se presenta en pequeños cristales negros y brillantes, rojizos si son muy pequeños, de carácter complejo y, por tanto, generalmente ricos de caras, también tabulares, de color gris acero con reflejos internos de tonalidades rojizas o aciculares con caras estriadas. Las asociaciones del tipo drusas se forman sobre otros sulfuros (platas rojas). También puede aparecer en forma de masas.

    Lugar de formación En algunas minas de plata con otros sulfuros de plata (pirargirita, etc.).

    Aplicaciones: Mineral de interés científico y coleccionista.

Su formula química es: AgSbS2


    ORO Deriva de la palabra latina "aurus" ,pertenece a la clase de los Elementos Nativos. Se color es Amarillo con diversas tonalidades en función de las impurezas y su brillo es Metálico.

    Presentación: Son rarísimos los cristales octaédricos, cúbicos o rombododecaédricos y sus combinaciones. Se suele presentar en granos muy pequeños e informes, láminas y pajuelas. Las formas dendríticas son muy raras. En los placeres son comunes los agregados compactos y redondeados. La forma más corriente de presentarse es en masas arborescentes, con cristales alargados en la dirección del eje ternario; también diseminado en capas aplastadas, escamoso o macizo. La forma más frecuente para placeres es la llamada "pepita", masas macizas redondeadas por el rodamiento, que pueden variar de tamaño.

El oro generalmente se emplea en aleaciones midiéndose su ley en quilates. El oro puro tiene 24 quilates. El oro blanco es una aleación de oro y paladio. Se utiliza como patrón monetario, en joyería, en odontología y en electrónica (soldaduras). También se usa para la fabricación de material científico de diversos tipos, su alta conductividad eléctrica le hace adecuado para soldaduras electrónicas

Su formula quimica es: Au


    PLATA, Etimología del femenino del adjetivo plattus (plato, chato) que, en el siglo X, se sustantivó con el sentido de lámina Blanco de plata. Pertenece a los elementos nativos, color blanco. En la naturaleza, la plata suele aparecer cubierta por una capa negra y oscura de sulfuro, que es necesario limpiar para descubrir el verdadero color del mineral.

    Se encuentra en estado nativo (generalmente aleada con cobre y oro), formando minerales como la argentita, que es sulfuro de Plata o asociado a otros sulfuros (argentita), óxidos (uraninita), arseniuros (esmaltita) en algunos tipos de yacimientos metalíferos. Es mucho más abundante que el oro, se encuentra mezcladas con sulfuros o en zonas de oxidación de otros depósitos.

    Forma de presentarse: Los cristales suelen ser cúbicos, octaédricos o maclados siempre de pequeñas dimensiones. También se puede encontrar en forma de filamentos, dendritas, o arborescencias. Lo mas frecuente es encontrar masas hojosas o escamosas

   Debido a su rareza no suele emplearse como mena de plata. Generalmente la plata se extrae de las galenas argentíferas. También se encuentra formando parte de los barros anódicos que aparecen en la electrolisis del cobre.

    Aplicación: es el mejor conductor térmico y eléctrico. Se emplea en joyería y orfebrería, en la fabricación de útiles de laboratorio, en medicina, fotografía, acuñación de moneda y en electrónica debido a su alta conductividad.

    Limpieza y conservación. Es muy sensible al aire viciado de ácido sulfhídrico y está cubierta por una ligera pátina de sulfuro. Para eliminar la capa de sulfuro que recubre la plata basta con sumergir la muestra en una solución de ácido nítrico Es conveniente limpiar las muestras con una rápida inmersión en ácido nítrico, protegiéndolas después con una laca transparente.

Su formula química es: AG


    PIRARGIRITA Deriva de dos palabras griegas "pyr" y "argiros"que significan "fuego" y "plata" respectivamente, pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales. Su color es negro con reflejos rojo oscuro y su brillo adamantino, la raya rojo indio.

    Se presenta generalmente en forma de cristales prismáticos normalmente imperfectos y con distintas terminaciones. A veces romboédricos. Masas compactas. Granos diseminados. En Plasenzuela se encuentra asociado con galena argentífera

    Debido a su rareza, no se emplea como mena de plata. Mineral de interés científico y coleccionista. Se encuentra en la Fuente del Rayo.

Su formula química es: Ag3SbS3


    PIRITA, deriva un término griega que significa "fuego" en alusión a su capacidad de desprender chispas al ser golpeada con el eslabón. Pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales. Color amarillo. Iridiscente cuando se empaña y brillo metálico. Brillo metálico y raya negra verdosa

Se presenta en cristales pentagonododecaédricos (piritoedros), octaédricos o cúbicos. La Cruz de Hierro es una macla formada por cristales que se unen en forma de cruz. Las masas son granulares, radiales, reniformes, estalactíticas o fibrosas. Son frecuentes las piritizaciones de restos orgánicos fósiles.

    Se usa para la fabricación de ácido sulfúrico, sulfatos metálicos (cúpricos, ferrosos y alumbres). Las piritas auríferas permiten extraer cantidades apreciables de oro.

Su formula química es: FeS2


    PIRROTINA  o Pirita magnética. Deriva del término griego "Pyrrothes" que significa "rojizo" clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales, color amarillo bronceado, a veces iridiscente. Se oscurece por alteración (marrón a rojo), brillo metálico, mate por alteración y raya negra grisacea.

    Los cristales son laminares o tabulares, a veces piramidales presentando las caras zonas de crecimientos. Las masas son granulares o compactas. Origen, en las rocas ígneas formadas en segregaciones magmáticas, ocasionalmente en rocas pegmatíticas. A veces en depósitos formados por metamorfismo de contacto. Como masas en filones hidrotermales de alta temperatura en los cuales es uno de los sulfuros que más pronto se forma, si no contiene níquel.

    Empleo: como mena del niquel, interés científico y coleccionista. En algunos yacimientos donde existen elevadas concentraciones de Co y Ni, se extraen estos metales de las pirrotinas.

Su formula química es:Fe1 - xS


    PLOMO del latín galena, que significa brillo de plomo. El plomo, es conocido desde la antigüedad, aparece citado en la Biblia. Pertenece a la clase de los elementos nativos, color gris plomo, a veces con pátina azul mate y brillo metálico.

    Por lo general se presenta a menudo en agregados amorfos otras veces implantado, generalmente en cubos, octaedros o combinaciones de ambos en forma de pequeñas masas globulares o laminas de color gris fácilmente oxidables y las menos veces en cristales. Se encuentra libre en algunas minas de manganeso asociado con minerales bastante raros básicamente manganosita y pirocroíta.

    Aplicación: Buen conductor del calor y la electricidad, se utiliza principalmente en el elaboración de hilos de plomo, acumuladores. Debido a su resistencia a la corrosión se utiliza en construcción de cañerías y recipientes para contener aguas o ácidos, así mismo se emplea en la obtención de ácido sulfúrico, elaboración de municiones, preparación del cristal de plomo, blanco de plomo, aleaciones muy fusibles; como hipotensor juntamente con la bencina (tetraetilo de plomo).

Su formula química es: Pb


    POLIBASITA. El nombre del griego "polys" y "basis" base, hace referencia a su múltiple contenido metálico. Pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales.

    Su color blanco de plata grisáceo pero suele presentar una pátina negruzca de alteración y rojo rubí oscuro, brillo metálico y raya negra a veces con ligeros tonos rojizos

    Habito o forma de presentarse: Cristales tabulares prismáticos hexagonales a veces con las aristas biseladas. Agregados laminares. Masas granulares. Asociada a minerales de plata y cobre

    Aplicaciones: Mena de antimonio, plata y arsénico. Solo si se encuentra en grandes cantidades sirve como mena de plata. Generalmente sólo presenta interés científico y coleccionista

Su formula química es:(Ag,Cu)16Sb2S11


    PROUSTITA  Recibe el nombre en honor del químico francés Proust. Pertenece a la clase de los sulfosales.

   Su color es rojo rubí, brillo adamantino y raya bermellón

   Su habito o forma de presentarse es en cristales prismáticos con romboedros y escalenoedros agudos bien desarrollados. También en forma masiva y en granos diseminados, se encuentra en la mina Victoria

    Uso es mena de plata

Su formula quimica es: Ag3AsS3


   QUERARGIRITA, (ver Huantajayita) también llamada Plata Cornea y Clorargirita, es un cloruro de plata, pertenece a la clase de los Halogenuros

    Su color es gris perla, oscurece con la luz, brillo adamantino (cristales) y submetálico a céreo (masas), la raya blanca brillante

   Hábito: Los cristales cúbicos son pequeños. Las masas son córneas o terrosas. Puede aparecer en costras sobre otros minerales de plata como consecuencia de su alteración. Su origen es secundario, como consecuencia de la alteración de minerales de plata por aguas ricas en cloruros. En Plasenzuela se encuentra asociada a la Galena

    Aplicaciones: Importante mena de plata cuando se encuentra en grandes cantidades

Su formula química es: AgCl


    SIDERITA, proviene de una palabra griega que significa "hierro". También llamada calibita, siderosa o hierro espático. Pertenece a la clase de los Carbonatos y Nitratos, grupo de la Calcita.

    Su color es muy variable desde amarillento a pardo muy oscuro, brillo vítreo, en ocasiones nacarado. Brillo: Vítreo a nacarado, a veces sedoso, en ocasiones es iridiscente, y raya blanca o amarilla

   Habito o forma de presentarse: En romboedros en ocasiones con caras curvas, tabulares, prismáticos o escalenoédricos. También en masas espáticas de grano grueso o con cristales apilados en forma de escamas. Menos frecuentes son nódulos y concreciones globulares fibroso-radiadas, radiadas u oolíticas. En ocasiones terrosa. Drusas. Masas botroidales, compactas, oolíticas, espáticas, globulares o terrosas.

    Origen: Mineral sedimentario que se origina por la acción de las aguas naturales sobre minerales de hierro.También se forma en ambientes cálidos, por la carbonatación de los óxidos de hierro. En ambientes hidrotermales de media y de baja temperatura. De color pardo violado en Magacela (Badajoz) recubiertas de aragonito coraloide y con flúor. En el río Ibor y en la Sierra de Pola, en Valencia de Alcántara (Cáceres).

    Empleo: Importante mena de hierro.

Su formula química es: Fe2+CO3


    TENANTITA, Cobre gris de arsénico, etimología; en honor del químico inglés S. Tennant. Clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales, forman una serie con la tetraedrita, variando las propiedades en razón de la proporción de As/Sb

    Su color gris acerado a plomizo oscuro, brillo metálico mate y raya negra a pardo rojiza, dependiendo del contenido en hierro

   Habito, se presenta en cristales tetraédricos con caras estriadas, más ráramente triaquisoctaédros, dodecaedros o cubos, en ocasiones ricos en caras formando bolas en el caso de la variedad binnita. Masas compactas e informes, se encuentra en filones hidrotermales de cobre, plata, plomo y cinc formados a media y baja temperatura. Es raro encontrarla en filones de alta temperatura o en filones metamórficos de contacto

    Empleo: Mena de cobre y plata (si el contenido en binnita con un porcentaje mayor de plata de un 12%).

Su formula química es: (Cu,Ag,Fe,Zn)12As4S13


    TETRAEDRITA recibe el nombre por la habitual forma tetraédrica de sus cristales, pertenece a la clase de los Sulfuros, Arseniuros y Sulfosales. Forma una serie con la freibergita y otra con la tetraedrita. Las propiedades de una a otra varían gradualmente según la relación As/Sb.

    Color gris acerado claro a plomizo oscuro. Las variedades muy ferríferas y cincíferas son negras. Las variedades que contienen bismuto y mercurio son amarillas. Las variedades arsenicales son azules. Brillo metálico a submetálico y raya negra a pardo rojiza dependiendo del contenido de hierro o de arsénico.

    Hábito: Se presenta en forma de cristales tetraédricos. Los agregados están formados por grupos de tetraedros dispuestos en forma paralela. Las masas son granulares o compactas (negras). En Extremadura aparece en La Matilla (Cáceres) y Castuera (Badajoz).

    Empleo como mena del cobre. Mineral importante para la extracción del cobre, plata, mercurio y antimonio.

Su formula química es: Cu12Sb4S13


    ZINC Pertenece a la clase de elementos Nativos, recibe el nombre de la palabra alemana "zink".

    Cristaliza en el sistema exagonal. Su color es blanco metálico, gris o gris azulado y su brillo es metálico.

    Se presenta en tamaños irregulares con placas irregulares y estrias incrustradas y superficies irregulares

 

Su formula química es: Zn


ALOJAMIENTOS

  • Molokay C/ Tienda, 37 0 92133 11 98
  • Albergue Rural La Jarilla

D.O.E. Nº 89 de 01/08/2002

CONSEJERÍA DE CULTURA

Actividades Juveniles.- Resolución de 17 de julio de 2002, de la Dirección General de Juventud, por la que se reconoce oficialmente al Albergue-Campamento Juvenil "La Jarilla" como Instalación Juvenil según el Decreto 52/1998, de 21 de abril.

Con el Decreto 52/1998 de 21 de abril se regulan las condiciones que las instalaciones destinadas a la realización de actividades formativas, de ocio y tiempo libre juvenil deben cumplir para ser reconocidas como tales de manera oficial.

Una vez instruido el expediente presentado por D. José Villegas Ceballos en representación del Ayuntamiento de Plasenzuela y constatada su adecuación al antedicho Decreto, he resuelto reconocer oficialmente las instalaciones descritas en el párrafo siguiente con el nombre de ALBERGUE-CAMPAMENTO JUVENIL “LA JARILLA”, y número identificativo 03/02/AJ-CJ. Dicha instalación queda habilitada para el desarrollo de actividades juveniles catalogadas como ALBERGUE-CAMPAMENTO JUVENIL.

NOMBRE DE LA INSTALACIÓN: ALBERGUE-CAMPAMENTO JUVENIL “LA JARILLA”.

DIRECCIÓN: Polígono 2, parcela 54 Plasenzuela.

CATEGORÍA: ALBERGUE-CAMPAMENTO JUVENIL.

PLAZAS: 80.

NÚMERO IDENTIFICATIVO: 03/02/AJ-CJ.

Mérida, 17 de julio de 2002. La Directora General de Juventud, Leire Iglesias Santiago  

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